lunes, 15 de septiembre de 2014

El padre Thomas Ruiz Romero y Miguel Larreynaga próceres Nicaraguense con diferente visión.

En el proceso que condujo a la Independencia de Centroamérica hay dos personajes nicaragüenses que sobresalen tanto por la trayectoria de sus vidas como por sus aportes al ideal independentista. Ellos son: el padre-indio doctor Tomás Ruiz, prócer revolucionario, y el licenciado Miguel Larreynaga, a quien podemos calificar como prócer sabio y prudente.

Tomás Ruiz y Miguel Larreynaga fueron dos personalidades diferentes, con una visión distinta de los propósitos de la Independencia. Ambos, Ruiz y Larreynaga, merecen el cognomento de próceres. Desafortunadamente, la figura del padre-indio doctor Tomás Ruiz ha sido casi totalmente olvidada.

Ambos provenían de estratos sociales similares, aunque Ruiz era indio puro y Larreynaga mestizo. Los dos iniciaron sus estudios en el antiguo Seminario de San Ramón, en la ciudad de León, entonces capital de la Provincia de Nicaragua, y los culminaron con honores en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Por su preparación académica e inteligencia, ambos se incorporaron a la clase media alta de la ciudad de Guatemala, dentro de la cual se identificaron con el sector ilustrado, aunque Ruiz tuvo una visión progresista y revolucionaria de la Independencia y Larreynaga una concepción conservadora, precisamente la sustentada por los criollos y por algunos españoles que la proclamaron el 15 de septiembre de 1821. Ambos fueron catedráticos universitarios, brillando por su talento en la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Hasta aquí las similitudes. En todo lo demás difieren, tanto en los acontecimientos que perfilaron sus biografías como en cuanto a sus personalidades, que seguramente influyeron en sus distintas maneras de percibir el camino a seguir para poner fin al régimen colonial español y las repercusiones que la Independencia debía producir en las estructuras económicas y sociales de la sociedad centroamericana. Ruiz, en este sentido, fue la encarnación de los curas liberales de la época, entusiasmados con la revolución que en México encabezaron Hidalgo y Morelos. Larreynaga, prudente, fue un fiel funcionario del sistema colonial hasta en vísperas de la Independencia. Supo, sin embargo, pronunciarse a favor de su inmediata proclamación y luego puso todas sus luces al servicio de la organización de la nueva patria. Sin embargo, su visión de la Independencia fue limitada: sustituir a los peninsulares por los criollos, dejando intactas las estructuras sociales coloniales.

Miguel Larreynaga participó en la reunión de autoridades convocada el día 15 de septiembre de 1821 por el propio capitán general español Gabino Gaínza, para analizar la situación de la capitanía general de Guatemala ante el hecho de que dos provincias, entonces centroamericanas, Chiapas y Soconosco, habían proclamado la Independencia conforme al “Plan de Iguala” del mexicano Agustín Iturbide. Don Miguel, cuya opinión era muy respetada, se pronunció en dicha asamblea en apoyo a la tesis de la proclamación inmediata de la Independencia de Centroamérica y formó parte de la primera Junta Consultiva, creada ese mismo día en representación de Nicaragua, su provincia natal.

Por su parte, el padre indio Tomás Ruiz aparece en diciembre de 1813 en el Convento de Belén de Antigua Guatemala dirigiendo la conspiración conocida como “La Conjura de Belén. Delatados por uno de los conjurados, todos fueron capturados la noche del 23 de diciembre, antes de que se llevara a cabo el plan revolucionario encaminado a deponer a las autoridades españolas. Dieciocho personas participaron en la conjura. El fiscal pidió la pena de muerte por ahorcamiento para algunos y garrote vil para los cabecillas, entre ellos Ruiz. Por gestiones de personas influyentes de Guatemala, estas bárbaras penas no se aplicaron, pero todos permanecieron más de cinco años en las sórdidas cárceles coloniales, siendo el padre Ruiz quien sufrió la pena más extensa: casi siete años, que incluyeron largos períodos de incomunicación, privaciones y desprecios. A fines de 1819, estando ya libre, el padre Ruiz solicitó permiso para trasladarse a la ciudad Real de Chiapas. Cuando el prócer nicaragüense solicitó autorización para viajar a Chiapas tenía 42 años de edad. Pero la cárcel que soportó por casi siete años minó a tal grado su salud que se supone falleció poco tiempo después de su traslado y, posiblemente, antes de la proclamación de la Independencia. Se ignora lo que fue de su vida después de su retiro a Chiapas y ni siquiera se sabe dónde fue enterrado este notable prócer de nuestra Independencia.  

HUMEDALES DEL COSIGUINA NICHO ECOLÓGICO NATURAL.

En la Reserva Natural, los humedales de los terrenos bajos, son uno de los atractivos.
Don Santos Guevara nos recibe en los humedales de Las Pozas, y nos cuenta:

“Yo soy un guardaparque voluntario y líder de la comunidad de La Piscina. Con LIDER llevo sobre dos años. Cuando construimos este pequeño sendero para recorrer el humedal, pusimos varas de madera para retener la tierra, también construimos puentecitos en los lugares donde pasa el río.

En este humedal se encuentra la palma paceña, que es la palma con que se hacen los ranchos, ella nace rápido pero es tardada para crecer, necesita cinco o seis años para que la palma esté de corte y llega a medir unos 15 metros de alto.

Aquí hay tamarindo de charco, curumo, mangle rojo y angelín donde los comejenes hacen nidos y en esos nidos ponen los chocoyos. La totora o tule se usa para cubrir la cumbrera de los ranchos, como si fuera una albarda que se amarra con alambre.

En uno de los senderos se construyó una torre para mirar las aves, que vienen por temporadas a poner y a empollar los huevos, cuando sus hijitos pueden volar, se van. Los piches que vemos aquí en tiempo de lluvia, nos han dicho que vienen huyendo del frío de México, donde viven el resto del año en una gran laguna. También viene el sarapico.

Hay aves que viven aquí todo el año la garza morena, el panchón, la cuaca, el garzón y el achoscón. En el humedal está el río de San Juan, que nace en el ojo de aguas termales donde ahora hay una piscina. Ya en el curso del río caen otros vertientes, que se juntan con el agua salada, cuando sube la marea. 

En el río hay pargos, robalos, guichos y cuajipales. Yo el más grande que he llagado a ver 
es de unos dos metros. Son bravos, yo no me meto a pescar.

En los raizales de los mangles, viven muchos animales, viera a los mapachines comiendo tisguacales y punches. Este humedal es un lugar donde pueden venir gente a conocer o a estudiar las plantas y animales. 

Nosotros como comunidad hemos recibido capacitaciones y se han formado guías de aquí, para llevar a las visitas a recorrer el humedal.

También se trabaja con la comunidad para que no saque la palma, el mangle o los animales del humedal, porque este lindo lugar se acabaría. Ya sin el manglar, ni el curumal las iguanas, los peces y las aves ya no tendrían donde poner sus huevos, ni dónde vivir, ni qué comer. En cambio con las visitas a este lugar la comunidad se beneficiaría.

EL MIRADOR DEL COSIGUINA VISTA DE TRES PAÍSES.

El Volcán Cosigüina después de la erupción de 1835, en su parte más alta mide 872 metros, desde ahí se puede ver el Estero Real, las islas del Golfo de Fonseca, los volcanes de Conchagua y San Miguel en El Salvador, y las costas de Honduras, por lo que es un mirador de tres países. En su caldera, que tiene un ancho de dos kilómetros y medio, y 700 metros de profundidad, hay una laguna de color azul verdoso. 

La península de Cosigüina, ha estado abandonada por el Estado, lo que ha permitido la cacería sin control y el saqueo de madera de cedro, laurel, y leña de quebracho, parte de estos recursos se han vendido en Honduras y El Salvador. Los incendios han causado daño así como el crecimiento de la agricultura y las áreas de pastos para el ganado.

En el área cercana al volcán hay 21 comunidades con un total de mil ochocientas cincuenta familias, que viven de la pesca, la siembra de maíz, frijol y del comercio de quesos, pescados y cerdos en pie, con Honduras y El Salvador, a través del Golfo de Fonseca.

También hay haciendas donde se cría ganado o se cultiva soya, ajonjolí, sorgo y maíz, ahí se produce la quinta parte del maní que exporta Nicaragua. 

El Cosigüina es la zona del Pacífico seco de Nicaragua donde más llueve. De la erupción de1835 quedaron los Farallones, que son paredones acantilados donde se ven diversas capas de lavas, cenizas y árboles convertidos en carbón.

La parte más alta de los Farallones es Punta Cosigüina, con una altura de 100 metros sobre el nivel del mar, de ahí va bajando hasta Punta San José. Al pie de los acantilados en Ocosme, hay una playa angosta de arenas negras del tiempo de la erupción.

A diez Kilómetros adentro del golfo están las islas Farallones, que pertenecen a Nicaragua, ahí muchas aves marinas tienen sus nidos. 

En la base oriental del volcán junto al camino de Potosí al pie de la Loma San Juan hay una fuente de aguas termales.

El Volcán fue declarado Reserva Natural, el 8 de septiembre de 1983, pero desde 1958 había sido declarada refugio de vida silvestre.

La Reserva tiene una extensión de 13 mil 160 hectáreas. Es una zona muy hermosa, propia para desarrollar el turismo.

Esto lo explica Bismarck Caballero de la Fundación Luchadores Integrados al Desarrollo de la Región, LIDER, organismo que administra la Reserva.

ACONTECIMIENTOS SOBRE LA EXPLOSIÓN DEL VOLCÁN COSIGUINA.

Un viernes 20 de enero de 1835 a las 6 de la mañana, el Volcán Cosigüina comenzó a echar un hilo de humo que se perdió entre las nubes que mantenían cobijado el cono del volcán por su enorme altura, que se calculaba en unos dos mil metros sobre el nivel del mar. Una hora después se sintieron los primeros retumbos, seguidos de temblores.

Los animales comenzaron la huida ahí iban las bandadas de aves, las manadas de venados, jabalíes y coyotes, los jaguares, pumas y dantos y toda clase de animales que se mezclaba con el ganado de la zona, que huía sin rumbo.

A las 11 de la mañana su explosión estremeció a toda Centroamérica, el cielo de Chinandega, El Salvador y Honduras se oscureció completamente.

Tres días duró la erupción: el primer día por la presión de los gases voló el taponazo, lanzando grandes piedras hacia el Océano Pacífico, donde quedaron promontorios de rocas, llamados islas Farallones que cerraron un poco la boca del Golfo de Fonseca.

El segundo día siguió arrojando humo, piedras y cenizas, que llegaron hasta Ecuador.

El tercer día los bordes de aquella inmensa boca se desplomaron con grandes estruendos, unos cayeron afuera y otros dentro del cráter.

Las piedras pómez que arrojó en esos días flotaron hasta Colombia. En esos días Oaxaca en México y algunas islas del Caribe se cubrieron de sombras por las cenizas lanzadas por el volcán, de ahí que se le llamó el año del polvo.

Relatos de aquella época, recogidos en “Historia de la Federación de la América Central”, cuentan que: ”llegó a causar las tinieblas más completas, de modo que fue indispensable encender velas y hachones para ver a medio día, pues sin luz artificial era imposible verse la palma de la mano, y las personas se tropezaban unas con otras al circular por las calles”.

“Los fieros tigres llenos de mansedumbre, y los huraños venados, perdida la timidez, se llegaban a las poblaciones en busca de la luz de los hachones…”

“En Nacaome, lugar de Honduras situado al norte del Cosigüina, los habitantes vieron en la oscuridad del cielo ”vislumbres colorantes”, con lo que creyeron atemorizados que podía incendiarse la atmósfera”.

Después de la erupción, muchas personas perecieron de dolores de garganta, tos, catarros y disentería; la península quedó destruida, el ganado cimarrón y de crianza quedó sepultado bajo toneladas de arena y ceniza.
El poco ganado que se salvó fue arreado por sus dueños hacia las haciendas y encierros, ubicados en los pueblos vecinos, que tuvieron la suerte de salvarse, porque el Cosigüina lanzó su vómito de fuego hacia el Océano Pacífico.

martes, 29 de julio de 2014

SAN PASCUAL BAILON TRADICIÓN Y FE EN CHINANDEGA.










Chinandega y sus tradiciones culinarias.


La sopa de queso con punche, tortas de pescado seco, punches rellenos, tortas de conchas negras, y camarones con arroz, en ceviche, empanizados y en salsa, sobresalen como las costumbres culinarias para la Semana Santa en este departamento.
El profesor Julio Zavala Rostrán, Director de Cultura de la Alcaldía de Chinandega, aseguró que además destacan entre los dulces: el almíbar de marañón, mango, jocote y groseas, conocido como “curvasá”; así como las cajetas de coco, papaya, leche y zapoyol, así como dulces secos como la toronja y la naranja, el toncuá y la cusnaca (jocotes con leche).

Entre las costumbres religiosas está la procesión del Santo Entierro, la del llamado Cristo Yacente --esculpido magistralmente--, el Viacrucis, y la reedición del centurión por parte de un grupo de jóvenes, herencia del tradicionalista José Antonio Bustamante Vásquez.

jueves, 1 de mayo de 2014

Pasocaballos o “paso a la muerte”

PasocaballosDoña Ana María Rostrán no es mujer que crea en el más allá, y está firmemente convencida de que los designios sobre la vida y la muerte en este mundo se basan en el cuido y el descuido del cuerpo humano.
Más claro: ella no cree que en esta playa de tumbos violentos y coloración gris-azulada, llamada Pasocaballos, se esconda alguna demoníaca maldición que justifique las misteriosas muertes y desapariciones de decenas de personas cada año.

A decir de esta mujer, que se dedica a vender mariscos cocinados y cócteles desde hace más de 40 años en una enramada a orillas de la playa, en un recodo entre la costa y la carretera de asfalto que bordea un extremo rocoso del balneario, si la gente se muere y desaparece aquí, es porque no respetan las señales de los socorristas, ni los consejos de los vecinos, ni las leyes de la naturaleza que indican que no se debe nadar contra la corriente.

“Allí donde usted está sentado yo tuve los tres cuerpos de cuatro niños que se ahogaron hace casi ocho años. El otro nunca apareció, se lo tragó el mar. A los otros los hallaron en la costa, el agua se los tragó y a los minutos los regresó. ¿Adivine qué pasó? Su familia los descuidó: mientras ellos estaban bebiendo guaro, los niños se metieron al agua cuando el mar estaba llenando. No hubo nada de otro mundo ni cuentos, se los llevó la corriente”, dice ella viendo al mar desde el taburete pata de gallina en que espera la afluencia de compradores cada día.

Un cauce maldito

Pasocaballos es una playa de poco atractivo visual. Está enclavada en una zona pantanosa del occidental departamento de Chinandega, en la carretera que lleva al Puerto Corinto. De hecho, el motivo de la elevada afluencia de turistas es porque queda cerca de la ciudad de Chinandega y a orillas de una excelente carretera de pavimento que llega casi hasta la playa misma.

No hay muchos cocoteros, la vegetación es escasa en la periferia de la playa y la infraestructura, para los visitantes, es de enramadas con techos de paja, pisos de tierra y una que otra choza con barandas de madera, con corredores de horcones ennegrecidos por los humos de los fogones al aire libre.

Desde ahí, de esas ramadas donde música cantinera suena día y noche, existen unos 100 metros de arena brillante extendida en una sábana ondulante que al llegar a la orilla del mar cae un metro perpendicularmente, dejando la impresión de que al terminar la arena caliente hay una piscina un metro abajo, donde estallan las olas rabiosas y espumosas.

“Cuando está vaciando el mar las olas arrastran a la gente desde este borde, las llevan a un cauce que hay ahí, a los pocos metros, y las corrientes que llegan de un lado y del otro hunden a la gente y la arrastran por debajo hasta soltarlas quién sabe dónde”, dice Uriel Madriz, jefe del Cuerpo de Socorristas de la filial de la Cruz Roja en Corinto, quien tiene 14 años de salvar vidas en esta playa.

Trampa mortal

Él tiene una teoría: en un trecho de costas frente a las enramadas, unos 30 metros agua adentro, se forma un cauce de unos 60 metros de ancho y unos tres metros de profundidad, que es cavado por un choque de corrientes marinas que arrastran el lecho acuático mar adentro.

Madriz señala un punto donde dos olas chocan, hacen una efervescencia de espuma blanca, se corren hacia la orilla y luego se regresan con velocidad al punto donde el agua se parte y se hunde como si las esclusas de un canal se abrieran abajo y tragaran el agua de la superficie.

“Allí donde se hunde la ola de regreso está el canal. El que caiga allí se llamaba”, dice el socorrista, quien cuenta, al igual que doña Ana María, que las muertes y desapariciones que ocurren cada año aquí suceden porque la gente, a propósito o por ignorancia, se mete justo donde comienza el canal.

“Hemos puesto boyas, carteles, hemos puesto a socorristas frente a la costa y les avisamos que no se bañen ahí, pero no hacen caso, se roban los rótulos y se meten. Por eso se mueren a cada rato”, se queja Madriz, quien cuenta que el último caso de una desaparecida fue el de una niña de 12 años, la que se ahogó el domingo 17 de febrero y apareció al día siguiente a una distancia de casi 15 kilómetros de Pasocaballos, en una playa conocida como Apatlán.

Ahogados, desaparecidos y devorados

“Tuvo suerte la familia de la niña, porque aquí hay gente que nunca apareció”, cita el veterano socorrista, quien no olvida la vez que en un solo día de Semana Santa vio cómo cinco personas que estaban a la orilla, fueron arrastradas por una ola hacia el canal, y luego ya no aparecieron nunca más.

“Pasamos casi cinco días buscándolas con las lanchas del Distrito Naval, recorrimos como 50 millas mar adentro y más de 40 kilómetros de costa, y nunca aparecieron”, dice Madriz, convencido de que será imposible que este año 2008 la cifra de ahogados no se dispare más allá de los cinco que van contados hasta el 24 de febrero.

Con más de 30 años al servicio de la Cruz Roja, René Valverde, portavoz de esa benemérita institución en Chinandega, conoce el balneario de Pasocaballos como la palma de su mano, pero no se confía del peligro que allí existe.

Esta playa, ubicada cerca del límite entre los municipios de El Realejo y Corinto, a 20 kilómetros de Chinandega, es la “escuela” para los que se gradúan como salvavidas: sólo el año pasado hubo 22 ahogados y 36 rescatados con vida. Al menos ocho cadáveres no aparecieron y unos seis estaban comidos por animales marinos.

Tragedias y leyendas

“El riesgo se concentra en dos kilómetros debido a dos corrientes, una que viene de Puerto El Toro y otra que pega en las piedras, que forman un enorme remolino que hala a los que se ahogan”, explica Valverde, quien agrega que algunos cadáveres no flotan a las 24 horas, como es tradición, sino que aparecen lejos, en estado de descomposición.

Mientras muestra el mapa de la zona de peligro, el vocero de la Cruz Roja asegura que hace varios años, el cadáver de un hombre que desapareció en ese balneario, fue localizado en una playa de México.

El muchacho tenía en un dedo el anillo de bachillerato del Instituto Nacional “Miguel Ángel Ortez” (Inmao), de Chinandega, y por eso fue reconocido. Su cuerpo fue incinerado y sus cenizas trasladadas hacia su ciudad natal. Eso fue en 1976, cuando de 23 ahogados que se reportaron en verano, apenas dos cuerpos aparecieron.

Prueba viviente y reciente de ese drama es la señora Juana Francisca Ramos, quien todavía llora la desaparición de su nieta, la quinceañera Andrea Lourdes Ramos Flores, desaparecida en 2006.

En enero de 2000, Pasocaballos se convirtió en la trampa colectiva donde cuatro niños de una misma familia murieron ahogados. El mayor tenía ocho años y el menor dos, todos de apellidos Tobal Dávila.

Acababan de salir del agua a traer una rodaja de melón, y aún con la fruta en la mano, se sentaron en el borde de la playa. De repente una ola los envolvió, y cuando ya las aguas se disolvieron, no aparecieron sino a los minutos: desnudos e inertes. El menor, de dos años, nunca regresó.

Cobró entonces vida una vieja leyenda sobre un barco industrial que encalló hace años en la bocana de Pasocaballos. Cuenta la leyenda urbana que un día unos pescadores se metieron al barco a querer robar unos metales, y que por una chispa, el barco estalló y ardió, matando a los pescadores.

De ahí el mito: que los pescadores quemados salen a pescar en esa zona y atrapan vidas humanas para ofrecerlas a cambio de que ellos regresen a la vida. Y la otra es que el barco bloqueaba una corriente infernal que ahora entra limpiamente a la playa, y al encontrarse con otra, se juntan y forman una tubería submarina que va a concluir quién sabe cuántos kilómetros mar adentro, lejos de Pasocaballos.

Leyendas de monstruos marinos y barcos fantasmas

En el balneario de Pasocaballos no se ahogan guardavidas ni bañistas de Corinto y El Realejo. De acuerdo a las estadísticas, los ahogados en este paradisíaco lugar provienen en su mayoría de Chinandega, El Viejo, Chichigalpa, León, Managua y visitantes de otros departamentos, como el caso de un futbolista del equipo Jalapa, de Primera División, que era conocido cariñosamente como “El Cóndor”.

En 2004 murieron más de 30 personas, en 2005 unas 37, en 2006 unas 28, y el año pasado 22. Según datos de la Cruz Roja local, cerca de 30 de estos cuerpos no salieron jamás.

Ciertas personas atribuyen el peligro de esa playa a la existencia de una gata marina y un pulpo, animales que según los pescadores de la zona arrastran los cuerpos de los ahogados a cuevas entre las rocas, donde los van devorando conforme se van pudriendo, y luego tiran las osamentas, que son cubiertas por la arena.

A criterio de Valverde, eso se trata de una leyenda. “Son cuentos, lo real son las corrientes y el remolino”, insiste el veterano guardavidas. Él si supone que el “barco quemado”, del cual no quedan rastros, servía de contención de las corrientes, lo cual demuestra que antes había menos ahogados que en los últimos 30 años.

¿Qué tanta fuerza tiene las corrientes? Valverde lo ilustra con una explicación.

“Nosotros tenemos capacidad para nadar siete mil metros lineales, pero nos bañamos a la orilla porque conocemos el peligro que representa este lugar. Nos lleva dos horas atravesar el canal para rescatar a una persona en una extensión de cincuenta metros”, indica el veterano socorrista, quien recomienda a las familias no creer en leyendas, pero sí acatar las orientaciones de los socorristas, cuidar a los niños y respetar las etapas cuando el mar está “picado”.

martes, 15 de abril de 2014

VIAJE POR LA RESERVA NATURAL GENETICA EL ESTERO REAL



Para llegar a Puertó Morazán, hay que pasar por los algodonales cañaverales y bananeras de Chinandega. El sol, el calor y los polvazales, recuerdan el desierto. De ahí en adelante están los grandes salitrales y las camaroneras. Al llegar al Estero Real se ven los manglares. Una palizada que cubre toda la orilla.

Los manglares están acomodados en fajas, que van de10 a 100 metros de ancho. De Morazán al Golfo de Fonseca, hay 7 leguas de pu ro manglar. El mangle rojo, el curumo o, palo de sal, el mangle negro o botoncillo y el angelín. De cada 3 mangles que hay en el país, 2 están en el Estero Real. En el golfo de Fonseca, los camarones se reproducen y sus larvas viven un tiempo en el estero.

En la ñanga del manglar, viven muchas variedades de cangrejos y conchas. Por el estero suben los peces, para el casorio o para poner sus huevos. El estero sirve de refugio a un montón de animales porque aquí encuentran comida y escondederos. En el invierno, los ríos Tecomapa, Aquespalapa y las corrientes arrastran lodo y veneno de los cañales de las bananeras y los algodonales. Todo va a caer al estero y pone turbias las aguas durante todo el año. El veneno afecta a muchos animales como las conchas negras que ya no se encuentran.

La contaminación y el despale amenazan la vida del estero. Los manglares protegen al río, de las corrientes de lluvias, los vientos y las tormentas. Además de no ser por el manglar, cada año la gente tendría que reponer los techos de las casas, cuando pasan los vientos del Norte.



Don Mario José Amaya, nos cuenta: "somos un grupo de pescadores, de Morazán, que pasamos el verano, en esta parte del estero. Cada 4 días vamos a nuestras casas. Allá las mujeres se ocupan de vender los pescados. Sacamos pargos, róbalos, mojarras, curvinas, barbudos, urel y bagres. Hace años, aquí era el paraíso. Estaba lleno de palometas, achoscones, tigüis y de alzaculitos, pajaritos que' bajan y suben la colita. El panchón es un hartón de camarones, en el invierno, anda por aquí en el estero, va a comer a las lagunas y en el verano, a saber para donde agarra, porque aquí no se ve.

Los lagartos antes eran manadas, ahora ya son pocos. Siempre pasan a pelo de agua, uno tras otro, siempre juntos. Nunca pensé el) comerme alguno, hasta que un día me lo sirvieron en carne desmenuzada. No voy a mentirles, me gustó, parecía cecina de mero. Cuando a veces traigo a mis chavalos, en la noche estoy con el cuido, duermo con un ojo cerrado y el otro pelado. Me da miedo que un lagarto los vaya a sacar de la zamaca". Después de tanto maltrato que ha tenido ya el estero se está empobreciendo hasta encontrar conchas es una ilusión no se diga de 01ros animales, oiga:
Don Pablo Alvarez Herrera de 44 años y 30 de andar en el estero, cuenta que, en el lugar llamado Torrecilla, los salvadoreños y hondureños venían por temporadas. Acampaban para pescar y lagartear.
Sacaban conchas negras del estero, ostiones que daba miedo.
Allá en el mero golfo, hay un playón, que es un cementerio de conchas, recuerdo de mejores tiempos. Los salvadoreños salaban los pescados y secaban los cueros de lagartos. trajo dos mujeres para que los cuidaran. I Un día, los hombres salieron temprano, las mujeres se quedaron en la enramada. y llegó un tigre y se comió a una de ella y la otra, del susto, quedó como loca. De eso hace ya 40 años, cuando la montaña era espesa. Ahora ya no vienen a acampar, pero se aparecen con sus lanchas con el afán de pescar, sacar leña y buscar larvas de camarones con el permiso de quién sabe guién. Dicen que en Honduras, el millar de larvas vale muchísimo dinero y aquí pagan unos cuatro centavos.

En El T empisque encontramos a Don Eddy Espinales, un viejo leñador, gran conocedor de estos manglares. Cuenta que el mangle rojo, es el más buscado y vendido, por eso se está acabando. Este mangle, sólo vive a la orilla del agua, ya cortado no retoña. Los otros mangles se cruzan a la orilla y ocupan su Jugar. Por eso ahora se ven más el angelín, el mangle negro y el palo' de sal. Daba gusto ver un mangle rojo, grueso de 30 pulgadas, ahora sólo hay de 12 pulgadas. El mangle es una buena madera para costruir ranchos y techos de casas. Ahora se desperdicia mucho, solo como leña se está usando, y es que es mejor que la 'leña dulce, hasta verde arde.



Esto no estuviera tan desmejorado, pero las bananeras usaron mangles rojos por millones. Con ellos sotenían en la mata los racimo de bananos. pagaron una tontera por ellos. Ahora que no se halla mangles, la baminera usa postes de cemento y amarra la fruta con un cable". y nosotros aquí estamos jodidos.ateros será en vano.

PEDRO EMILIO ROMERO CATEDRA DE COCHERO EN CHINANDEGA.

Si come el caballo, come el cochero




"El caballo Indio es bueno para cochero; Unos salen de paso andador... titliqui - titliqui - titliqui. Esos son buenos para albardas. Pero me gusta más el trotón. Es resistente. Ahí van pam - pam - pam, jalando bastante carga. Todos bien cuidados y alimentados, rinden una barbaridad". Don Pedro Emilio Romero, uno de los cocheros de antaño en Chinandega, sigue palabreando de los caballos y de su vida con ellos.

"Yo empecé a trabajar con caballos 40 años atrás. Me inicié con dos coches y 4 caballos. Para ese entonces, no había vehículos de carga ni taxis, sólo 50 coches. Trabajaba todo el día y la noche en dependencia de los trenes. ¡Qué no traían! Yo fleteaba para León lo que se ofrecía: frijoles, maíz, cal... En León abundaba la sal y eso era lo que más se traía.

Yo siempre he salido adelante en el trabajo con los caballos cocheros. Ahora son mis hijos los que siguen. Ya han aprendido a majistrarlos. ¡Oiga mi técnica mía! Se agarra 'el caballo nuevo y se mancuerna con uno aquerenciado. Este es su maestro. El "Pijiriche" es especial en eso. Les pongo una tarabilla o garruchita al mancuerno para que no se ahorquen. 

Después se agarra con ellos para arriba de la carretera. Así se acostumbran al ruido de la calle. Les pongo unos tapojos o cabezadas para que no miren los carros por los lados, si no, se me espantan. Desde el primer día, llevan sus arneses de cuero, los collares de la nuca... llevan todos sus aperos.

A la semana se les amarra a un coche vacío, sin carga. Y vuelven a andar de arriba para abajo. Van agarrando amor con el maestro. Les aseguro que es el mes y ya están majistrados. Una vez acostumbrados, van con otro".

"No hay que montarle mucha carga, eso para mí es desconsideración al animal -dice don Marcelino, hijo de don Pedro-o Tras que es nuestro sustento, él se merece otra cosa. Por eso, nuestra Cooperativa "El Esfuerzo" paga a un chequeador. Se encarga de controlar la cantidad de gente montada en los coches. Los grandes llevan 10 personas y los pequeños montan 6.

Ahorita estamos con el problema de miembros que dan mal mantenimiento a los caballos. Un caballo que come mal no te va a guiñar bien. Eso tenía mi papá; primero comía el animal y por último él. Estaba atento a las vacunas y al desparasitamiento. Mi papá ha sido muy conducido. Su orgullo de cochero ha sido andar un buen animal.

Nos falta una ley protectora del animal. Eso sería bello. Todo el que tenga caballos en mal estado: -Mire, lo siento. Creemos que, este animal te dio lo suficiente para mantenerlo a su nivel y lo desatendiste.¡Tenés que jubilarlo!.

Un caballo que trabaja seis horas, no se malcría y atenderlo es cuestión de cariño. La vida de un caballo cochero es de 10 años.

El aseo se le hace por la mañana. Empezamos el baño de atrás para adelante. Así les gusta a los caballos. Lavamos todas sus cosas y de último se deja su cabeza.

El agua se deja chorrear al suave. Se ponen furiosos si le echamos en las orejas. Siempre el baño es por la mañana, por la tarde les hace daño. Les puede dar garrotera porque vienen asoleados y agitados. Luego esperamos dos horas para que vayan a pastear a la parcela. Todas las mañanas les damos un buen aliño. Revolvemos un balde de casuya o granza de arroz con un balde de afrecho o semolina, un medio de maíz, una bolsa de sal y un galón de agua. Con este preparo comen dos caballos. Pero siempre antes de ir trabajar. ¡Dios me libre de darles por la tarde! eso es atentar contra su salud.

Caballo comido, puesto al camino. Se le ponen sus arneses, el collar, los palillos, el pegador y se fijan las riendas. Los que van al pegue a las siete de la mañana, regresan a la una de la tarde. No importa en cual de las cuatro rutas trabajen".

Teodoro Merlín Soy chilero, mago y hablo con la panza…

Soy Juanito, muñeco del profesor Guerrulin, Guierrelin. Tengo 40 años de andar con este viejo, es profesor en magia, ventriloquia, payaso, se pega fuego, ha amaestrado perros y cabros. Es el Rasputin más viejo. ¿Sabe por qué le dicen Rasputin? Que lo diga él. El hombre se quita el muñeco y habla con su voz normal: La gente me apodo Rasputín, porque cuando era joven era muy buscando por las mujeres, fui suertero en asunto de las damas. 

Mi nombre de artista es Teodoro Merlín, tengo 59 años, miren, aquí ando mi tarjeta. Me buscan para cualquier fiesta, cumpleaños, bautizos, lo que sea, pues. No crean, yo estudie mi primaria, y parte de la secundaria en el Instituto de Chichigalpa, llegué hasta tercer año. Bien hubiera seguido, pero me intereso más el arte. El arte es lo más bello que hay, eso ya viene en la sangre eso no se estudia. Figurese, que talvez estaba en clases y se oía en la calle el alboroto, cuando venia entrando al pueblo el circo. 

Me salía escondido de la escuela para ir detrás del circo. Y en la noche ya estaba instalado en la cuarta banca, tirando bromas, chuleando, jodiendo con los cirqueros. Yo era metiche. Ahí fue pasando el tiempo, hasta que un día se acerca uno de los payasos y me dice: Ve hombre, vos tenes madera para muchas cosas, ¿No te gustaría entrar al circo? Dios míos, que felicidad, es como si me hubieran dado un beca. 

Yo me siento traquilo con este arte. Trabaje en la televisión, en la época de Miguel Sobeyda, con mis muñequitos: Juanito y Joselito, y me pagaban mis buenos pesos. También trabaje en veladas de colegios y teatros de cine junto con otros artistas como Raulín, Filosofito y Pinolillo. En el arte como en la vida hay sus momentos buenos y malos. Te voy a contar lo que me pasó en 1955 en Chinandega, haciendo la “decapitación humana”. La cosa de esta magia es que la gente ve como se le corta de un cutachazo la cabeza a una mujer. Ay, diosmiyito, y yo hacia bien el truco.

Hasta hablo y saludo al publico, porque yo hablo con el estomago. Ese truco bien hecho, me costo una carceleada de nueve días. Es que, entre publico habían dos guardias, a uno de ello le apodaban el Ni – Juan. El asunto es, cuando yo termino, se me dejan venir los dos guardias, se me cruzan de brazos, todos malencarados. Me dicen, ve hombre, recoge tus tres babosadas y camina. Es que, vas preso… callate, camina, y no irrespetes a la autoridad. Pero ¿Porque?, les pregunto yo. 

Es que andas indocumentado y vos no sos nicaragüense. ¡Cómo que no soy nicaragüense! Ni modo, camine. Pero la verdad fue, que estos guardias jodidos, se asustaron con mi presentación. Creyeron que era la verdad la decapitación, y cuando vieron que era truco, se arrecharo, porque se sintieron engañados.

JOSE ANTONIO BISTAMANTE CENTURION POR TRADICION DE LA IGLESIA GUADALUPE.

El pagador de promesas




Yo estudiaba y trabajaba. A los15 años me dio una fiebre que me dejó inválido, perdí la voz y casi no oía. Hasta los huesos se me estaban secando. En mi angustia de que me hablaban y apenas oía y no podía contestar, le pedí al Señor que me curara y a cambio, yo iba a ser su amigo.

Por eso le hice la promesa de ser Centurión. En la tradición, dicen que el Centurión, ayudó a Jesús en su calvario. Era su amigo y guardador. Me preparé para salir de Centurión.

En mi casa nadie se dió cuenta, creí que se iban a molestar. Un señor que sabía mucho sobre los romanos, me ayudó a dibujar el traje. Mis amigos me dieron dinero. Unos un peso, otros 50 centavos. Así hice el primer traje. 

Pedro Turuleto, el hojalatero, me hizo el primer casco. y todo salió bien. Rafael Pérez, el mejor santero de Chinandega, me regaló un Señor del Sepulcro, para que lo tuviera en mi casa.

Dos años después... un lunes a las 6 de la mañana, me llevé un susto. Que casi me mata. Voy por la esquina de Toña Torres, y como a las 30 varas me tropiezo con una bolsa vacía de cemento y sale una coronita de espinas

¡Ay Dios mío!, digo yo, ¿Qué es esto? Empujo otra vez la bolsa y va saliendo el Señor del Sepulcro, todo sucio pero enterito. Ay, mamita, digo yo. me pasa esto a mí, que soy su amigo. Se me pararon los pelos.


Lo recojo y como a la cuadra se me pega un dolor de cabeza y tengo una recaída. Mi mamá me lleva donde Marcelino Reyes, un buen médico. Me dice ¿qué fue lo que pasó? Casi no podía hablar y le dije: tuve un susto.

Mi mamá se lo contó y dice el doctor: andá traelo, quiero verlo. Regreso con el santo y me dice: Pero si es lindo, ¿Por qué te asustaste? Yo le contesto: porque soy su amigo. El me dió 10 córdobas.
Para que te lo retoquen, me dijo. De eso ya han pasado 24 años.

¿Quién no ha visto al centurión José Antonio Bustamante en Chinandega? Todos los Viernes Santo sale con el traje nuevo. Así se las ingenia: Hago una colecta por los barrios, por las casas de mis amigos y conocidos porque hacerse un traje quiere dinero.y la promesa se cumple a como se debe. 

El Viernes Santo desde muy temprano, agarramos las calles. Antes iba solo. Ahora voy con Ernesto Maravilla También pagador de promesa. Los pajes, Manuel Hernández y Chico Hernández, van porque les gusta. 

La promesa es no hablar durante el día y sólo beber frescos. Desde temprano recorremos los barrios y hacemos los encuentros. El encuentro con las espadas es sólo un juego. Mire, entramos a los patios de las casas para hacer la reverencia. 

La gente nos saluda, nos invitan a fresco y a veces a guaro. Nos confunden con los mantudos de San Pascual que van bebiendo. Es que ¿Sabe? Yo no bebo. Hay gente que me da dinero en la bolsa. Ese día yo no salgo a pedir limosna. 

Otros nos cierran los portones de su casa porque son evangélicos. Bueno, si no quieren, nosotros respetamos y no entramos. Me ha pasado con un cura que me dice: hombre, vos has arruinado la procesión del Viernes Santo.
Y a mi iglesia, no entrés. Eso a mí me da ira. Le digo al padrecito: Yo lo hago con respeto. Usted manda en su iglesia y el pueblo manda en la calle. Nosotros vamos un rato a cada una las procesiones. A la medianoche, que entra el Santo Entierro a la iglesia, viene el final que es lo más bonito. 
Después que el sepulcro entra, dejo el caballo y entro caminando hasta donde está el Señor, ahí caigo de rodillas y digo: verdaderamente tú eres el hijo de Dios. y me derrumbo como una gallina todo lleno de temblores y espero que pasen todos los Santos: la María Magdalena, San Juan... cuando el último pasa la puerta yo me levanto y me despido: hasta el próximo año, si Dios quiere.

LAS TRADICIONALES FIESTAS DE SAN ROQUE DE EL VIEJO.

El viejo es un pueblo muy antiguo, lleva ese nombre por Agateyte, un cacique muy respetado en la región. En chorotegano Teyte quiere decir viejo. Su territorio iba desde Cosigüina hasta el volcán El Viejo, que ahora .conocemos como San Cristóbal. Desde los tiempos del hilo azul se celebraba en El Viejo, la fiesta de la cosecha. Ahí las personas que más se estimaban, se regalaban las mejores frutas. Esta tradición fue cambiada por los españoles y dedicaron la fiesta a San Roque.

La novena de San Roque dice:
Cuando San Roque murió, dejó escrito con su mano, por mandato soberano un favor que consiguió y es que de Dios constituyó, a este médico celeste abogado de la peste.



En El Viejo, en un' inicio, sólo habían dos barrios, el barrio de Chumalpán, ahora barrio El. Calvario y el barrio Tololito, ahora de San José, Los barrios estaban uno a cada lado del río. El barrio de El Calvario, que era un barrio indio, tomó a San Roque y lo llamó San Roque Indio.

En la fiesta sólo los indios tenían su alegría. El que tenía la osadía de meterse a la fiesta salía mal muerto o bien muerto de ahí. La gente del otro barrio sólo miraban la alegría y decidieron celebrar su propio San Roque. Como aquel le llamaban el Indio, a este le bautizaron San Roque El Mulato. A partir de entonces los dos barrios, celebran la pitada juntos. A la entrada del pueblo, la gente gritaba: allá viene el pueblo Mulato, el pueblo Indio. 

Así es que los que vivían por el Cementerio, se quedaron fuera de la fiesta. En la comarca San Jerónimo que estaba pegadita al cementerio, unos señores se reunieron y mandaron a hacer su San Roque. Lo guardaron donde un señor apodado Nindirí. Para que quiso más, quedó apellidado Nindirí. La fiesta de San Roque ha ido creciendo, así como El Viejo se ha ido poblando, De veinte años para acá han surgido, otros tres San Roques conocidos.

Uno de ellos surgió por los años 75 o 76, cuando un comandante de la Guardia andaba en la fiesta y como castigo fue llevado amarrado a adorar al Santo. La gente por molestar al militar, le dijeron que ese era San Roque el Guerrillero, cosa que el guardia celebró y así fue bautizado el nuevo San Roque. Otro de los San Roques es el del barrio La Palma que don Tito Canales, comenzó a celebrar, con un santo que le prestaron.


En un principio fue llamado el abajeño, y que hoy se conoce como San Roque el Mestizo. También está San Roque el Libertario, que es más reciente y aunque en El Viejo, hay un poco de San Roques
y San Roquitos. San Roque es uno solo y una sola su fiesta. Las fiestas arrancan en julio con los cabildos para conquistar a las priostas y los priostes. Ahí se arman las parejas. A veces van de parejas viejitas con niños. Doña Julia Rodríguez fue priosta primera de San Roque Mulato. "La Chentia Manca era la primera priosta y cuando estaba grave, me mandó a llamar y descargó en mí.

Yo estuve más de 30 años de priosta. La priosta primera, organiza a las demás priostas En la noche de un sábado se hace una fiesta, para despedir a los priostes. Al amanecer del domingo, se aliña comida y salen al campo a buscar la madera para hacer la enramada del Santo. La fiesta comienza con el tope de las carretas. Las carretas se van a topar a la ronda Antes, la priosta traía una jícara de tiste. Se lo daba al carretero y le limpiaba la boca con un mantelito, bien limpiecito y planchadito. Lo perfumaba y coronaba. Mi compañero de fiesta por años, fue Isidro García. Una parte alegrísima de la fiesta es la pegada del motete.


Los motetes son los regalos que los priostes se dan entre ellos, también se los dan a la gente más querida. Se acostumbraba regalar panes con forma de indita y de indita o un pan con forma de conejo orejón, también cajetas de coco y sapoyol. Nadie sabía que le iban a pegar el motete. Aquello era una sorpresa. Sólo el motete de la pareja, era especial. Yo daba a hacer 20 ó 30 panes, los motetes los llevaba en un canasto y ya llevaban los nombres de sus dueños.

Dicen que lo de pegar los motetes es muy viejo. Los indios hacían la Fiesta de los Mitotes donde se regalaban las frutas más grandes de la cosecha. Ahora los motetes son según la bolsa. Fíjese que antes cada San Roque tenía como 50 parejas de priostes, ahora con costo se juntan 30 Yo tengo 90 años, y cuando los músicos vienen a tocar las canciones de las priostas, les pido mis canciones de siempre. Así siento la alegría y no pierdo la tradición. Me tocan "Morir soñando", "Amores de Abraham"y "Julia mía".

EL ARACELY BUS PELON DE LOS CHINANDEGANOS.


Antes de 1950, el bus pelón ya recorría las calles de Chinandega. Ahora hay uno bien chajineado que se
llama Araceli. A las 5 de la tarde, comienza a ruletear por toda la ciudad hasta las 11 de la noche. Muchos
cuarentones, en sus tiempos de chavalos dieron su vueltecita en el bus pelón.

El bus es parte de la ciudad y de su historia. No es como los buses de Managua que tienen sus rutas, aquí
uno sube y el conductor pregunta: ¿Por dónde quieren ir? Ahí se arma el alboroto, porque si la mayoría
dicen que por el Calvario, va por el Calvario, si por el Cementerio, va para el Cementerio.

La INA, no hay falla... el bus va para la INA. Hasta a El Viejo va este bus, si usted se lo pide. Aquí la
vuelta es al gusto del cliente.

Hasta los que tienen carro traen sus chavalos a dar su vueltecita. Es que los chavalos son encaves, muchos
arman una parranda para que los suban, y otra parranda cuando los bajan. Los pasajeros cambian según la
hora, temprano van los niñitos y sus mamás, después chavalos y chavalas.

Los novios y los mayores van ya noche. Su dueño, don Juan Rafael Peralta, compró este bus hace 8 años,
en León. Cuando lo trajo a Chinandega la gente le preguntaba: ¿Para qué querés esa chatarra? Don Payo le
puso el piso, los asientos y las varandas de madera, todo igual al viejo bus pelón.

En Chinandega muchos recuerdan el primer bus que fue de Juan Romero y después pasó al Señor Carrillo.
Este año, un señor Madrid de León se lo quiso comprar, pero don Payo más bien quisiera reconstruir el
antiguo bus, que está botado en un patio.

Para él, esto del bus es entretenimiento cuando no llueve porque en las tardes lluviosas no sale. Algunas
veces hace excursiones con niños de las escuelas. Los domingos, el bus hace propaganda, por las calles de
Chinandega. Los patrocinadores le ponen pay

EL CASITA SE VISTE NUEVAMENTE DE PINOS.



El volcán casita viene enfilado, en la cordillera de los Marrabios, es el único volcán que está vestido de pinos. 
Los gases eliminaron los pinares de su hermano el volcán San Cristóbal. Hace 26 años se hizo un recuento de los pinos del Casita, en ese tiempo habían más de 400 manzanas, ahora quedan 240 manzanas. Este volcán está en tierras del municipio de Posoltega. 

Desde la carretera de Chinandega a león, adelantito del empalme de Chichigalpa, se ve el volcán. Por la altura que tiene es un sitio apetecido para poner antenas, de radios y teléfonos.
El Casita mide 1400 metros de alto. Para calcular esa altura de cerros y volcanes el punto de referencia es el mar. El espejo de agua pues, ahí es cero metros. Por eso se dice que mide 1,400 metros sobré el nivel del mar.

Edwin Castillo, trabaja con el proyecto Pikín Guerrero. 
Nos cuenta que: "Este volcán fue declarado por MARENA, como Reserva Biológica, desde los primeros 300 metros de las faldas del volcán y de ahí para arriba. La ley dice que en esas áreas no se debe tocar ni los árboles, ni los animales. y no deben haber pobladores, pero... en el Casita siempre han vivido familias, unas tienen de 20 a 50 manzanas y otros entre 5 o 6 manzanas.



Aquí el mayor enemigo de los pinos es el fuego, que los cazadores y los mieleros, prenden. Ahora con apoyo del Proyecto Pikín Guerrero, los pobladores están sembrando arbolitos donde está más pelado. 
¡Mire! estamos llegando a la boca, ¿ve ese vapor que sale ahí aliado de esa piedra? Aquello es El Estero Real, y esos los campos planitos de Chinandega. ¡Es un lindo paisaje!

Pero el que vive aquí arriba, ir de un caserío a otro con carga al hombro, le zumba.

En la punta del volcán hay dos cráteres que son planos al fondo ahí se ve todo verde.
Uno de los cráteres es la hoyada donde viven los Ortiz y la otra hoyada es la de los lagunas.
Don Juan Laguna nos cuenta: La fuerza de este volcán es de humo y ceniza. El agua que se encuentra es helada, a pesar que por todos lados sale vapor y humo.
Aquí es bueno sólo para maíz y para árboles, yo tengo un bosquecito de 50 manzanas que se está regenerando y estoy de acuerdo que los que vivimos aquí, cuidemos estos pinos.
Es mejor cuidarlos que sembrarlos de nuevo.

En reforestación
Estamos trabajando desde hace 4 años, gente de varias comunidades.
Una de las comunidades es la de Versalles, ahí están sembrando pinos y otros árboles. Trabajamos en brigadas, para no darle cabida al fuego.
Trabajamos en los meses de Noviembre y Diciembre cuando las malezas están suaves y así los tiempos de incendios que van de enero a marzo, nos agarran preparados. Las rondas corta fuego. Hemos hecho 17 Km. de ronda, con un ancho de 13 metros.


Chapias y Limpias
Nos juntamos 35 personas, durante 3 semanas para realizar las chapias y las limpias. El zacate que se va cortando lo juntamos y lo quemamos ahí mismo.

Selección de pinos semilleros
Para recoger las semillas, escogemos los pinos fuertes, que tienen la copa frondosa y el tronco recto.

La recolección de las semillas.
La hacemos en marzo, antes que se abran los conos y se caigan las semillas. Seleccionamos los conos más hermosos, los cortamos con una vara y los dejamos que se abran para sacarles las semillas. De 15 sacos de conos.

La siembra al boleo


En mayo se siembra al boleo, vamos sembrando para abajo. Yo me llamo Pedro Narváez González, pero me conocen como pepe, soy guarda bosques. Nosotros recorremos el volcán, para evitar el despale, y para ver los árboles que van a cortar, para ver si tienen la mitad de sus ramas secas.

Cada año informamos a MARENA: de los árboles que se cortaron, donde se está perdiendo el pinar y dónde se está perdiendo el pinar y dónde se está regenerando. Con el trabajo de todos hemos parado los incendios.