LUIS ALBERTO CABRALES LIRICO POR EXCELENCIA.: "
Primer Aguacero
ANOCHE, toda la noche,
cayó el primer aguacero.
Por eso
alegre estaba el campo en la mañana
con su camisa blanca de todos los domingos
y el pantalón azul de la Semana Santa.
Alegre estaba el campo
de azul y de blanco.
Silbando se fue a la ciudad
con su nuevo sombrero de pita;
trascendía a hierba, a fruta y a humedad.
Como viera los árboles todos llenos de trino,
como viera las nubes todas llenas de sol,
compró para el colocho un centavo de olor
en la venta que puso mayo en el camino.
Fue un vanguardista que no pertenecía a las familias granadinas, pues nació en Chinandega, departamento situado al Occidente del país. Tenía una ideología de extrema derecha y su obra poética es muy breve. Su único libro es Opera parva, publicado en 1961, donde se aprecia un acento provinciano y rural.
Sus estudios los realizó en el Instituto Pedagógico de Managua. Y estudió Ciencias Políticas en Francia, empapado de la cultura europea regresa a Nicaragua. En parte de su obra poética, Cabrales presenta una severa crítica hacia la falsa moral y sobre todo a la militancia religiosa amañada, hipócrita. Veamos parte de esa sensibilidad, vista también en otros de nuestros intelectuales de esa época.
Ejerció como crítico literario, ensayista, pedagogo, periodista, y duro polemista, permaneció atrincherado siempre en su ideología de extrema derecha, (admirador de Charles Maurrás desde sus años en Francia); una ideología que, como en el caso de Jorge Luis Borges, no dejaba de servirle como un arma de provocación.
Uno de los más destacados intelectuales de Nicaragua. Poeta, polemista, ensayista, periodista y pedagogo, pese a ser uno de los fundadores del movimiento de Vanguardia (iniciado en 1927) que renovó la faz de la cultura nicaragüense, integrándola a las corrientes internacionales, su figura ha sido, en cierta forma, un tanto opacada por las de José Coronel Urtecho y Pablo Antonio Cuadra, lo cual se explica porque él se manejaba como un pensador grave, austero y maduro, ajeno a los pronunciamientos y actos de escándalos de la muchachada vanguardista (Coronel, PAC, Joaquín Pasos, Ordóñez Argüello, menores que él cronológicamente hablando.
Publicó apenas un solo libro de poesía: Opera parva (1961) y nunca reunió sus ensayos y artículos en libros de fluyente circulación. Por otra parte, su pensamiento eminentemente reaccionario o "fundamentalista" como diríamos hoy, lo hizo refractario ante las nuevas generaciones.
Mientras PAC y Coronel evolucionaron, del eufórico fascismo criollo o "somocismo", el uno a las posturas de la democracia cristiana y el otro a la adhesión a la Revolución Sandinista, el orgulloso y terco chinandegano fue siempre fiel a su conservatismo radical que incluía una actitud fascistizante y un catolicismo ultramontano antiliberal, antisocialista y, ya no digamos, anti-comunista, ideas que aprendió en Francia, país a donde lo mandó el gobierno conservador de Diego Manuel Chamorro. Ahí, en los cursos de la Acción Católica, dirigida por Charles Mauras, asimiló un pensamiento integrista, pero también se familiarizó como el padre Azarías Pallais un poco antes con la gran poesía francesa de la época: Peguy, Claudel y otros.
En 1927, ya en Nicaragua, se encuentra con José Coronel, recién llegado de California y de esa relación fructífera y de esa mutua enseñanza (una norteamericana y otra europea) surge el Vanguardismo como corriente literaria, ideológica y política. El novelista y crítico literario Julio Valle Castillo, en el prólogo de «Ópera Parva», el único libro de poesía de Cabrales, nos da su valoración, sobre todo en lo que concierne a su oficio lírico.
«Cabrales es un lírico: toda una potencia lírica que, segura de su capacidad, se impone deliberadamente restricciones. Un poeta sentado en el trono de su primera persona, en el Yo, armado y coronado del Yo. Una primera persona que divide y une el amor y la muerte, como la mayoría de poetas que en el mundo han sido.
Y es esa fuerza lírica la que le otorga vigencia, modernidad, actualidad a su poesía tradicional y conservadora, la que lo hace trascender sus limitaciones y aberraciones ideológicas y la asimismo le dispensa y neutraliza sus excesos y deficiencias. Esta fuerza lírica hasta legitima la trasnochada atmósfera romántica de la poesía de Cabrales -atmósfera muy José Asunción Silva, muy Amado Nervo: Nocturna, lunática, en la que caben lápidas, novias muertas o amores frustrados y cipreses. LIC:RENE DAVILA"
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