MEMORIAS DEL CULTIVO DE ALGODÓN EN CHINANDEGA.: "
Durante los años cincuenta el cultivo del café y del ajonjolí empezaban a perder admiradores para cultivar algodón; el bosque comenzaba a ser mutilado en la Cuenca del Pacifico a pasos agigantados. En esta época en la zona de Carazo se cazaban venados,
tigrillos , monos congos y otras especies en los cafetales. Era época, donde en Carazo
hacía mucho frío; en El Crucero, Las Nubes y Casa Colorada el viento soplaba con tanta
fuerza que arrebataba el techo de las humildes viviendas; el frío, la humedad y la neblina eran tan intensas que paralizaban el trafico de vehículos y paisanos.
En la Cuenca del Pacifico (desde Chinandega hasta Rivas), las lluvias torrenciales de copiosos inviernos destruían los caminos de producción y los ríos aumentaban sus caudales a niveles peligrosísimos. Los copiosos inviernos cerraban el cielo con espesas nubes negras hasta por dos semanas, casi con carácter de diluvio. Quizás se recuerda que en uno de estos temporales, la represa de Izapa(carretera a León) se desbordo llevándose de cuajo el Puente sobre dicha carretera. Otras, eran las constantes lavadas de
Las Sierritas hacia Managua, o las crecidas del Lago Xolotlan que inundaban los barrios costeros como La Quinta Nina o El Barrio de los Pescadores.
Los buenos inviernos y los deseos de cultivar algodón empujo a la tala del bosque haciendo desaparecer por completo toda vida silvestre. Así mismo, muchos otros cultivos tradicionales en la zona(ajonjolí, naranjas, granos básicos, aguacates, ganadería, etc.) desaparecieron para dar paso al cultivo del algodón. Los años sesenta fueron los de mayor impacto. Somoza hablaba del gran “BOOM ECONOMICO”, se hablaba del Oro Blanco. El país se transformaba, nuevas carreteras, nuevas fabricas, cienes de nuevos carros cruzaban nuestras ciudades y campos. El empleo era abundante, de tal suerte que durante la época de la cosecha del algodón, cana de azúcar, café, ajonjolí, granos básicos, etc. la mano de obra nacional era insuficiente, de tal manera que los campos algodoneros eran invadidos por miles y miles de campesinos venidos de El Salvador y Honduras, quienes generalmente llegaban cruzando el Golfo de Fonseca y escalando los acantilados de Punta Cosiguina.
La economía había alcanzado niveles de desarrollo insospechados, se había llegado a cultivar en la década de los sesenta hasta 320 Mil manzanas de algodón y el ingreso per cápita llego a superar ampliamente los 1000 Dólares, cuando la pariedad cambiaria Córdoba-Dólar era del siete por uno. La abundancia de productos era notoria, las carreteras se ampliaban, los puertos marítimos se ampliaban, los créditos bancarios se diversificaban, nuevas empresas relacionadas al algodón se construían, en fin se creaba un sector industrial y manufacturero apoyado en la actividad algodonera. Las empresas de servicios también aparecieron dando apoyo al sector agrícola como eran compañías fumigadoras, agencias importadoras de maquinarias y equipos agrícolas, etc. Por otro lado las exportaciones superaban ampliamente los MIL MILLONES DE DOLARES y las importaciones satisfacían todos los gustos. Tanto las ciudades de León como Chinandega se transformaban física como socialmente. En este respecto, en Nicaragua había nacido una clase social diferente a las existentes que se identificaban por el éxito económico como: Algodoneros. Las profesiones universitarias no tenia el impacto que identificara la escolaridad de alguien pues era mas importante decir soy algodonero. Esta palabra algodonero hacia a cualquier analfabeto un distinguido y culto ciudadano que le habría las puertas de los mas cerrados círculos sociales o financieros.
La vida económica de muchos pueblos aledaños a los campos algodoneros, florecieron rápidamente aunque en actividades de servicios equivocados, pero en fin muy rentables, como era la abundancia de prostíbulos y cantinas. Estos centros de actividades varias reunió a cienes de campesinos y entre trago y trago y al ritmo de la música de Julio Jaramillo, Pena Aranda, Jorge Paladino, etc. los ciudadanos se disputaban a las doncellas para bailar previo un pago de 25 centavos.. Mas importante aun, era que estos lugares eran apoyados por el Comandante Departamental, pues de estos centros se originaba la principal fuente de ingresos del militar de turno. Así mismo, al día siguiente a cualquier fin de semana, los militares salían en un vehículo(en Managua era la ZARANDA) a recoger borrachos, pues en las cantinas borracho que besara el suelo lo tiraban a la calle, pero antes le hacían una limpieza en las bolsas.
En el campo, la vida seguía igual, se cumplía el ciclo agrícola: limpia, gradeo, arado., siembra, labores agrícolas, corte y venta. El proceso agrícola usaba la tecnología mas avanzada: arados de tractores, cosechadoras mecánicas, aviones para fumigar, centros de investigaciones, etc. Lo cierto es que se abuso de la tecnología de punta. Los suelos estaban completamente desprotegidos y las continuas roturaciones cada vez mas profundas iban destruyendo los suelos y la capa agrícola desaparecía paulatinamente. El daño a los suelos era casi de carácter irreversible, pues las incidencias mecánicas de pulverización presentaban un aspecto de desierto, es decir tierra suelta que con los vientos de la región producían las FAMOSAS TOLVANERAS que empacaban a los pueblos de Occidente. Por otro lado, la resistencia que las plagas ofrecían a los insecticidas llevo a que los algodoneros hicieran mas aplicaciones que las debidas o elevaban la concentración de los químicos. Consecuentemente, a mayores áreas cultivadas se aumentaban el consumo de productos químicos, y que ano con ano se aplicaban miles de toneladas de mezclas (agua mas insecticida). El resultado de tal abuso condujo a una intoxicación total. Así, las lluvias arrastraban el veneno a los ríos (el Río Chiquito de León es una muestra), o bien los suelos absorbían el exceso de agua-insecticida contaminando el manto acuífero. Por otro lado, durante las tolvaneras llevaban en cada partícula de tierra el mortal veneno (DDT, TOXAFENO, METHIL PARATION), que eran respirados por todo ser viviente, causando toda clase de enfermedades respiratorias, del hígado y la vista. También como regalo adicional eran los causantes de diferentes tipos de cáncer. No es casualidad, que en las regiones del país donde se han usado y abusado de ciertos químicos (León y Chinandega en cultivos como banano y algodón; en Carazo control de la Roya) son los departamentos que hoy en día tienen la mayor incidencia de cáncer en Nicaragua.
A finales de los años sesenta, el país fue golpeado por varios años de sequía y los Organismos del Gobierno (Ministerio de Agricultura, Comisión Nacional del Algodón, Banco Nacional de Nicaragua, etc.) consideraron necesario producir “INVIERNOS ARTIFICIALES”, recurriendo a la técnica de bombardear las nubes con hielo seco u otros productos químicos que en ocasiones producían verdaderos diluvios erosionando los desprotegidos campos algodoneros. El costo del daño que así se producía era elevadísimo, pues también entre las áreas sembradas se perdían entre el 20 y el 25 porciento.
La administración publica de la época, sabia a plenitud del desastre ecológico que se estaba produciendo; los cambios en el eco-sistema eran de carácter violento, pero los intereses económicos del gobernante, políticos, y sector privado no asimilaban la idea del desastre, sino que por defender sus inversiones se limitaban a manejar la información como un asunto “TOP SECRET” y en sus conclusiones decían “que no se podía dejar de cultivar algodón y que la gente usara mosquitero para no contaminarse”.
Como si lo que pasaba era poco, los mismos algodoneros cedían sus campos a ganaderos de la región para que alimentaran el ganado con los rastrojos de la misma planta. Este era un método barato de limpiar los campos, en cambio el ganadero (que en ocasiones era también algodonero) tenia una fuente de alimentación para el ganado de cero costo. La ganadería (leche y carne) así alimentada consumía grandes cantidades de veneno que se almacenaba en la grasa de sus carnes, pues el metabolismo del semoviente no eliminaba los químicos. De igual manera: la leche, el queso, y la mantequilla contenían cantidades considerables de veneno.
Es importante referir, que el consumo nacional de carne era suplido con el ganado de estas regiones (León, Chinandega) en cambio la ganadería del interior del país se canalizaba en su totalidad para la exportación por estar limpia de residuos contaminantes. En 1975 fueron analizadas en Alemania (Programa GTZ de la Misión Alemana en Nicaragua) varias muestras de grasa humana y leche materna, ambas obtenidas de pacientes de los hospitales de León y Chinandega. El resultado fue que en ambos casos habían concentraciones de veneno capaz de matar a cualquier europeo no acostumbrado a este medio tan violentamente contaminado.
Con el triunfo de la Revolución Sandinista las áreas cultivadas de algodón se reducen de 200 mil manzanas a 80 mil y posteriormente desaparece el cultivo del algodón del Agro Nicaragüense como una medida profiláctica en aras de recuperar el equilibrio ecológico. Es indudable que los daños causados por el algodón son de grandes dimensiones, pues ni el Gobierno de la Señora Violeta Chamorro, ni el del Dr. Arnoldo Alemán, ni el actual gobierno del Ing. Enrique Bolaños no dieron ni dan muestras de traer nuevamente el algodón al Agro Nicaragüense. Si esto es así, entonces la decisión de eliminar este rubro fue correcta, aunque ello haya significada UNA MUERTE ANUNCIADA A GRANDES SECTORES DE LA VIDA ECONOMICA DEL PAIS. LIC.RENE DAVILA. 10040011"
TIEMPOS DE DESARROLLO QUE NO VOLVERÁN.
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