IGLESIA DE GUADALUPE DE CHINANDEGA SANTUARIO DE LA VIRGEN DEL TEPEYAC.: ":yes: :up: :sing:
Este templo es de construcción reciente, con un bello frontipiscio estilo románico y torre lateral norte. El primer templo de Guadalupe se erigió en 1855 para luego ser seriamente afectado por un terremoto en 1885. Las páginas de la historia nos indican que el templo fue edificado como un ofrecimiento a la Virgen de Guadalupe para que desapareciese la peste del cólera que apareció en la ciudad en esa época, el milagro se cumplió y el templo sirvió de casa para la imagen de la 'Patrona de América Latina' que fue colocada en el santuario el 25 de diciembre de 1856, el Papa Pío IX le otorgó el grado de santuario siendo el primer templo en Centroamérica en ostentar este título. Es el templo que más recientemente fue restaurado por la fundación COEN y la fiesta principal en su honor se celebra cada 12 de diciembre, las procesiones de Semana Santa de este Santuario son las mas fervorosas de Chinandega junto con las de la Iglesia Santa Ana.
En 1853 debido a la peste del cólera, la ciudad hizo la promesa de construir un templo bajo la advocación de la virgen de Guadalupe, ubicada en el sector conocido como el barrio de La Humildad; esta promesa se materializó el año siguiente y originalmente era una ermita de adobes, pertenecía aún a la parroquia y esta a su vez comprendía todo el territorio de la ciudad de Chinandega. La consagración fue oficiada por el padre Aurelio Sotomayor. En el archivo histórico diocesano de León hay una carta de renuncia del Teniente de Fábrica Marcos Argüello, fechada el primero de octubre de 1867. Según la tradición de Chinandega, la original ermita de Guadalupe, fue construida por la devoción del padre Rocha en 1856 y además como resultado del compromiso colectivo en la forma de promesa hecha a la virgen de Guadalupe al ser afectado el pueblo por la peste del cólera.
Durante el año 2006 Fundación Coen inicio su restauración tanto externa como interior. Se realizo una reconstrucción de las áreas dañadas de la fachada, se remozo la imagen que preside el cimborio, así como las columnas griegas del frontispicio. Se coloco nuevo revoque a todas las paredes interiores pues el anterior estaba muy deteriorado. Dentro de la bodega mayor del templo se encontró desmontado un retablo del S. IXX el cual se coloco de nuevo. Se dejo al descubierto la piedra cantera de los nichos laterales, para admirar así el trabajo de nuestras manos indígenas.
Rojo, azul, oro y otros vistosos colores salieron de la paleta de fundación Coen para ornar la casa de la Morenita del Tepeyac.
:p :D
LIC:RENE DAVILA / 25070011"
martes, 26 de julio de 2011
domingo, 24 de julio de 2011
A LA MEMORIA ETERNA DE UN HIJO ILUSTRE DE CHINANANDEGA EL MAESTRO "HUMBERTO GALEANO"
A LA MEMORIA ETERNA DE UN HIJO ILUSTRE DE CHINANANDEGA EL MAESTRO "HUMBERTO GALEANO": "
Será difícil hablar de deportes en Chinandega sin hacer referencia a Humberto Galeano y no propiamente porque confeccionaba los uniformes que utilizaban los atletas de la ciudad.
Galeano garantizó su espacio en la historia, por su humanismo, solidaridad y el empuje que dio siempre a quien lo necesitaba. Quizá porque temprano entendió que quien no vive para servir, no sirve para vivir.
Humberto, o el maestro Galeano como se le llamaba cariñosamente, fue más que un sastre. Se dedicó a confeccionar sonrisas entre los más desfavorecidos y “uniformó” a todo el que pudo en su pueblo y más allá.
Pero además, administró el estadio de Chinandega, era mayordomo de las fiestas de la Virgen de Guadalupe y procreó una familia con hijos de bien.
Una de las facetas más conocidas de Galeano fue la de “scout”. Fue él quien descubrió a talentos como Oswaldo Mairena, Omar Varela, Enrique Mondragón y Oscar Mairena, a quienes trajo al Chinandeguita, un equipo en el que se incubaron muchos jugadores que luego militaron en Primera División.
Pero traerlos implicaba garantizarles techo y pan y Galeano lo hacía.
Mairena cuenta que la primera vez que llegó al Chinandega, Noel Areas lo dejó fuera porque ya tenía confeccionado el equipo, pero Galeano habló con Noel y se le dio otro chance para el zurdo que se convertiría más tarde en el primer lanzador siniestro nica en las Grandes Ligas.
Por el Chinandeguita pasaron además de Mairena, Varela y Mondragón, Juan Oviedo, los Romero, Léster Loáisiga y otros jugadores más, a quienes incluso dio trabajo en la sastrería, porque la mayoría eran de la zona rural.
En estos tiempos, en los cuales mucha gente anda buscando qué provecho sacan de los demás, harán falta Galeanos, hombre que entendió que dando es como se recibe y por eso se entregó por completo a su fe cristiana y a la pasión deportiva.
FACETAS DE LA PERSONALIDAD DEL MAESTRO.
Descubrió a Vicente Padilla
En su incansable trajinar, el maestro Galeano descubrió las virtudes del pitcher chinandegano de los Rangers de Texas, Vicente de la Cruz Padilla Ordóñez, y lo integró a su amado equipo que denominó “Chinandegita”, el cual era una “guerrillita” que daba batalla, parafraseando al recordado manager granadino Heberto “El Papá” Portobanco.
También dio oportunidad en ese club al ex lanzador de Grandes Ligas Oswaldo Mairena y al primera base Freddy Chévez. Y en los años 70 incluyó en el equipo occidental a Alfonso “Ponchito” Catín, conocido como el “Rey del Hit”.
Cuando estaba bien de salud, don Humberto se emocionaba viendo por televisión los juegos del gran Vicente Padilla, y siempre estuvo pendiente de la actuación de su hijo, Larry Galeano, receptor de la selección nacional y de los Tigres de Chinandega, del béisbol profesional.
Dos amigos entrañables del maestro de la confección
El experimentado manager Argelio “La Bruja” Córdova, dijo que Galeano Muñoz jugó la primera base, era excelente bateador, y en varias oportunidades fungió como directivo del equipo Chinandega, de la Primera División.
“Yo tenía un pequeño carro Toyota y nos movilizábamos juntos a los departamentos a buscar peloteros para formarlos, como el caso del brillante pitcher Asdrudes Flores. Nos metimos a una finca, y hubo que escoger cuatro caballos, porque tres se cansaron”, dijo Córdova, con su acostumbrada jocosidad.
Por su lado, el ex alcalde de Chinandega, Carlos Alemán, contemporáneo del fallecido, afirmó que mantuvo 60 años de amistad con él, y bajo su administración edilicia desempeñó el cargo de administrador del estadio de béisbol “Efraín Tijerino Mazariego”.
Recordó que jugó pelota junto a Galeano Muñoz en 1945, en los recordados equipos San Luis, Licores Bell y Zavala U, y en una ocasión le obsequió un traje que lo conserva como recuerdo del cariño que ambos se prodigaron.
Florentina Ordóñez, madre del lanzador de Grandes Ligas, Vicente de la Cruz Padilla Ordóñez, agradeció a don Humberto por el apoyo que proporcionó a su hijo cuando más lo necesitó. “Siempre pedí a Dios que lo mejorara, porque fue muy fino con Vicente, lo regañaba, pero hoy mi hijo lo agradece profundamente, y siempre preguntó por él, cuando hablamos telefónicamente”, expresó la progenitora.
Gabino García trabajó diez años en la sastrería Galeano, y recordó que en una temporada el maestro dejó el taller a su cargo, por lo que está agradecido con ese hombre bondadoso que como buen nicaragüense siempre degustaba un hermoso nacatamal los fines de semana.
Comprometido con su parroquia
El profesor Julio Zavala, Director de Cultura de la Alcaldía de Chinandega, calificó a Galeano Muñoz como un trabajador incansable, quien fungió como presidente de la junta de la parroquia Guadalupe y fue mano derecha de monseñor Daniel Pérez Roque.
Además fue presidente del Comité de Apoyo para el mejoramiento del templo, contribuyó en la construcción de los corredores, cerca, aceras, entre otras mejoras.
“Patrocinó con uniformes a equipos de béisbol del campo y la ciudad, apoyó la construcción de la Escuela El Rosario, contribuyó con medicamentos, vestuario y alimentos a guerrilleros sandinistas durante la lucha de liberación contra la dictadura Somocista”, expresó el educador.
Julio César Velásquez Bustamante, Alcalde de Chinandega, don Humberto fue su segundo padre e hizo buenas obras a todos, por lo que lo homenajearon en vida para devolver parte de la gran obra a favor de cientos de chinandeganos.
NOTA: ESTE ARTICULO LO DEDICO CON SENTIMIENTOS EN RECUERDO DE MI PADRE 'JOSE HUMBERTO GALEANO MUÑOZ'.
LIC:RENE DAVILA / 24070011"
Será difícil hablar de deportes en Chinandega sin hacer referencia a Humberto Galeano y no propiamente porque confeccionaba los uniformes que utilizaban los atletas de la ciudad.
Galeano garantizó su espacio en la historia, por su humanismo, solidaridad y el empuje que dio siempre a quien lo necesitaba. Quizá porque temprano entendió que quien no vive para servir, no sirve para vivir.
Humberto, o el maestro Galeano como se le llamaba cariñosamente, fue más que un sastre. Se dedicó a confeccionar sonrisas entre los más desfavorecidos y “uniformó” a todo el que pudo en su pueblo y más allá.
Pero además, administró el estadio de Chinandega, era mayordomo de las fiestas de la Virgen de Guadalupe y procreó una familia con hijos de bien.
Una de las facetas más conocidas de Galeano fue la de “scout”. Fue él quien descubrió a talentos como Oswaldo Mairena, Omar Varela, Enrique Mondragón y Oscar Mairena, a quienes trajo al Chinandeguita, un equipo en el que se incubaron muchos jugadores que luego militaron en Primera División.
Pero traerlos implicaba garantizarles techo y pan y Galeano lo hacía.
Mairena cuenta que la primera vez que llegó al Chinandega, Noel Areas lo dejó fuera porque ya tenía confeccionado el equipo, pero Galeano habló con Noel y se le dio otro chance para el zurdo que se convertiría más tarde en el primer lanzador siniestro nica en las Grandes Ligas.
Por el Chinandeguita pasaron además de Mairena, Varela y Mondragón, Juan Oviedo, los Romero, Léster Loáisiga y otros jugadores más, a quienes incluso dio trabajo en la sastrería, porque la mayoría eran de la zona rural.
En estos tiempos, en los cuales mucha gente anda buscando qué provecho sacan de los demás, harán falta Galeanos, hombre que entendió que dando es como se recibe y por eso se entregó por completo a su fe cristiana y a la pasión deportiva.
FACETAS DE LA PERSONALIDAD DEL MAESTRO.
Descubrió a Vicente Padilla
En su incansable trajinar, el maestro Galeano descubrió las virtudes del pitcher chinandegano de los Rangers de Texas, Vicente de la Cruz Padilla Ordóñez, y lo integró a su amado equipo que denominó “Chinandegita”, el cual era una “guerrillita” que daba batalla, parafraseando al recordado manager granadino Heberto “El Papá” Portobanco.
También dio oportunidad en ese club al ex lanzador de Grandes Ligas Oswaldo Mairena y al primera base Freddy Chévez. Y en los años 70 incluyó en el equipo occidental a Alfonso “Ponchito” Catín, conocido como el “Rey del Hit”.
Cuando estaba bien de salud, don Humberto se emocionaba viendo por televisión los juegos del gran Vicente Padilla, y siempre estuvo pendiente de la actuación de su hijo, Larry Galeano, receptor de la selección nacional y de los Tigres de Chinandega, del béisbol profesional.
Dos amigos entrañables del maestro de la confección
El experimentado manager Argelio “La Bruja” Córdova, dijo que Galeano Muñoz jugó la primera base, era excelente bateador, y en varias oportunidades fungió como directivo del equipo Chinandega, de la Primera División.
“Yo tenía un pequeño carro Toyota y nos movilizábamos juntos a los departamentos a buscar peloteros para formarlos, como el caso del brillante pitcher Asdrudes Flores. Nos metimos a una finca, y hubo que escoger cuatro caballos, porque tres se cansaron”, dijo Córdova, con su acostumbrada jocosidad.
Por su lado, el ex alcalde de Chinandega, Carlos Alemán, contemporáneo del fallecido, afirmó que mantuvo 60 años de amistad con él, y bajo su administración edilicia desempeñó el cargo de administrador del estadio de béisbol “Efraín Tijerino Mazariego”.
Recordó que jugó pelota junto a Galeano Muñoz en 1945, en los recordados equipos San Luis, Licores Bell y Zavala U, y en una ocasión le obsequió un traje que lo conserva como recuerdo del cariño que ambos se prodigaron.
Florentina Ordóñez, madre del lanzador de Grandes Ligas, Vicente de la Cruz Padilla Ordóñez, agradeció a don Humberto por el apoyo que proporcionó a su hijo cuando más lo necesitó. “Siempre pedí a Dios que lo mejorara, porque fue muy fino con Vicente, lo regañaba, pero hoy mi hijo lo agradece profundamente, y siempre preguntó por él, cuando hablamos telefónicamente”, expresó la progenitora.
Gabino García trabajó diez años en la sastrería Galeano, y recordó que en una temporada el maestro dejó el taller a su cargo, por lo que está agradecido con ese hombre bondadoso que como buen nicaragüense siempre degustaba un hermoso nacatamal los fines de semana.
Comprometido con su parroquia
El profesor Julio Zavala, Director de Cultura de la Alcaldía de Chinandega, calificó a Galeano Muñoz como un trabajador incansable, quien fungió como presidente de la junta de la parroquia Guadalupe y fue mano derecha de monseñor Daniel Pérez Roque.
Además fue presidente del Comité de Apoyo para el mejoramiento del templo, contribuyó en la construcción de los corredores, cerca, aceras, entre otras mejoras.
“Patrocinó con uniformes a equipos de béisbol del campo y la ciudad, apoyó la construcción de la Escuela El Rosario, contribuyó con medicamentos, vestuario y alimentos a guerrilleros sandinistas durante la lucha de liberación contra la dictadura Somocista”, expresó el educador.
Julio César Velásquez Bustamante, Alcalde de Chinandega, don Humberto fue su segundo padre e hizo buenas obras a todos, por lo que lo homenajearon en vida para devolver parte de la gran obra a favor de cientos de chinandeganos.
NOTA: ESTE ARTICULO LO DEDICO CON SENTIMIENTOS EN RECUERDO DE MI PADRE 'JOSE HUMBERTO GALEANO MUÑOZ'.
LIC:RENE DAVILA / 24070011"
martes, 19 de julio de 2011
MUSICA FOLKLORICA CHINANDEGANA.
MUSICA FOLKLORICA CHINANDEGANA.: ":yikes: :cry: :bomb: :insane:
1)Son de San Pascual de Bailón, en la cuidad de Chinandega se celebra el 17 de mayo a San Pascual, su baile es acompañado por los Mantudos, promesantes vestidos estrafalariamente con máscaras grotescas y con un juco en la mano. El juco está elaborado con la mitad de un jícaro y cubierto con un cuero de venado al estilo tambor que a su vez está atravesado en el centro por un orificio donde entra un palo bañado con brea. Su sonido es similar a su nombre y se hace sonar al frotar el palo con la yema de los dedos. El son San Pascual Bailón se ejecuta con Banda Filarmónica, consiste en unos pasos para adelante y otros para atrás, interpreta la Banda Filarmónica Tino López Guerra de Chinandega. Grabado en Chinandega en 1990.
2)Son de la cuchara panda, esta es una pieza eminentemente viejana, del Viejo, Chinandega, se escucha en la entrega de los Motetes y en la sacada de priostes de San Roque el 17 de agosto, hay varias pitadas o salidas de San Roque y en cada pitada suena la cuchara panda, es ejecutado por la Banda Filarmónica Tino López Guerra de Chinandega, los bailantes al compás del son hacen una reverencia a San Roque y se agachan un momento dando la apariencia que se pandean al bailar el son tradicional. Grabado en 1990 en El Viejo, Chinandega.
3)La cerro negro, a ritmo de fox campesino, interpretada por el guitarrista campesino Raúl Somarriba González, se la aprendió a través de un lugareño que vivía al pie del cerro negro de allí se deriva el titulo, grabada en 1977 en El Viejo, Chinandega.
4)Asómate a la ventana, es una canción de amor campesino, ideal para una serenata, recordada por el artesano y trovador Humberto Aguilar Sáenz, mejor conocido como “Tata Beto” él dice que el tema tiene mas de 150 años de estar entre la familia, se la aprendió a su abuelo de casi 100 años. Con él se anochecía y se miraba la aurora y no repetía una canción de su repertorio popular, fue grabada en su rancho en El Viejo, Chinandega, para el programa Así es Nicaragua de Canal 6 en 1986.
5)Chumbale, es un tema perteneciente a la picardía nicaragüense, de autor desconocido interpretado por Tata Beto, un personaje de leyenda, trovadores sutiaveños la cantaban en León desde hace algunos años. Tata Beto en su vida como trovador se logró aprender de memoria más de 500 canciones folklóricas y Chumbale fue una de sus preferidas. Grabada en Cosiguina en 1992.
6) Rosa con hoja, es una canción anónima con todas las señas de un romance español, su guardador e interprete es Tata Beto, se acompaña con su guitarra acústica. En su repertorio también sobresalen las canciones patrióticas entre ellas una dedicada al Sandino. El tema fue grabado en 1987 en su rancho en El Viejo Chinandega.
7) Que se rredamen las copas, es una canción nacida en la guerra nacionalista contra la intervención norteamericana en 1929, la cantaban Pedro Cabrera “Cabrerita” y Tranquilo Jarquín, ambos soldados y trovadores del Ejercito Defensor de la Soberanía Nacional, su intérprete es Tata Beto. Este humilde trovador murió el 26 de junio de 1998 en Chinandega, tenía 68 años, fue grabada en el Viejo, Chinandega en 1990.
8) Corrido a Benjamin Zeledón, Está declarado Héroe Nacional de Nicaragua, se destacó en la Batalla de Namasigue en 1907, el General Zeledón fue muerto por las tropas yanquis de ocupación el 4 de octubre de 1912 en Catarina donde descansan sus restos. Don Enrique Sosa nos presenta una canción donde se narra sus hazañas, la canción se la aprendió en la Hacienda Roma En Chinandega a un campisto. En 1912 se cumplirán 90 años de su caída en combate por la libertad de Nicaragua. Grabada en 1982.
:no: :up: :yes: LIC:RENE DAVILA / 18070011"
1)Son de San Pascual de Bailón, en la cuidad de Chinandega se celebra el 17 de mayo a San Pascual, su baile es acompañado por los Mantudos, promesantes vestidos estrafalariamente con máscaras grotescas y con un juco en la mano. El juco está elaborado con la mitad de un jícaro y cubierto con un cuero de venado al estilo tambor que a su vez está atravesado en el centro por un orificio donde entra un palo bañado con brea. Su sonido es similar a su nombre y se hace sonar al frotar el palo con la yema de los dedos. El son San Pascual Bailón se ejecuta con Banda Filarmónica, consiste en unos pasos para adelante y otros para atrás, interpreta la Banda Filarmónica Tino López Guerra de Chinandega. Grabado en Chinandega en 1990.
2)Son de la cuchara panda, esta es una pieza eminentemente viejana, del Viejo, Chinandega, se escucha en la entrega de los Motetes y en la sacada de priostes de San Roque el 17 de agosto, hay varias pitadas o salidas de San Roque y en cada pitada suena la cuchara panda, es ejecutado por la Banda Filarmónica Tino López Guerra de Chinandega, los bailantes al compás del son hacen una reverencia a San Roque y se agachan un momento dando la apariencia que se pandean al bailar el son tradicional. Grabado en 1990 en El Viejo, Chinandega.
3)La cerro negro, a ritmo de fox campesino, interpretada por el guitarrista campesino Raúl Somarriba González, se la aprendió a través de un lugareño que vivía al pie del cerro negro de allí se deriva el titulo, grabada en 1977 en El Viejo, Chinandega.
4)Asómate a la ventana, es una canción de amor campesino, ideal para una serenata, recordada por el artesano y trovador Humberto Aguilar Sáenz, mejor conocido como “Tata Beto” él dice que el tema tiene mas de 150 años de estar entre la familia, se la aprendió a su abuelo de casi 100 años. Con él se anochecía y se miraba la aurora y no repetía una canción de su repertorio popular, fue grabada en su rancho en El Viejo, Chinandega, para el programa Así es Nicaragua de Canal 6 en 1986.
5)Chumbale, es un tema perteneciente a la picardía nicaragüense, de autor desconocido interpretado por Tata Beto, un personaje de leyenda, trovadores sutiaveños la cantaban en León desde hace algunos años. Tata Beto en su vida como trovador se logró aprender de memoria más de 500 canciones folklóricas y Chumbale fue una de sus preferidas. Grabada en Cosiguina en 1992.
6) Rosa con hoja, es una canción anónima con todas las señas de un romance español, su guardador e interprete es Tata Beto, se acompaña con su guitarra acústica. En su repertorio también sobresalen las canciones patrióticas entre ellas una dedicada al Sandino. El tema fue grabado en 1987 en su rancho en El Viejo Chinandega.
7) Que se rredamen las copas, es una canción nacida en la guerra nacionalista contra la intervención norteamericana en 1929, la cantaban Pedro Cabrera “Cabrerita” y Tranquilo Jarquín, ambos soldados y trovadores del Ejercito Defensor de la Soberanía Nacional, su intérprete es Tata Beto. Este humilde trovador murió el 26 de junio de 1998 en Chinandega, tenía 68 años, fue grabada en el Viejo, Chinandega en 1990.
8) Corrido a Benjamin Zeledón, Está declarado Héroe Nacional de Nicaragua, se destacó en la Batalla de Namasigue en 1907, el General Zeledón fue muerto por las tropas yanquis de ocupación el 4 de octubre de 1912 en Catarina donde descansan sus restos. Don Enrique Sosa nos presenta una canción donde se narra sus hazañas, la canción se la aprendió en la Hacienda Roma En Chinandega a un campisto. En 1912 se cumplirán 90 años de su caída en combate por la libertad de Nicaragua. Grabada en 1982.
:no: :up: :yes: LIC:RENE DAVILA / 18070011"
RESERVA NATURAL COMPLEJO VOLCÁNICO SAN CRISTOBAL-CASITA
RESERVA NATURAL COMPLEJO VOLCÁNICO SAN CRISTOBAL-CASITA: "
El Complejo Volcánico San Cristóbal-Casita es un área protegida de 179.64 km2 bajo la categoría de Reserva Natural perteneciente al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP) de la República de Nicaragua. Fue establecida por el Decreto Ley 1320 del año 1983. Se localiza en el departamento de Chinandega, al norte de la región del Pacífico de Nicaragua, a 130 km de la capital Managua. Esta formada por una cordillera de cinco conos volcánicos, entre ellos el volcán San Cristóbal, el más alto del país.
El Decreto Ley mencionado establece en su artículo 1 que la creación del área protegida Reserva Natural Complejo Volcánico San Cristóbal - Casita tiene como objeto proteger y prevenir mayores deterioros ecológicos en aquellas áreas naturales significativas de nuestra geografía.
El Complejo Volcánico San Cristóbal - Casita es área de recarga del acuífero de occidente. Este acuífero es la fuente de suministro de toda la batería de pozos con que la Empresa Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ENACAL) abastece con agua potable a la población de los municipios de Chinandega, Chichigalpa, Posoltega, Corinto, El Realejo y parte de El Viejo con cerca de 340 mil habitantes. El acuífero también abastece con agua a todas las comunidades rurales que se encuentran en la base del complejo volcánico, y a los sistemas de riego del Ingenio San Antonio (ISA), que tiene las plantaciones de caña de azúcar más extensas del país.
Ubicación, Área y Acceso
La Reserva Natural Complejo Volcánico San Cristóbal - Casita, se localiza en los municipios de Chinandega, Chichigalpa y Posoltega, departamento de Chinandega, en la parte norte de la región del Pacifico de Nicaragua, forma parte de la cordillera de Los Maribios y tiene una extensión territorial de unas 17,964.10 hectáreas (179.64 km2) que corresponden a 25,509 manzanas.
Los límites de la Reserva Natural Complejo Volcánico San Cristóbal - Casita están definidos por la curva de nivel de 300 msnm; lo que fue establecido en su decreto creador.
Suelos
Los suelos del área protegida y en las llanuras circunvecinas son de orígenes volcánicos, fértiles y profundos, de textura franco arenosa y sumamente frágiles.
Precipitación
La precipitación promedio sobre el complejo es de 1600 a 1800 mm anuales (Atlas INETER, 1995), mayor que en el resto de la región del Pacífico. Esto es debido a que el área es influenciada tanto por un eje de pluviosidad proveniente del cercano océano Pacífico como por los vientos alisios húmedos del Mar Caribe. Incluso, en las partes altas del complejo la precipitación es aún mucho mayor. Un pluviómetro instalado hace 40 años en la finca Argelia, a 680 msnm, muestra valores promedio de precipitación arriba de los 2000 mm por año.
Hidrografía
No existen corrientes de agua permanentes que bajen del complejo debido a la alta porosidad de sus suelos. No obstante debido a ésta alta permeabilidad el complejo actúa como una inmensa esponja que absorbe el agua de lluvia. Esta agua se descarga de dos maneras: por un lado, emerge en una serie de cortos ríos que nacen a cierta distancia en las llanuras circunvecinas y que desembocan en la bahía de Corinto y en el Golfo de Fonseca; y por otro lado da origen a extensos mantos de agua subterránea situados en las llanuras al norte y al sur del complejo.
Hacia la bahía de Corinto corren 10 ríos, varios son represados y utilizados como fuente de agua para riego. Los más importantes son el río Posoltega, Mono Muerto, Amalia o río Sucio, y Cosmapa, éste último corre cercano a la hacienda del mismo nombre . Otros ríos son el río Los Remedios, El Tesorero, Las Lajas, El Realejo, San Isidro y Atoya.
De esta Reserva Natural nace el río Olomega que es una de las principales cabeceras del río Estero Real. El Olomega brota al pie de las lomas de San Lucas situadas al noreste del cono de La Pelona, que luego en su desembocadura forma el área protegida del Estero Real, declarada sitio Ramsar.
Biodiversidad
La Reserva Natural se levanta sobre las planicies agrícolas del occidente de Nicaragua, formando un refugio natural en medio de un paisaje altamente humanizado. Sus principales características son las siguientes:
Diversidad de ecosistemas:
En el área protegida hay tres tipos de ecosistemas naturales: bosque tropical seco o bosque deciduo, bosque de pino y sabanas sin cobertura leñosa (pastos naturales).
La Reserva Natural contiene junto con las Reservas Naturales de Cosigüina y de Chacocente, uno de los últimos remanentes del ecosistema de bosque tropical seco que aún a comienzos del siglo pasado cubría la mayor parte de la región del Pacífico de Nicaragua. El ecosistema del bosque seco tropical ocupa el 42.34 % del área total de la Reserva Natural.
Asimismo, los rodales de Pinus oocarpa del complejo, localizados principalmente en el volcán San Cristóbal y en la arista oeste del Casita por encima de los 1000 msnm, constituyen una de las poblaciones naturales de pinos situadas más al sur del continente americano. Las 70.39 ha pinares del área protegida se encuentran amenazadas por las constantes quemas del verano y la plaga del gorgojo descortezador del pino, Dendroctonus frontalis Zimm.
Las sabanas sin cobertura leñosa (pastos naturales) son el tercer ecosistema natural del área protegida. Ocupan el 11.36 % del área y se localizan sobre sustrato de lava volcánica y con poco suelo formado ubicados en las cumbres del volcán San Cristóbal, Casita, Moyotepe y La Pelona en alturas arriba de los 600 msnm. Las herbáceas ocupan la mayor parte de este ecosistema con dominancia de Poaceas. La sabana situada en las laderas del San Cristóbal, arriba de los 800 msnm, presenta una interesante población de Liliáceas adaptadas a los fuertes vientos y los gases volcánicos.
Otro importante ecosistema (agrícola) de la Reserva son las plantaciones de café o cafetales, Coffea arabica. Debido a que todo el café en la Reserva es plantado bajo la sombra de árboles, los cafetales forman un valioso hábitat para la fauna del complejo. Los cafetales se extienden sobre una superficie de unas 678.79 ha repartidas entre una media docena de fincas cafetaleras. Están plantados en las partes más altas del complejo en donde existe mayor riesgo de erosión, entre 600 a 700 msnm, y en donde actúan como una barrera protectora para la conservación de los suelos y las aguas. Los cafetales ayudan también a conservar los bosques naturales puesto que a los propietarios de café les interesa dejar bosques a su alrededor a fin de contribuir a crear un microclima favorable para las plantaciones de café.
Riqueza de especies:
Flora y Fauna
Existen pocos estudios sobre las especies de flora y fauna en el complejo. La información disponible muestra lo siguiente:
Se reportan 64 especies de árboles en la Reserva según un muestreo efectuado durante una investigación realizada por la UCA (¿El bosque y la gente pueden coexistir? Túpac Barahona. Nitlapán 2002).
Se reportan 61 especies arbóreas agrupadas en 34 familias en la finca Argelia, una de las propiedades privadas más grandes del área protegida y con un bosque bastante conservado (Caracterización de la vegetación arbórea del volcán Casita. Departamento de Biología. UNAN León, 2003).
41 especies de aves, 23 de mamíferos, 10 especies de reptiles (Fundenic, 1999). Se reportan 79 especies de mariposas en el volcán Casita (J.M.Maes. Revista Encuentro No. 51, 1999)
A la fecha se ha reportado al menos la presencia de 3 especies de aves, en realidad subespecies, restringidas a hábitat con poblaciones aisladas. Éstas son: el sabanero dorsilistado Aimophila botteri (vulcani); charralero de las rocas, Salpinctes obsoletus (fasciatus); y el charralero cejiblanco, Thryothorus ludovicianus (albinucha). Esta última según Martínez Sánchez (The Cooper Ornithological Society, 1989) sugiere una especie diferente de la reportada para la península de Yucatán, México. El aislamiento de estas especies en los volcanes las hace exclusivas.
En San Cristóbal-Chonco se reportan el avistamiento ocasional de lapas rojas, Ara macao, pertenecientes a la pequeña población de lapas del volcán Cosigüina, lo que indica la presencia de un corredor que conecta ambas áreas protegidas. El último avistamiento reportado fue en septiembre del 2003 en la finca San Rafael del volcán San Cristóbal a 700 msnm. Se observó pareja de lapas rojas en un árbol de jobo, Spondia bombin, luego se dirigieron hacia el sector del Casita (comunicación personal de don Vicente Pérez, administrador finca San Rafael).
El área es zona de paso y alimentación para aves. El propietario de la finca Argelia reporta la presencia de aves migratorias que en los meses de noviembre bajan a bañarse y alimentarse en una laguneta artificial que se ocupa como abrevadero para el ganado de la propiedad. Reporta también el paso ocasional de bandadas entre 20 a 30 individuos de tucanes collarejos, Pteroglossus torquatus, en meses de junio-julio.
Presencia de poblaciones y áreas de anidamiento de la lora nuca amarilla, Amazona ochrocephalla (auropalliata), en el volcán San Cristóbal, Casita y Chonco. Las loras construyen sus nidos en árboles altos (+30 m) y maduros por lo que su presencia es un indicador de la existencia de viejos árboles remanentes del bosque primario.
Variada fauna de mamíferos en las fincas San Rafael, San Cristóbal, Las Banderas, Miramar, Versalles, Santa Cruz, El Porvenir, Argelia, Bellavista y la Concepción. Se reporta la presencia de tigrillos, Leopardus wiedii; sahinos, Tayassu tajacu; venados, Odocoileus virginianus; pizotes, Dasiprocta punctata; y guardatinajas, Agouti paca. Se reporta en las Banderas y Miramar la presencia de una población de 38 monos cara blanca, Cebus capucinus.
Potencial del Área Protegida
Agua y Bosques
El principal valor de la Reserva Natural Complejo Volcánico San Cristóbal - Casita es el agua. Por su forma, altura y posición geográfica; la textura de sus suelos y cobertura agroforestal, la Reserva Natural actúa como una esponja gigante que absorbe el agua de lluvia y que después drena hacia los acuíferos cercanos y el mar, en donde presta dos grandes servicios ambientales que son:
- Recarga del acuífero de Occidente, de donde se extrae toda el agua de consumo para casi 340,000 personas y sirve de base para el desarrollo económico de los municipios de Chinandega, El Realejo, Chichigalpa, Corinto, Posoltega y parte del municipio de El Viejo.
- Mantenimiento de los manglares de la bahía de Corinto y de los humedales del Estero Real, sitio Ramsar. Ambos ecosistemas reciben un suministro continuo de agua dulce de origen subterráneo que proviene de la Reserva Natural. Sin este aporte de agua dulce ambos ecosistemas se verían expuestos a una salinización progresiva que podría alterar gravemente su equilibrio ecológico.
Después del agua, el otro gran valor de la Reserva Natural es su riqueza de ecosistemas, que se caracteriza por ser una de las mayores masas de bosque tropical seco del país con 7,676.36 ha , y uno de los últimos rodales de bosques de pino, Pinus oocarpa, localizados más al sur del continente americano.
Áreas críticas
Lugar de siembra de frijoles en el volcán San Cristóbal
Sobre la ladera noroeste del volcán San Cristóbal, hay una zona de siembra de frijoles, Phaseolus vulgaris, en un área aproximada de 300 ha comprendidas entre las cotas de 500 a 640 msnm.
Esta es una zona altamente vulnerable a los deslizamientos de tierras debido a la combinación de tres factores desencadenantes: frágil textura de suelos, alto grado de pendiente y ausencia de cobertura boscosa. Los suelos son de textura arenosa a franco arenosos, con pendientes entre el 30 al 50 % y con casi total ausencia de árboles debido a que el bosque fue talado y sustituido por cultivos de frijoles.
Lugar dañado por los gases del volcán San Cristóbal
Después de su última erupción acaecida en los años de 1684-85, el volcán San Cristóbal entra nuevamente en actividad en 1971. A partir de ese año a la fecha el volcán ha continuado emitiendo gases en forma permanente
Red de drenaje superficial
Existe una densa red de drenaje superficial que baja del complejo volcánico, por ejemplo sólo la carretera situada al oeste del área protegida y que une las ciudades de Chinandega y Posoltega es atravesada por 20 cauces en un trayecto de 13 km de longitud, es decir más de un cauce por kilómetro.
La velocidad de escorrentía del agua de lluvia es tal que después de una lluvia intensa, una gota de agua que cae en las partes altas del complejo llega al mar en menos de 24 horas . De esta manera no sólo se pierden sin infiltrarse grandes volúmenes de agua, sino que también se arrastran grandes cantidades de suelos fértiles que cuando llegan al mar anegan de lodo manglares y sitios de cría y de desove de peces, crustáceos y camarones.
Estos grandes volúmenes de aguas, tierras y arenas también destruyen propiedades y suelos agrícolas situados en las planicies circunvecinas al área protegida. Las áreas de siembra de maní que se localizan en la planicie volcánica al sur del complejo volcánico son uno de los cultivos más afectados por el arrastre de lodos, piedras y arenas.
Valoración de la biodiversidad
Diversidad de ecosistemas
La Reserva Natural Complejo Volcánico San Cristóbal - Casita es representativa de tres ecosistemas naturales: los únicos pinares de la región del Pacífico de Nicaragua, bosque tropical seco y sabana de hierbas sin cobertura leñosa. Desde el punto de vista de su prioridad para la conservación, el valor de estos ecosistemas es el siguiente:
Ecosistema de Pinos de las cumbres volcánicas del San Cristóbal y Casita
Los rodales de pino ocote, Pinus oocarpa (±12º 30' Norte, UTM 14) que se encuentran en las laderas volcánicas del San Cristóbal y Casita forman parte de la frontera Sur del género Pinus en América, junto a los rodales de pino que se localizan en el cerro Güisisil al norte del Lago de Managua . Esto convierte a estos pinares en un ecosistema único en el mundo. Si a esto se añade su muy pequeño tamaño (70.39 ha) y la amenaza a que están siendo sometidos por la plaga del gorgojo descortezador y las quemas del verano, convierten a este ecosistema en la prioridad número uno de conservación para esta área protegida.
Ecosistema de bosque tropical seco
El bosque deciduo tropical que se localiza a lo largo del área protegida conforma una de las tres últimas grandes extensiones de este ecosistema que aún se mantienen en la región del Pacífico de Nicaragua. Debido a su mediano tamaño estos bosques no enfrentan el mismo grado de amenaza de los bosques de pinos. Sin embargo por el vital servicio que prestan como protectores de la capacidad de infiltración del agua que consumen 340 mil personas y los servicios ambientales que ofrecen a los manglares de Corinto y humedales del Estero Real, se requiere protegerlos para mantener y aumentar su cobertura.
Ecosistema de sabana sin cobertura leñosa
Este ecosistema es característico de las partes altas de algunos de los conos volcánicos cuaternarios de la región del Pacífico tales como los volcanes Cosigüina, Telica, Hoyo, Masaya, Concepción. En el caso del área protegida San Cristóbal-Casita este ecosistema por su relativo aislamiento y conservación en las alturas de las cumbres volcánicas, no enfrenta los mismos riesgos de conservación de los pinares y el bosque tropical seco. Estas sabanas de herbáceas, compuestas por un importante grupo de hierbas introducidas como el pasto jaragua, Hyparrhenia rufa, juegan un importante papel como retenedores de suelo en las partes altas del complejo volcánico, en donde por la presencia de fuertes vientos no crecen especies arbóreas.
Diversidad de especies
San Cristóbal Casita tiene menor riqueza de especies que las otras dos grandes Reservas Naturales del trópico seco del país, Chacocente y Cosigüina. Sin embargo posee especies particulares de interés para la conservación entre las que destacan tres grupos de especies: especies de distribución geográfica limitada, especies en peligro de extinción, y especies amenazadas de extinción. Las especies de distribución geográfica limitadas son las siguientes:
Se destaca en primer lugar el Pinus oocarpa, único pino del trópico seco del Pacífico y la variedad de pino más 'tropical' del mundo.
Presencia de tres sub-especies de aves restringidas a hábitat: Éstas son: el sabanero dorsilistado Aimophila botteri (vulcani); charralero de las rocas Salpinctes obsoletus (fasciatus) y el charralero cejiblanco Thryothorus ludovicianus (albinucha).
Cuatro especies en peligro de extinción (Apéndice No. 1, CITES). Son las siguientes:
Gato de monte, Leopardus wiedii. Leoncillo, Herpailirus yaguarondi. Lora nuca amarilla, Amazona ochrocephala (auropalliata). Boa, Boa constrictor.
Quince especies amenazadas de extinción (Apéndice No. 2, CITES). Son las siguientes:
Aves: Lora frente roja, Amazona autumnalis, Cotorra, Amazona albifrons, Chocoyo zapoyolito, Brotogeris jugularis, Chocoyo frente naranja, Aratinga canicularis, Gavilán de las rondas, Buteo magnirostri. Lechuza, Tyto alba.
Mamíferos: Sahino, Tayassu tajacu, mono cara blanca, Cebus capucinus.
Reptiles: Iguana verde, Iguana iguana , culebra Mica, Spiloteus pullatus, Cascabel, Crotalus durissus, Gallego verde, Basiliscus plumifrons, Gallego café, Basiliscus vitatus. Coral, Micrurus nigrocimtus. Plantas: Caoba del pacífico, Switenia humilis.
Diversidad de genes
La Reserva Natural es banco de genes y fuente de variabilidad genética de ciertas especies de importancia alimenticia y madera para construcción, entre las que se encuentran las siguientes:
Posee algunos de los mejores árboles semilleros de cedro, Cedrela odorata , y caoba, Switenia humilis, de Nicaragua localizados en las fincas de Argelia y Bellavista en el volcán Casita y finca El Porvenir en el cerro La Pelona.
Árboles semilleros plus de pochote, Bombacopsis quinatum, en las falda este del volcán Chonco. En la finca Las Banderas se encuentra el árbol de guanacaste, Enterolobium cyclocarpum, de mayor diámetro del país, de aproximadamente 3 metros a la altura del pecho.
Gran variedad de papayas de monte, Carica peltata, que pueden ser fuente y reserva de genes para el mejoramiento de variedades comerciales de papaya.
Análisis de fragilidad
La fragilidad o vulnerabilidad física implica el 'grado de pérdida de un elemento o grupo de elementos ante la probable ocurrencia de un evento desastroso' (UNESCO/UNDRO, 1979). En el área protegida las principales riquezas naturales son sus ecosistemas, aguas subterráneas y suelos, y los eventos o amenazas más importantes que ocurren en el territorio son los incendios, corte ilegal de leña, gases volcánicos, plagas de insectos, deslizamientos.
Análisis de vulnerabilidad
La evaluación de la vulnerabilidad mide la gravedad de las posibles amenazas con base en los peligros conocidos y el nivel de vulnerabilidad del medio ambiente y la sociedad. Un recuento histórico muestra que el área protegida es un sitio propenso a desastres pues ha sido afectada por cuatro grandes fenómenos en los últimos 40 años. Son los siguientes:
- 1962, violento deslave del volcán Chonco sobre su ladera oeste, no hubo víctimas pues en esa época el área estaba despoblada. Un deslave semejante hoy destruiría los asentamientos de La Joya y El Chonco que se encuentran en sus cercanías.
- 1971, reinicio de la actividad volcánica del volcán San Cristóbal, con potencial peligro para todos los asentamientos de sus alrededores. Los gases volcánicos están secando los bosques cerrados de las partes altas del San Cristóbal.
- 1982, el huracán Alleta se queda estacionado por varios días entre León y Chinandega y causa graves daños a la producción agrícola y los bosques, y destrozos en los caminos del área protegida.
- 1998, el huracán Mitch y sus intensas lluvias provocan un alud de tierras en el volcán Casita que entierra a los poblados Rolando Rodríguez y Augusto C. Sandino, matando a unas 2,000 personas.
La alta densidad demográfica de los municipios de influencia, la ampliación de la infraestructura social y productiva y el empobrecimiento de la población en los últimos 20 años, indican que la vulnerabilidad social ha aumentado. Lo mismo puede decirse de la vulnerabilidad ambiental, pues ha habido una disminución de la cobertura forestal protectora a causa de incendios, huracanes y corte ilegal de leña y madera.
Por otra parte a pesar de su importancia y su alta vulnerabilidad el área no cuenta con análisis de riesgos ni identificación de sitios de alta vulnerabilidad, sino únicamente con un mapa de amenazas volcánicas (INETER, 1995) a escala muy amplia (1:250,000) que no es útil para la planificación a nivel local. No obstante el área protegida y las comunidades de su zona de amortiguamiento cuentan con comités locales de prevención de desastres con equipos de radiocomunicación, entrenamiento y atención por parte del SINAPRED.
FUENTE.INITER / LIC:RENE DAVILA. /16060011
"
El Complejo Volcánico San Cristóbal-Casita es un área protegida de 179.64 km2 bajo la categoría de Reserva Natural perteneciente al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP) de la República de Nicaragua. Fue establecida por el Decreto Ley 1320 del año 1983. Se localiza en el departamento de Chinandega, al norte de la región del Pacífico de Nicaragua, a 130 km de la capital Managua. Esta formada por una cordillera de cinco conos volcánicos, entre ellos el volcán San Cristóbal, el más alto del país.
El Decreto Ley mencionado establece en su artículo 1 que la creación del área protegida Reserva Natural Complejo Volcánico San Cristóbal - Casita tiene como objeto proteger y prevenir mayores deterioros ecológicos en aquellas áreas naturales significativas de nuestra geografía.
El Complejo Volcánico San Cristóbal - Casita es área de recarga del acuífero de occidente. Este acuífero es la fuente de suministro de toda la batería de pozos con que la Empresa Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ENACAL) abastece con agua potable a la población de los municipios de Chinandega, Chichigalpa, Posoltega, Corinto, El Realejo y parte de El Viejo con cerca de 340 mil habitantes. El acuífero también abastece con agua a todas las comunidades rurales que se encuentran en la base del complejo volcánico, y a los sistemas de riego del Ingenio San Antonio (ISA), que tiene las plantaciones de caña de azúcar más extensas del país.
Ubicación, Área y Acceso
La Reserva Natural Complejo Volcánico San Cristóbal - Casita, se localiza en los municipios de Chinandega, Chichigalpa y Posoltega, departamento de Chinandega, en la parte norte de la región del Pacifico de Nicaragua, forma parte de la cordillera de Los Maribios y tiene una extensión territorial de unas 17,964.10 hectáreas (179.64 km2) que corresponden a 25,509 manzanas.
Los límites de la Reserva Natural Complejo Volcánico San Cristóbal - Casita están definidos por la curva de nivel de 300 msnm; lo que fue establecido en su decreto creador.
Suelos
Los suelos del área protegida y en las llanuras circunvecinas son de orígenes volcánicos, fértiles y profundos, de textura franco arenosa y sumamente frágiles.
Precipitación
La precipitación promedio sobre el complejo es de 1600 a 1800 mm anuales (Atlas INETER, 1995), mayor que en el resto de la región del Pacífico. Esto es debido a que el área es influenciada tanto por un eje de pluviosidad proveniente del cercano océano Pacífico como por los vientos alisios húmedos del Mar Caribe. Incluso, en las partes altas del complejo la precipitación es aún mucho mayor. Un pluviómetro instalado hace 40 años en la finca Argelia, a 680 msnm, muestra valores promedio de precipitación arriba de los 2000 mm por año.
Hidrografía
No existen corrientes de agua permanentes que bajen del complejo debido a la alta porosidad de sus suelos. No obstante debido a ésta alta permeabilidad el complejo actúa como una inmensa esponja que absorbe el agua de lluvia. Esta agua se descarga de dos maneras: por un lado, emerge en una serie de cortos ríos que nacen a cierta distancia en las llanuras circunvecinas y que desembocan en la bahía de Corinto y en el Golfo de Fonseca; y por otro lado da origen a extensos mantos de agua subterránea situados en las llanuras al norte y al sur del complejo.
Hacia la bahía de Corinto corren 10 ríos, varios son represados y utilizados como fuente de agua para riego. Los más importantes son el río Posoltega, Mono Muerto, Amalia o río Sucio, y Cosmapa, éste último corre cercano a la hacienda del mismo nombre . Otros ríos son el río Los Remedios, El Tesorero, Las Lajas, El Realejo, San Isidro y Atoya.
De esta Reserva Natural nace el río Olomega que es una de las principales cabeceras del río Estero Real. El Olomega brota al pie de las lomas de San Lucas situadas al noreste del cono de La Pelona, que luego en su desembocadura forma el área protegida del Estero Real, declarada sitio Ramsar.
Biodiversidad
La Reserva Natural se levanta sobre las planicies agrícolas del occidente de Nicaragua, formando un refugio natural en medio de un paisaje altamente humanizado. Sus principales características son las siguientes:
Diversidad de ecosistemas:
En el área protegida hay tres tipos de ecosistemas naturales: bosque tropical seco o bosque deciduo, bosque de pino y sabanas sin cobertura leñosa (pastos naturales).
La Reserva Natural contiene junto con las Reservas Naturales de Cosigüina y de Chacocente, uno de los últimos remanentes del ecosistema de bosque tropical seco que aún a comienzos del siglo pasado cubría la mayor parte de la región del Pacífico de Nicaragua. El ecosistema del bosque seco tropical ocupa el 42.34 % del área total de la Reserva Natural.
Asimismo, los rodales de Pinus oocarpa del complejo, localizados principalmente en el volcán San Cristóbal y en la arista oeste del Casita por encima de los 1000 msnm, constituyen una de las poblaciones naturales de pinos situadas más al sur del continente americano. Las 70.39 ha pinares del área protegida se encuentran amenazadas por las constantes quemas del verano y la plaga del gorgojo descortezador del pino, Dendroctonus frontalis Zimm.
Las sabanas sin cobertura leñosa (pastos naturales) son el tercer ecosistema natural del área protegida. Ocupan el 11.36 % del área y se localizan sobre sustrato de lava volcánica y con poco suelo formado ubicados en las cumbres del volcán San Cristóbal, Casita, Moyotepe y La Pelona en alturas arriba de los 600 msnm. Las herbáceas ocupan la mayor parte de este ecosistema con dominancia de Poaceas. La sabana situada en las laderas del San Cristóbal, arriba de los 800 msnm, presenta una interesante población de Liliáceas adaptadas a los fuertes vientos y los gases volcánicos.
Otro importante ecosistema (agrícola) de la Reserva son las plantaciones de café o cafetales, Coffea arabica. Debido a que todo el café en la Reserva es plantado bajo la sombra de árboles, los cafetales forman un valioso hábitat para la fauna del complejo. Los cafetales se extienden sobre una superficie de unas 678.79 ha repartidas entre una media docena de fincas cafetaleras. Están plantados en las partes más altas del complejo en donde existe mayor riesgo de erosión, entre 600 a 700 msnm, y en donde actúan como una barrera protectora para la conservación de los suelos y las aguas. Los cafetales ayudan también a conservar los bosques naturales puesto que a los propietarios de café les interesa dejar bosques a su alrededor a fin de contribuir a crear un microclima favorable para las plantaciones de café.
Riqueza de especies:
Flora y Fauna
Existen pocos estudios sobre las especies de flora y fauna en el complejo. La información disponible muestra lo siguiente:
Se reportan 64 especies de árboles en la Reserva según un muestreo efectuado durante una investigación realizada por la UCA (¿El bosque y la gente pueden coexistir? Túpac Barahona. Nitlapán 2002).
Se reportan 61 especies arbóreas agrupadas en 34 familias en la finca Argelia, una de las propiedades privadas más grandes del área protegida y con un bosque bastante conservado (Caracterización de la vegetación arbórea del volcán Casita. Departamento de Biología. UNAN León, 2003).
41 especies de aves, 23 de mamíferos, 10 especies de reptiles (Fundenic, 1999). Se reportan 79 especies de mariposas en el volcán Casita (J.M.Maes. Revista Encuentro No. 51, 1999)
A la fecha se ha reportado al menos la presencia de 3 especies de aves, en realidad subespecies, restringidas a hábitat con poblaciones aisladas. Éstas son: el sabanero dorsilistado Aimophila botteri (vulcani); charralero de las rocas, Salpinctes obsoletus (fasciatus); y el charralero cejiblanco, Thryothorus ludovicianus (albinucha). Esta última según Martínez Sánchez (The Cooper Ornithological Society, 1989) sugiere una especie diferente de la reportada para la península de Yucatán, México. El aislamiento de estas especies en los volcanes las hace exclusivas.
En San Cristóbal-Chonco se reportan el avistamiento ocasional de lapas rojas, Ara macao, pertenecientes a la pequeña población de lapas del volcán Cosigüina, lo que indica la presencia de un corredor que conecta ambas áreas protegidas. El último avistamiento reportado fue en septiembre del 2003 en la finca San Rafael del volcán San Cristóbal a 700 msnm. Se observó pareja de lapas rojas en un árbol de jobo, Spondia bombin, luego se dirigieron hacia el sector del Casita (comunicación personal de don Vicente Pérez, administrador finca San Rafael).
El área es zona de paso y alimentación para aves. El propietario de la finca Argelia reporta la presencia de aves migratorias que en los meses de noviembre bajan a bañarse y alimentarse en una laguneta artificial que se ocupa como abrevadero para el ganado de la propiedad. Reporta también el paso ocasional de bandadas entre 20 a 30 individuos de tucanes collarejos, Pteroglossus torquatus, en meses de junio-julio.
Presencia de poblaciones y áreas de anidamiento de la lora nuca amarilla, Amazona ochrocephalla (auropalliata), en el volcán San Cristóbal, Casita y Chonco. Las loras construyen sus nidos en árboles altos (+30 m) y maduros por lo que su presencia es un indicador de la existencia de viejos árboles remanentes del bosque primario.
Variada fauna de mamíferos en las fincas San Rafael, San Cristóbal, Las Banderas, Miramar, Versalles, Santa Cruz, El Porvenir, Argelia, Bellavista y la Concepción. Se reporta la presencia de tigrillos, Leopardus wiedii; sahinos, Tayassu tajacu; venados, Odocoileus virginianus; pizotes, Dasiprocta punctata; y guardatinajas, Agouti paca. Se reporta en las Banderas y Miramar la presencia de una población de 38 monos cara blanca, Cebus capucinus.
Potencial del Área Protegida
Agua y Bosques
El principal valor de la Reserva Natural Complejo Volcánico San Cristóbal - Casita es el agua. Por su forma, altura y posición geográfica; la textura de sus suelos y cobertura agroforestal, la Reserva Natural actúa como una esponja gigante que absorbe el agua de lluvia y que después drena hacia los acuíferos cercanos y el mar, en donde presta dos grandes servicios ambientales que son:
- Recarga del acuífero de Occidente, de donde se extrae toda el agua de consumo para casi 340,000 personas y sirve de base para el desarrollo económico de los municipios de Chinandega, El Realejo, Chichigalpa, Corinto, Posoltega y parte del municipio de El Viejo.
- Mantenimiento de los manglares de la bahía de Corinto y de los humedales del Estero Real, sitio Ramsar. Ambos ecosistemas reciben un suministro continuo de agua dulce de origen subterráneo que proviene de la Reserva Natural. Sin este aporte de agua dulce ambos ecosistemas se verían expuestos a una salinización progresiva que podría alterar gravemente su equilibrio ecológico.
Después del agua, el otro gran valor de la Reserva Natural es su riqueza de ecosistemas, que se caracteriza por ser una de las mayores masas de bosque tropical seco del país con 7,676.36 ha , y uno de los últimos rodales de bosques de pino, Pinus oocarpa, localizados más al sur del continente americano.
Áreas críticas
Lugar de siembra de frijoles en el volcán San Cristóbal
Sobre la ladera noroeste del volcán San Cristóbal, hay una zona de siembra de frijoles, Phaseolus vulgaris, en un área aproximada de 300 ha comprendidas entre las cotas de 500 a 640 msnm.
Esta es una zona altamente vulnerable a los deslizamientos de tierras debido a la combinación de tres factores desencadenantes: frágil textura de suelos, alto grado de pendiente y ausencia de cobertura boscosa. Los suelos son de textura arenosa a franco arenosos, con pendientes entre el 30 al 50 % y con casi total ausencia de árboles debido a que el bosque fue talado y sustituido por cultivos de frijoles.
Lugar dañado por los gases del volcán San Cristóbal
Después de su última erupción acaecida en los años de 1684-85, el volcán San Cristóbal entra nuevamente en actividad en 1971. A partir de ese año a la fecha el volcán ha continuado emitiendo gases en forma permanente
Red de drenaje superficial
Existe una densa red de drenaje superficial que baja del complejo volcánico, por ejemplo sólo la carretera situada al oeste del área protegida y que une las ciudades de Chinandega y Posoltega es atravesada por 20 cauces en un trayecto de 13 km de longitud, es decir más de un cauce por kilómetro.
La velocidad de escorrentía del agua de lluvia es tal que después de una lluvia intensa, una gota de agua que cae en las partes altas del complejo llega al mar en menos de 24 horas . De esta manera no sólo se pierden sin infiltrarse grandes volúmenes de agua, sino que también se arrastran grandes cantidades de suelos fértiles que cuando llegan al mar anegan de lodo manglares y sitios de cría y de desove de peces, crustáceos y camarones.
Estos grandes volúmenes de aguas, tierras y arenas también destruyen propiedades y suelos agrícolas situados en las planicies circunvecinas al área protegida. Las áreas de siembra de maní que se localizan en la planicie volcánica al sur del complejo volcánico son uno de los cultivos más afectados por el arrastre de lodos, piedras y arenas.
Valoración de la biodiversidad
Diversidad de ecosistemas
La Reserva Natural Complejo Volcánico San Cristóbal - Casita es representativa de tres ecosistemas naturales: los únicos pinares de la región del Pacífico de Nicaragua, bosque tropical seco y sabana de hierbas sin cobertura leñosa. Desde el punto de vista de su prioridad para la conservación, el valor de estos ecosistemas es el siguiente:
Ecosistema de Pinos de las cumbres volcánicas del San Cristóbal y Casita
Los rodales de pino ocote, Pinus oocarpa (±12º 30' Norte, UTM 14) que se encuentran en las laderas volcánicas del San Cristóbal y Casita forman parte de la frontera Sur del género Pinus en América, junto a los rodales de pino que se localizan en el cerro Güisisil al norte del Lago de Managua . Esto convierte a estos pinares en un ecosistema único en el mundo. Si a esto se añade su muy pequeño tamaño (70.39 ha) y la amenaza a que están siendo sometidos por la plaga del gorgojo descortezador y las quemas del verano, convierten a este ecosistema en la prioridad número uno de conservación para esta área protegida.
Ecosistema de bosque tropical seco
El bosque deciduo tropical que se localiza a lo largo del área protegida conforma una de las tres últimas grandes extensiones de este ecosistema que aún se mantienen en la región del Pacífico de Nicaragua. Debido a su mediano tamaño estos bosques no enfrentan el mismo grado de amenaza de los bosques de pinos. Sin embargo por el vital servicio que prestan como protectores de la capacidad de infiltración del agua que consumen 340 mil personas y los servicios ambientales que ofrecen a los manglares de Corinto y humedales del Estero Real, se requiere protegerlos para mantener y aumentar su cobertura.
Ecosistema de sabana sin cobertura leñosa
Este ecosistema es característico de las partes altas de algunos de los conos volcánicos cuaternarios de la región del Pacífico tales como los volcanes Cosigüina, Telica, Hoyo, Masaya, Concepción. En el caso del área protegida San Cristóbal-Casita este ecosistema por su relativo aislamiento y conservación en las alturas de las cumbres volcánicas, no enfrenta los mismos riesgos de conservación de los pinares y el bosque tropical seco. Estas sabanas de herbáceas, compuestas por un importante grupo de hierbas introducidas como el pasto jaragua, Hyparrhenia rufa, juegan un importante papel como retenedores de suelo en las partes altas del complejo volcánico, en donde por la presencia de fuertes vientos no crecen especies arbóreas.
Diversidad de especies
San Cristóbal Casita tiene menor riqueza de especies que las otras dos grandes Reservas Naturales del trópico seco del país, Chacocente y Cosigüina. Sin embargo posee especies particulares de interés para la conservación entre las que destacan tres grupos de especies: especies de distribución geográfica limitada, especies en peligro de extinción, y especies amenazadas de extinción. Las especies de distribución geográfica limitadas son las siguientes:
Se destaca en primer lugar el Pinus oocarpa, único pino del trópico seco del Pacífico y la variedad de pino más 'tropical' del mundo.
Presencia de tres sub-especies de aves restringidas a hábitat: Éstas son: el sabanero dorsilistado Aimophila botteri (vulcani); charralero de las rocas Salpinctes obsoletus (fasciatus) y el charralero cejiblanco Thryothorus ludovicianus (albinucha).
Cuatro especies en peligro de extinción (Apéndice No. 1, CITES). Son las siguientes:
Gato de monte, Leopardus wiedii. Leoncillo, Herpailirus yaguarondi. Lora nuca amarilla, Amazona ochrocephala (auropalliata). Boa, Boa constrictor.
Quince especies amenazadas de extinción (Apéndice No. 2, CITES). Son las siguientes:
Aves: Lora frente roja, Amazona autumnalis, Cotorra, Amazona albifrons, Chocoyo zapoyolito, Brotogeris jugularis, Chocoyo frente naranja, Aratinga canicularis, Gavilán de las rondas, Buteo magnirostri. Lechuza, Tyto alba.
Mamíferos: Sahino, Tayassu tajacu, mono cara blanca, Cebus capucinus.
Reptiles: Iguana verde, Iguana iguana , culebra Mica, Spiloteus pullatus, Cascabel, Crotalus durissus, Gallego verde, Basiliscus plumifrons, Gallego café, Basiliscus vitatus. Coral, Micrurus nigrocimtus. Plantas: Caoba del pacífico, Switenia humilis.
Diversidad de genes
La Reserva Natural es banco de genes y fuente de variabilidad genética de ciertas especies de importancia alimenticia y madera para construcción, entre las que se encuentran las siguientes:
Posee algunos de los mejores árboles semilleros de cedro, Cedrela odorata , y caoba, Switenia humilis, de Nicaragua localizados en las fincas de Argelia y Bellavista en el volcán Casita y finca El Porvenir en el cerro La Pelona.
Árboles semilleros plus de pochote, Bombacopsis quinatum, en las falda este del volcán Chonco. En la finca Las Banderas se encuentra el árbol de guanacaste, Enterolobium cyclocarpum, de mayor diámetro del país, de aproximadamente 3 metros a la altura del pecho.
Gran variedad de papayas de monte, Carica peltata, que pueden ser fuente y reserva de genes para el mejoramiento de variedades comerciales de papaya.
Análisis de fragilidad
La fragilidad o vulnerabilidad física implica el 'grado de pérdida de un elemento o grupo de elementos ante la probable ocurrencia de un evento desastroso' (UNESCO/UNDRO, 1979). En el área protegida las principales riquezas naturales son sus ecosistemas, aguas subterráneas y suelos, y los eventos o amenazas más importantes que ocurren en el territorio son los incendios, corte ilegal de leña, gases volcánicos, plagas de insectos, deslizamientos.
Análisis de vulnerabilidad
La evaluación de la vulnerabilidad mide la gravedad de las posibles amenazas con base en los peligros conocidos y el nivel de vulnerabilidad del medio ambiente y la sociedad. Un recuento histórico muestra que el área protegida es un sitio propenso a desastres pues ha sido afectada por cuatro grandes fenómenos en los últimos 40 años. Son los siguientes:
- 1962, violento deslave del volcán Chonco sobre su ladera oeste, no hubo víctimas pues en esa época el área estaba despoblada. Un deslave semejante hoy destruiría los asentamientos de La Joya y El Chonco que se encuentran en sus cercanías.
- 1971, reinicio de la actividad volcánica del volcán San Cristóbal, con potencial peligro para todos los asentamientos de sus alrededores. Los gases volcánicos están secando los bosques cerrados de las partes altas del San Cristóbal.
- 1982, el huracán Alleta se queda estacionado por varios días entre León y Chinandega y causa graves daños a la producción agrícola y los bosques, y destrozos en los caminos del área protegida.
- 1998, el huracán Mitch y sus intensas lluvias provocan un alud de tierras en el volcán Casita que entierra a los poblados Rolando Rodríguez y Augusto C. Sandino, matando a unas 2,000 personas.
La alta densidad demográfica de los municipios de influencia, la ampliación de la infraestructura social y productiva y el empobrecimiento de la población en los últimos 20 años, indican que la vulnerabilidad social ha aumentado. Lo mismo puede decirse de la vulnerabilidad ambiental, pues ha habido una disminución de la cobertura forestal protectora a causa de incendios, huracanes y corte ilegal de leña y madera.
Por otra parte a pesar de su importancia y su alta vulnerabilidad el área no cuenta con análisis de riesgos ni identificación de sitios de alta vulnerabilidad, sino únicamente con un mapa de amenazas volcánicas (INETER, 1995) a escala muy amplia (1:250,000) que no es útil para la planificación a nivel local. No obstante el área protegida y las comunidades de su zona de amortiguamiento cuentan con comités locales de prevención de desastres con equipos de radiocomunicación, entrenamiento y atención por parte del SINAPRED.
FUENTE.INITER / LIC:RENE DAVILA. /16060011
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jueves, 14 de julio de 2011
LA TRILOGÍA DIMENSIONAL DEL ESCRITOR JESÚS ROSALES.
LA TRILOGÍA DIMENSIONAL DEL ESCRITOR JESÚS ROSALES.: "
:eyes: :yikes: :no: :yes: Homenaje a Jesús Rosales periodista y escritor chinandegano
La cortesía, sencillez y brillo de su pluma, lo hacen una persona singular, junta en su personalidad, el don trilógico del periodista que solamente informa, orienta, educa. Une laboriosidad hogareña y arte semántico; usted sabe, que sabe.
Dariano y orador, oportuno en su alocución, sereno y erudito escritor; amigo maestro de buen corazón; loor!, a tí noble y culto varón, en el estreno de cada día salúdote con mucho respeto, gratitud y admiración.
Acertadamente afirmó un experimentado periodista: «Don Jesús, catedrático de periodismo, maestro gramático, filósofo conferencistas, comunicólogo, orador, poeta, escritor, es sin duda alguna el intelectual integral por excelencia»: El maestro Rosales, ha publicado dos libros: FLOR DE UN PARAISO Y ORGIA DE SANGRE EN LA AMERICA CENTRAL, y textos sobre periodismo, escritos de altos quilates.
FUENTE.LIC:PEDRO DIAZ. / LIC:RENE DAVILA /14060011"
:eyes: :yikes: :no: :yes: Homenaje a Jesús Rosales periodista y escritor chinandegano
La cortesía, sencillez y brillo de su pluma, lo hacen una persona singular, junta en su personalidad, el don trilógico del periodista que solamente informa, orienta, educa. Une laboriosidad hogareña y arte semántico; usted sabe, que sabe.
Dariano y orador, oportuno en su alocución, sereno y erudito escritor; amigo maestro de buen corazón; loor!, a tí noble y culto varón, en el estreno de cada día salúdote con mucho respeto, gratitud y admiración.
Acertadamente afirmó un experimentado periodista: «Don Jesús, catedrático de periodismo, maestro gramático, filósofo conferencistas, comunicólogo, orador, poeta, escritor, es sin duda alguna el intelectual integral por excelencia»: El maestro Rosales, ha publicado dos libros: FLOR DE UN PARAISO Y ORGIA DE SANGRE EN LA AMERICA CENTRAL, y textos sobre periodismo, escritos de altos quilates.
FUENTE.LIC:PEDRO DIAZ. / LIC:RENE DAVILA /14060011"
miércoles, 13 de julio de 2011
EL ENSAYISTA Y FILÓLOGO CHINANDEGANO DR: JULIO YCAZA TIGERINO.
EL ENSAYISTA Y FILÓLOGO CHINANDEGANO DR: JULIO YCAZA TIGERINO.: ":whistle: :happy: :yes:
Electo, pero no incorporado aún a la Academia Nicaragüense de la Lengua, me toca ya cumplir la primera tarea a nombre de esta corporación, en una incómoda oportunidad, despedir al sr dr dn Julio Ycaza Tigerino, Secretario de nuestra Academia desde 1964, o sea, durante más de tres décadas, en las cuales se integró a diversas comisiones de trabajo, participó en Congresos internacionales e hizo muchos aportes lexicográficos. De esta manera damos cumplimiento al Acuerdo de Pésame, del poeta don Pablo Antonio Cuadra, su Director, y del poeta don Francisco Arellano Oviedo, su Secretario ejecutivo, quienes lo han suscrito y si no se encuentran aquí es por sus propios duelos y quebrantos. Digo que la oportunidad es incómoda, porque se puede pensar que los jóvenes hemos empezado a ingresar a la Academia Nicaragüense de la Lengua, para relevar o desplazar a los académicos mayores, en todos los sentidos; pero no es así, es todo lo contrario, si nos aproximamos a ellos es porque precisamente son mayores, “juntas las testas ancianas ceñidas de líricos lauros y las cabezas jóvenes”,según el verso de Rubén Darío, para sentarnos a su sombra, para cuidar y promover con toda la complicidad y amplitud lingüística con la masa parlante, el desarrollo creador y comunicante de ese instrumento vivo, histórico y, por tanto, fiel a su pasado grecolatino, castellano y fiel a su presente americano, cambiante, mudable, dinámico, que es la lengua, el idioma español de Nicaragua. No estamos ni venimos aquí, pues, a enterrar, a sepultar al académico. No somos sepultureros, en la peor acepción del vocablo; somos amigos y compañeros que lo venimos a dejar a su lugar de merecido descanso; porque siempre consultaremos sus obras, para apoyarnos en ellas o para tomar distancia, acaso para ratificarlas o refutarlas, esto último algo que a él le gustaría, lo exaltaría, acorde con su indole polémica.
Ni la cultura nicaragüense en general, ni nuestra literatura toda, tan desamparada de investigaciones y crítica entusiasta, apasionada, y menos las generaciones emergentes, tan huérfanas de orientación, de magisterio, podemos permitirnos el lujo de despedir a individuos como don Julio Ycaza Tigerino. Si bien es verdad que fue una figura pública, abogado,magistrado de cortes de apelaciones y político conservador consecuente con sus mecanismos de participación en el poder y su ideología, diputado y miembro de distintas comisiones gubernamentales a lo largo de su existencia, también es cierto que, por sobre todos estos cargos y funciones transitorias y accidentales, nosotros queremos valorarlo como una criatura fundamentalmente literaria, un creador de letras: ensayista, filólogo, con alguna incursión en el dibujo (La puerta lateral de la iglesia Santa Ana de Chinandega) y poeta intermitente, interferido, asediado, por sus otros afanes cotidianos, que perteneció a aquella Cofradía de Escritores y Artistas Católicos y a los Cuadernos del Taller San Lucas, que en los cuarenta del siglo pasado marcaron el inicio de la posvanguardia en Nicaragua.
Poeta moderno apegado a una idea tradicional del verso y de la sintaxis, la música, el ritmo, cultivador del soneto y del endecasílabo, con un lastre juanramoniano, gongorino, nerudeano, que profundizó en una tendencia que caracteriza nuestra tradición, el llamado Exteriorismo, elaborando después un discurso nacional, es decir, una relectura e imagen de Nicaragua con la historia como materia prima y trasmutando este material en lenguaje: Poemas del campo y de la muerte ( Madrid, Agora, 1959), Tierra de promisión (Managua, Ministerio de Educación, 1960) y Poesía (Managua, 1994). Crítico que ante la exégesis neocolonial, reticente y mezquina contra Rubén Darío y su modernismo , señaló en los cincuenta su calidad de clásico, la humanidad universal, dolida, angustiada e insomne del poeta de los “Nocturnos”. Visión redondeada por sus ensayos sobre los elementos sustanciales de la poética dariana (lo religioso, el tiempo, lo político, lo mítico, lo mágico, lo onírico, lo erótico como sentimiento, lo étnico y lo telúrico); reunidos en un sólo tomo con los análisis estilísticos del sr dr don Eduardo Zepeda Henríquez, académico y entrañable amigo de nuestro difunto, y bajo el título de Estudios de la poética de Rubén Darío (1967). Como crítico abrió accesos hacia la poesía y los poetas de Nicaragua (su visión madrugadora del significado sociológico de La insurrección solitaria de Carlos Martínez Rivas), y hacia nuestros rasgos, patrones sociales y culturales: la crisis de Occidente y nuestra originalidad. Un teórico del hispanismo y del mestizaje, pero del mestizaje que reivindica lo indígena por sobre lo hispánico y por tanto, valora las producciones americanas, primitivas, mágicas, criollas, indigenistas, populares.
Que descanse, quien hizo de sus 82 años de vida un continuo servicio público y una creación, una reflexión o especulación a veces honda, iluminadora, aveces polémica, una discusión o cuestionamiento perenne desde su filosofía, dogmas y ciencias.
Y a nosotros que nos quede su nombre junto a otros nombres, su presencia al lado de otras presencias, y sus libros o impresos, que en algún momento de la formación nos encantaron. Inolvidable su pequeño libro publicado por la Academia Nicaragüense de la Lengua, sobre poetas y poesía de Nicaragua. Allí leímos nombres ignorados o despreciados, encontramos otras rutas, otras maneras de mirar, otros modos de entender...
Cómo olvidar los encuentros en casa de Eudoro Solís, allá por La Hormiga de Oro, en la vieja Managua, antes, mucho antes del terremoto de 1972; mis primeros whiskys al lado de un poeta Zepeda Henríquez doctoral y sonoro de voz, de un Ycaza Tigerino, poco o nada comunicativo, domeñando sus afectos hasta la sequedad, o parquedad, pero alerta, listo para quebrar lanzas, de un siempresonriente Octavio Robleto, de Iván Uriarte, de Edwin Yllescas, de Roberto Cuadra...
Cómo no evocar un mediodía de domingo, septiembre de 1975, en un hotel de México, a un grupo de hombres de la lengua, en el Congreso de Academias: el grande y semigrandulón Luis Rosales, verboso, de pupilas azules centellantes tras los gruesos lentes, al abrazo efusivo de Pablo Antonio Cuadra, de estampa estilizada, Quijote americano y melena cana, mientras Ycaza Tigerino y el maestro Ernesto Mejía Sánchez, ambos espadachines, se cruzaban aceros verbales sobre política y literatura.
Cómo no sonreír celebrando la ocurrencia, mezcla de ingenuidad, arrestos y entereza lingüística cuando al comienzo de la revolucionaria década de los ochenta, se protegió o creyó dotarse de inmunidad, después de dos encarceladas en El Chipote, con el emblema de la Academia Nicaragüense de la Lengua, como un escudo de guerrero, como un escudo nobiliario –la más legítima nobleza— en el dintel de la puerta de su casa.
Como quien dice: Alto ahí, vive aquí un guardador de la Lengua.
Cómo no recordar las animadísimas tertulias vespertinas en casa de María Teresa Sánchez y Pablito Steiner, al pie del Motastepe, en los ochenta, con pocos asistentes, acaso sólo con Rolando Steiner y conmigo, ya liquidado aquel círculo de letras, Nuevos Horizontes, y hoy, casi todos ausentes... El era un Tigerino, con “g” y con “j”, tataranieto, bisnieto, nieto, hijo, hermano, primo, sobrino de todos aquellos Tijerino Pomar, Tijerino Navarro, Tijerino Rojas, Tijerino Molina, del prócer don Toribio Tijerino, de los monseñores Agustín Tijerino y Loáisiga e Isidro Augusto Oviedo y Reyes, mucho más que un apellido: una personalísima manera de ser, de ver, de interrelaionarse y de querer, agudeza y certeza, sentido del humor que se queda en amargor, humor negro, amargor que a veces se aposentaba en silencio; pariente del poeta Luis Alberto Cabrales, con quien comparte muchos puntos de su actitud vital, de su ideología y de su poesía, miembro de esa comarca familiar y poética de Chinandega, de León... Sus temas obsesivos eran Chile, España, los amigos españoles y nicaragüenses, Vivanco, José María Valverde, Joaquín Pasos, Manolo Cuadra, Los Lunes de la Nueva Prensa, Pablo Antonio Cuadra, el incendio de Chinandega en 1927, cuando él era un niño, la política nacional, los pactos, el proyecto sandinista entonces triunfante, que lo atemorizaba y desasosegaba; y siempre la genealogía paterna de los Ycaza, indagar en su familia, en su raíz, en su apellido, acaso la explicación de su ideario, de sus sentimientos, de su visión del mundo...En una de esas tardes nos dio a leer un soneto que recién acababa de escribir y que me reveló mucho de aquel hombre o de aquella ánima, que cada vez que podía, me espetaba o profería el vocablo: Piricuaco. Recuerdo el primer cuarteto:
Casi no tengo amor, casi no tengo.
Se me escapó a lo largo de una vida
llena de turbulencias. Te prevengo,
La dicha es para mí causa perdida...
En ese momento sentí que el afecto se movio hacia él, pero preferí guardar silencio. Don Alfonso Reyes aconseja piedad y delicadeza a la hora de juzgar a cualquier ser humano... El tiempo, la memoria, la vida, la vivencia, la convivencia que ellos poseían de muchos de los personajes y personalidades de nuestra literatura, se ha ido con él y con ellos; pero quedan sus letras, sus signos incandescentes, que garantizan que no se morirá del todo, “non omnis moriar” como escribía hace varios siglos Quinto Horacio Flaco, hombre de cultura pagana, prueba está que en esta Pascua, en Ud, dr Julio Ycaza Tigerino, hombre de cultura cristiana y católico practicante, se ha realizado una vez más la Resurrección. Viva, pues, feliz su Resurrección. Se lo dice acongojado y quizá esperanzado, aquel su joven amigo o conocido, a quien Ud , entre burlas y veras, acusaba de ateo
:ko: :yuck: :right:
fuente.julio valle / LIC:RENE DAVILA /13060011"
Electo, pero no incorporado aún a la Academia Nicaragüense de la Lengua, me toca ya cumplir la primera tarea a nombre de esta corporación, en una incómoda oportunidad, despedir al sr dr dn Julio Ycaza Tigerino, Secretario de nuestra Academia desde 1964, o sea, durante más de tres décadas, en las cuales se integró a diversas comisiones de trabajo, participó en Congresos internacionales e hizo muchos aportes lexicográficos. De esta manera damos cumplimiento al Acuerdo de Pésame, del poeta don Pablo Antonio Cuadra, su Director, y del poeta don Francisco Arellano Oviedo, su Secretario ejecutivo, quienes lo han suscrito y si no se encuentran aquí es por sus propios duelos y quebrantos. Digo que la oportunidad es incómoda, porque se puede pensar que los jóvenes hemos empezado a ingresar a la Academia Nicaragüense de la Lengua, para relevar o desplazar a los académicos mayores, en todos los sentidos; pero no es así, es todo lo contrario, si nos aproximamos a ellos es porque precisamente son mayores, “juntas las testas ancianas ceñidas de líricos lauros y las cabezas jóvenes”,según el verso de Rubén Darío, para sentarnos a su sombra, para cuidar y promover con toda la complicidad y amplitud lingüística con la masa parlante, el desarrollo creador y comunicante de ese instrumento vivo, histórico y, por tanto, fiel a su pasado grecolatino, castellano y fiel a su presente americano, cambiante, mudable, dinámico, que es la lengua, el idioma español de Nicaragua. No estamos ni venimos aquí, pues, a enterrar, a sepultar al académico. No somos sepultureros, en la peor acepción del vocablo; somos amigos y compañeros que lo venimos a dejar a su lugar de merecido descanso; porque siempre consultaremos sus obras, para apoyarnos en ellas o para tomar distancia, acaso para ratificarlas o refutarlas, esto último algo que a él le gustaría, lo exaltaría, acorde con su indole polémica.
Ni la cultura nicaragüense en general, ni nuestra literatura toda, tan desamparada de investigaciones y crítica entusiasta, apasionada, y menos las generaciones emergentes, tan huérfanas de orientación, de magisterio, podemos permitirnos el lujo de despedir a individuos como don Julio Ycaza Tigerino. Si bien es verdad que fue una figura pública, abogado,magistrado de cortes de apelaciones y político conservador consecuente con sus mecanismos de participación en el poder y su ideología, diputado y miembro de distintas comisiones gubernamentales a lo largo de su existencia, también es cierto que, por sobre todos estos cargos y funciones transitorias y accidentales, nosotros queremos valorarlo como una criatura fundamentalmente literaria, un creador de letras: ensayista, filólogo, con alguna incursión en el dibujo (La puerta lateral de la iglesia Santa Ana de Chinandega) y poeta intermitente, interferido, asediado, por sus otros afanes cotidianos, que perteneció a aquella Cofradía de Escritores y Artistas Católicos y a los Cuadernos del Taller San Lucas, que en los cuarenta del siglo pasado marcaron el inicio de la posvanguardia en Nicaragua.
Poeta moderno apegado a una idea tradicional del verso y de la sintaxis, la música, el ritmo, cultivador del soneto y del endecasílabo, con un lastre juanramoniano, gongorino, nerudeano, que profundizó en una tendencia que caracteriza nuestra tradición, el llamado Exteriorismo, elaborando después un discurso nacional, es decir, una relectura e imagen de Nicaragua con la historia como materia prima y trasmutando este material en lenguaje: Poemas del campo y de la muerte ( Madrid, Agora, 1959), Tierra de promisión (Managua, Ministerio de Educación, 1960) y Poesía (Managua, 1994). Crítico que ante la exégesis neocolonial, reticente y mezquina contra Rubén Darío y su modernismo , señaló en los cincuenta su calidad de clásico, la humanidad universal, dolida, angustiada e insomne del poeta de los “Nocturnos”. Visión redondeada por sus ensayos sobre los elementos sustanciales de la poética dariana (lo religioso, el tiempo, lo político, lo mítico, lo mágico, lo onírico, lo erótico como sentimiento, lo étnico y lo telúrico); reunidos en un sólo tomo con los análisis estilísticos del sr dr don Eduardo Zepeda Henríquez, académico y entrañable amigo de nuestro difunto, y bajo el título de Estudios de la poética de Rubén Darío (1967). Como crítico abrió accesos hacia la poesía y los poetas de Nicaragua (su visión madrugadora del significado sociológico de La insurrección solitaria de Carlos Martínez Rivas), y hacia nuestros rasgos, patrones sociales y culturales: la crisis de Occidente y nuestra originalidad. Un teórico del hispanismo y del mestizaje, pero del mestizaje que reivindica lo indígena por sobre lo hispánico y por tanto, valora las producciones americanas, primitivas, mágicas, criollas, indigenistas, populares.
Que descanse, quien hizo de sus 82 años de vida un continuo servicio público y una creación, una reflexión o especulación a veces honda, iluminadora, aveces polémica, una discusión o cuestionamiento perenne desde su filosofía, dogmas y ciencias.
Y a nosotros que nos quede su nombre junto a otros nombres, su presencia al lado de otras presencias, y sus libros o impresos, que en algún momento de la formación nos encantaron. Inolvidable su pequeño libro publicado por la Academia Nicaragüense de la Lengua, sobre poetas y poesía de Nicaragua. Allí leímos nombres ignorados o despreciados, encontramos otras rutas, otras maneras de mirar, otros modos de entender...
Cómo olvidar los encuentros en casa de Eudoro Solís, allá por La Hormiga de Oro, en la vieja Managua, antes, mucho antes del terremoto de 1972; mis primeros whiskys al lado de un poeta Zepeda Henríquez doctoral y sonoro de voz, de un Ycaza Tigerino, poco o nada comunicativo, domeñando sus afectos hasta la sequedad, o parquedad, pero alerta, listo para quebrar lanzas, de un siempresonriente Octavio Robleto, de Iván Uriarte, de Edwin Yllescas, de Roberto Cuadra...
Cómo no evocar un mediodía de domingo, septiembre de 1975, en un hotel de México, a un grupo de hombres de la lengua, en el Congreso de Academias: el grande y semigrandulón Luis Rosales, verboso, de pupilas azules centellantes tras los gruesos lentes, al abrazo efusivo de Pablo Antonio Cuadra, de estampa estilizada, Quijote americano y melena cana, mientras Ycaza Tigerino y el maestro Ernesto Mejía Sánchez, ambos espadachines, se cruzaban aceros verbales sobre política y literatura.
Cómo no sonreír celebrando la ocurrencia, mezcla de ingenuidad, arrestos y entereza lingüística cuando al comienzo de la revolucionaria década de los ochenta, se protegió o creyó dotarse de inmunidad, después de dos encarceladas en El Chipote, con el emblema de la Academia Nicaragüense de la Lengua, como un escudo de guerrero, como un escudo nobiliario –la más legítima nobleza— en el dintel de la puerta de su casa.
Como quien dice: Alto ahí, vive aquí un guardador de la Lengua.
Cómo no recordar las animadísimas tertulias vespertinas en casa de María Teresa Sánchez y Pablito Steiner, al pie del Motastepe, en los ochenta, con pocos asistentes, acaso sólo con Rolando Steiner y conmigo, ya liquidado aquel círculo de letras, Nuevos Horizontes, y hoy, casi todos ausentes... El era un Tigerino, con “g” y con “j”, tataranieto, bisnieto, nieto, hijo, hermano, primo, sobrino de todos aquellos Tijerino Pomar, Tijerino Navarro, Tijerino Rojas, Tijerino Molina, del prócer don Toribio Tijerino, de los monseñores Agustín Tijerino y Loáisiga e Isidro Augusto Oviedo y Reyes, mucho más que un apellido: una personalísima manera de ser, de ver, de interrelaionarse y de querer, agudeza y certeza, sentido del humor que se queda en amargor, humor negro, amargor que a veces se aposentaba en silencio; pariente del poeta Luis Alberto Cabrales, con quien comparte muchos puntos de su actitud vital, de su ideología y de su poesía, miembro de esa comarca familiar y poética de Chinandega, de León... Sus temas obsesivos eran Chile, España, los amigos españoles y nicaragüenses, Vivanco, José María Valverde, Joaquín Pasos, Manolo Cuadra, Los Lunes de la Nueva Prensa, Pablo Antonio Cuadra, el incendio de Chinandega en 1927, cuando él era un niño, la política nacional, los pactos, el proyecto sandinista entonces triunfante, que lo atemorizaba y desasosegaba; y siempre la genealogía paterna de los Ycaza, indagar en su familia, en su raíz, en su apellido, acaso la explicación de su ideario, de sus sentimientos, de su visión del mundo...En una de esas tardes nos dio a leer un soneto que recién acababa de escribir y que me reveló mucho de aquel hombre o de aquella ánima, que cada vez que podía, me espetaba o profería el vocablo: Piricuaco. Recuerdo el primer cuarteto:
Casi no tengo amor, casi no tengo.
Se me escapó a lo largo de una vida
llena de turbulencias. Te prevengo,
La dicha es para mí causa perdida...
En ese momento sentí que el afecto se movio hacia él, pero preferí guardar silencio. Don Alfonso Reyes aconseja piedad y delicadeza a la hora de juzgar a cualquier ser humano... El tiempo, la memoria, la vida, la vivencia, la convivencia que ellos poseían de muchos de los personajes y personalidades de nuestra literatura, se ha ido con él y con ellos; pero quedan sus letras, sus signos incandescentes, que garantizan que no se morirá del todo, “non omnis moriar” como escribía hace varios siglos Quinto Horacio Flaco, hombre de cultura pagana, prueba está que en esta Pascua, en Ud, dr Julio Ycaza Tigerino, hombre de cultura cristiana y católico practicante, se ha realizado una vez más la Resurrección. Viva, pues, feliz su Resurrección. Se lo dice acongojado y quizá esperanzado, aquel su joven amigo o conocido, a quien Ud , entre burlas y veras, acusaba de ateo
:ko: :yuck: :right:
fuente.julio valle / LIC:RENE DAVILA /13060011"
POETA JULIO CABRALES HIJO DEL POETA CHINANDEGANO LUIS ALBERTO CABRALES.
POETA JULIO CABRALES HIJO DEL POETA CHINANDEGANO LUIS ALBERTO CABRALES.: "
El poeta julio Cabrales venerio (Managua, 4 de octubre de 1944) Hijo de los chinandeganos María Venerio y del precursor del movimiento del vanguardismo en nicaragua ,poeta Luis Alberto Cabrales, se reveló como poeta a los 17 años, mientras finalizaba la secundaria en el Instituto Pedagógico de Managua. Su padre fue su mentor y corrector textual constante. El 7 de mayo de 1961 publicó sus primeros poemas en el suplemento dominical de La Prensa.
Becado por el Instituto de Cultura Hispánica, marchó a España, donde residió desde 1962 hasta 1965, relacionándose con poetas españoles de las generaciones pasadas como Luis Rosales y nicaragüenses, como Carlos Martínez Rivas y colaborando en Papeles de Son Armadans, Madrid-Palma de Mallorca y Cuadernos Americanos.
En 1966, ya de regreso, se inscribió en la Facultad de Humanidades de la UCA; pero los síntomas de un raro complejo de enfermedades no le permitieron darle continuidad ni concluir la carrera.
Julio perdió la razón desde muy joven, como Alfonso Cortés, de modo que todos sus poemas son de la adolescencia y la primera juventud.
La muerte de su padre, el poeta de la generación de vanguardia Luis Alberto Cabrales (1901-1974), la muerte de su hermano mayor Alberto, que proveía el sustento a falta del padre y, por fin, la muerte de la madre, doña María Venerio, llevaron a que Julio quedara abandonado en una casa en ruinas con su hermano Clarence, demente también, quién desapareció un día al salir de la casa para nunca regresar.
Alguien podría encontrarse en la calle a este hombre deteriorado por los años, las carencias y los tormentos de la esquizofrenia, y lo tomaría por un mendigo cualquiera.
Escribió, sin embargo, algunos de los poemas claves de nuestra literatura, el primero de ellos El espectro de la rosa, al que siempre regreso en mis lecturas cíclicas, como regreso a otros poemas de largo aliento: la Epístola, de Rubén Darío, dedicada a Juana Lugones; Hora Cero, de Ernesto Cardenal; La puesta en el sepulcro, de Carlos Martínez Rivas; o La carne contigua, de Ernesto Mejía Sánchez
Publicó poemas y artículos además en Hipocampo n.° 6. San José, Costa Rica, El Pez y la Serpiente, La Prensa Literaria, Novedades Cultural y Nuevo Amanecer Cultural de Nicaragua. Entre los grupos y los poetas dispersos de los 60 a los 80, se le tuvo algo así como la nueva versión del poeta niño, precoz, con rasgos de genialidad. “Julio Cabrales o la energía poética sin tregua”, titulaba Napoleón Fuentes un ensayo sobre su poesía. Desde principios de los 70, en medio de cierta bohemia que agudizaba su esquizofrenia y de la miseria económica y las tragedias familiares —terremoto de Managua, 23 de diciembre de 1972; muerte del padre en 1973; muerte del hermano mayor que era el sostén familiar en 1983 y muerte de la madre— se le vio precipitarse en su destrucción personal y de su poesía.
En 1975 la Editorial Universitaria de León, publicó su libro de poemas Ómnibus, en versiones deformadas. Totalmente enajenado, sobrevive en la casa de su padre, convertida en escombros, junto con otro hermano quien también perdió la razón.
BIBLIOGRAFÍA
Libros de poemas: Sonata para enflorar su psiquis abolida. Palma de Mallorca, Papeles de San Armadans, 1968. Esbozo de un joven. Managua, Tipografía Asel, 1970. Ómnibus. León, Editorial Universitaria, 1975.
Antologías: Nueva antología/poesía nicaragüense. Managua, El Pez y la Serpiente, 1972. Musas en guerra. México, Joaquín Mortiz, 1987, prólogo, selección, bibliografía y notas de José Miguel Oviedo. Antología general de la poesía nicaragüense. Managua, Ediciones Distribuidora Cultural, Fondo Editorial INC-ASDI, 1994, introducciones, selecciones y notas de Jorge Eduardo Arellano. Flor y canto, antología de poesía nicaragüense, Managua, Centro Nicaragüense de Escritores / NORAD / ANAMÁ, 1998, por Ernesto Cardenal. Hija del día, artes poéticas nicaragüenses. Managua, Editorial Nueva Nicaragua, 1994, compilación e introducción de Julio Valle-Castillo. La generación del sesenta y setenta en Nicaragua. Managua, El Pez y la Serpiente, n.° 38, año 2000.
Estudios sobre el autor: Napoleón Fuentes: “Julio Cabrales o una energía poética sin tregua”, en La Prensa Literaria, 17 de diciembre, 1967. Beltrán Morales: “Esbozo de un joven-Nota”, en La Prensa Literaria, 10 de mayo, 1970. Beltrán Morales: “Poesía última nicaragüense”, en Sin páginas amarillas, Managua, Ediciones nacionales, 1975. Edwin Yllescas: “De paseo en Ómnibus con Julio Cabrales”, en La Prensa Literaria, Managua, 22 mayo 1976. Jorge Eduardo Arellano: “La poesía: síntesis panorámica y promociones”, en Literatura nicaragüense. Managua, Ediciones Distribuidora Cultural, 1997. Sergio Ramírez: “La literatura: antecedentes de la literatura nicaragüense, la poesía, la narrativa y el teatro”, en Enciclopedia de Nicaragua, Tomo II. Barcelona, Grupo Océano, 2002.
:jester: :chef: :troll:
LIC:RENE DAVILA / 13060011"
El poeta julio Cabrales venerio (Managua, 4 de octubre de 1944) Hijo de los chinandeganos María Venerio y del precursor del movimiento del vanguardismo en nicaragua ,poeta Luis Alberto Cabrales, se reveló como poeta a los 17 años, mientras finalizaba la secundaria en el Instituto Pedagógico de Managua. Su padre fue su mentor y corrector textual constante. El 7 de mayo de 1961 publicó sus primeros poemas en el suplemento dominical de La Prensa.
Becado por el Instituto de Cultura Hispánica, marchó a España, donde residió desde 1962 hasta 1965, relacionándose con poetas españoles de las generaciones pasadas como Luis Rosales y nicaragüenses, como Carlos Martínez Rivas y colaborando en Papeles de Son Armadans, Madrid-Palma de Mallorca y Cuadernos Americanos.
En 1966, ya de regreso, se inscribió en la Facultad de Humanidades de la UCA; pero los síntomas de un raro complejo de enfermedades no le permitieron darle continuidad ni concluir la carrera.
Julio perdió la razón desde muy joven, como Alfonso Cortés, de modo que todos sus poemas son de la adolescencia y la primera juventud.
La muerte de su padre, el poeta de la generación de vanguardia Luis Alberto Cabrales (1901-1974), la muerte de su hermano mayor Alberto, que proveía el sustento a falta del padre y, por fin, la muerte de la madre, doña María Venerio, llevaron a que Julio quedara abandonado en una casa en ruinas con su hermano Clarence, demente también, quién desapareció un día al salir de la casa para nunca regresar.
Alguien podría encontrarse en la calle a este hombre deteriorado por los años, las carencias y los tormentos de la esquizofrenia, y lo tomaría por un mendigo cualquiera.
Escribió, sin embargo, algunos de los poemas claves de nuestra literatura, el primero de ellos El espectro de la rosa, al que siempre regreso en mis lecturas cíclicas, como regreso a otros poemas de largo aliento: la Epístola, de Rubén Darío, dedicada a Juana Lugones; Hora Cero, de Ernesto Cardenal; La puesta en el sepulcro, de Carlos Martínez Rivas; o La carne contigua, de Ernesto Mejía Sánchez
Publicó poemas y artículos además en Hipocampo n.° 6. San José, Costa Rica, El Pez y la Serpiente, La Prensa Literaria, Novedades Cultural y Nuevo Amanecer Cultural de Nicaragua. Entre los grupos y los poetas dispersos de los 60 a los 80, se le tuvo algo así como la nueva versión del poeta niño, precoz, con rasgos de genialidad. “Julio Cabrales o la energía poética sin tregua”, titulaba Napoleón Fuentes un ensayo sobre su poesía. Desde principios de los 70, en medio de cierta bohemia que agudizaba su esquizofrenia y de la miseria económica y las tragedias familiares —terremoto de Managua, 23 de diciembre de 1972; muerte del padre en 1973; muerte del hermano mayor que era el sostén familiar en 1983 y muerte de la madre— se le vio precipitarse en su destrucción personal y de su poesía.
En 1975 la Editorial Universitaria de León, publicó su libro de poemas Ómnibus, en versiones deformadas. Totalmente enajenado, sobrevive en la casa de su padre, convertida en escombros, junto con otro hermano quien también perdió la razón.
BIBLIOGRAFÍA
Libros de poemas: Sonata para enflorar su psiquis abolida. Palma de Mallorca, Papeles de San Armadans, 1968. Esbozo de un joven. Managua, Tipografía Asel, 1970. Ómnibus. León, Editorial Universitaria, 1975.
Antologías: Nueva antología/poesía nicaragüense. Managua, El Pez y la Serpiente, 1972. Musas en guerra. México, Joaquín Mortiz, 1987, prólogo, selección, bibliografía y notas de José Miguel Oviedo. Antología general de la poesía nicaragüense. Managua, Ediciones Distribuidora Cultural, Fondo Editorial INC-ASDI, 1994, introducciones, selecciones y notas de Jorge Eduardo Arellano. Flor y canto, antología de poesía nicaragüense, Managua, Centro Nicaragüense de Escritores / NORAD / ANAMÁ, 1998, por Ernesto Cardenal. Hija del día, artes poéticas nicaragüenses. Managua, Editorial Nueva Nicaragua, 1994, compilación e introducción de Julio Valle-Castillo. La generación del sesenta y setenta en Nicaragua. Managua, El Pez y la Serpiente, n.° 38, año 2000.
Estudios sobre el autor: Napoleón Fuentes: “Julio Cabrales o una energía poética sin tregua”, en La Prensa Literaria, 17 de diciembre, 1967. Beltrán Morales: “Esbozo de un joven-Nota”, en La Prensa Literaria, 10 de mayo, 1970. Beltrán Morales: “Poesía última nicaragüense”, en Sin páginas amarillas, Managua, Ediciones nacionales, 1975. Edwin Yllescas: “De paseo en Ómnibus con Julio Cabrales”, en La Prensa Literaria, Managua, 22 mayo 1976. Jorge Eduardo Arellano: “La poesía: síntesis panorámica y promociones”, en Literatura nicaragüense. Managua, Ediciones Distribuidora Cultural, 1997. Sergio Ramírez: “La literatura: antecedentes de la literatura nicaragüense, la poesía, la narrativa y el teatro”, en Enciclopedia de Nicaragua, Tomo II. Barcelona, Grupo Océano, 2002.
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LA CULTURA AFRONEGRISTA DE LA CONQUISTA PRESENTE EN CHINANDEGA
El primer esclavo negro llegó a Nicaragua en 1523, con Gil González Dávila, quien lo había comprado por trescientos pesos en Panamá. De allí partieron a la futura provincia –acompañando la expedición conquistadora de Francisco Hernández de Córdoba–, más de una decena. Dos pertenecían a la gente del capitán Hernando de Soto (“Francisco, negro de Talavera” y “Perico, negro”), cuatro a la del capitán Francisco de la Fuente (“el negro de Ruy Díaz” y los de Solís, de Nufio de Olano y de Andrés Muñoz) y otros cuatro a la del citado Hernández de Córdoba (“Vicentico, negro”, “Gaspar, idem”, “Juan, idem” y “Antón, idem”). Nuestra zona del Pacífico, desde entonces, estuvo poblada --a lo largo de la época colonial-- por esclavos originarios de África. Incluso se exportaron a Panamá y el Perú, entre mayo de 1539 y octubre de 1543, cuarenta y seis esclavos negros.
Otros afronegrismos incorporados al español en la zona del Pacífico los aportan primero Berendt (1874: 82): los vegetales: flor de mondongo y mondonguillo; luego Brautigam-Beer (1983: 16), a saber: mondongo (la sopa), quijongo (el instrumento musical), musuco (de pelo crespo: murruco) y moronga (la morcilla en España), vocablo que forma parte de otra unidad fraseológica, más popular que las anteriores: “Creer que la vida es moronga y el porvenir chorizo” (aplicada a la personas displicentes, que no valoran los esfuerzos de los demás). Vocablo, por otra parte, poematizado por Pablo Antonio Cuadra en su “Jalalela del esclavo negro”: “Barato el esclavo, /y no come pan!... Cara de moronga /negrito rezonga: Porque no mi dan –porque no mi dan”.
CHINANDEGA EN EL AFRONEGRISMO.
Los anteriores afronegrismos –banano; dengue, marimba, mandinga, mandanga, mondongo, quijongo, musuco, moronga (Berendt, 1874: 83) también lo registra cachimba y ñame) sobrevivieron a un fuerte proceso de dilución, en virtud del dominio político socio-económico y cultural del español. No otro fenómeno revela la pronta desaparición de un baile, “El Congo”, descrito por el ilustrado Antonio Pineda en la zona noroccidental de la provincia (Chinandega, Chichigalpa, El Realejo y El Viejo) a finales del siglo XVIII. Lo bailaba una pareja. La mujer, girando con suavidad la cintura horizontalmente, ponía una mano delante y ladeaba el cuerpo, zapateando a compás, agitada, compitiendo con el hombre que hacía vibrar el suyo con mudanzas al gusto del país, arremetiendo contra ella, mientras un animador cantaba: “Arriate, arriate, /así se bate”. Y otro respondía: “el chocolate”. Pero la mujer lo evitaba, hurtando el cuerpo en el momento oportuno y volviéndole la espalda, burlándolo y convidándolo, incitándolo... hasta que se descuidaba y un pícaro movía a la chabacana risa plebeya al cantar: “Tiene la Reina Mora/ y su turbante/un letrero que dice:/¡Viva mi amante!”.
Aunque en el parlamento no se advierte ningún afronegrismo, sino un vocablo incorporado al español procedente del náhuatl –chocolate– y el más legítimo español, Pineda no podía ocultar su origen: “El nombre de este baile y su explicación da una idea de su origen africano, y de su poca decencia: felizmente sólo lo usa la plebe en las fiestas de gran bulla, o de mucha confianza”. Lo mismo puede afirmarse de otro baile dialogado de la misma zona y también colonial, cuyo principal vestigio –una décima– le dictó a mediados de los años cincuenta del siglo XX a Carlos Mántica una persona mayor, don Francisco Reyes Callejas, en la ciudad de Chinandega. Dicho parlamente, que consta de numerosos versos, fue rescatado por las dos hijas del algodonero y coleccionista de arte precolombino de El Viejo, de la fiesta patronal dedicada “al San Roque mulato” –hoy desaparecida–, cada 16 de agosto:
T “Mulato: ¿Quién es esa mulatona, /que allí por la calle va, /tan simpática y tan mona, /con su mano al tercio va?/ /Mulata: Yo soy la mulata, /linda y hechicera. /Yo soy la mulata, /la mulata callejera. /Esa soy yo, ¡ay!, sí señor /que traigo el alma llenita de amor.// Mulato: Sonriendo con esa boca, /tan dulce como un panal, /y echando por las caderas, /azúcar, canela y sal..// Mulata: Mirando con estos ojos, /que llenos de fuego llevo, /haciendo con mis chinelas /chiqui, chiqui, chiqui, chiqui, chiqui, cha”. Apenas en el departamento de Masaya (zona suroccidental del país) se conservaron como folklore vivo bailes como “Los chinegritos” y “Las negras”, hace varias décadas reelaboradas artísticamente por grupos danzarios.
África, pues, no marcó diferencia apreciable en nuestro español. Pero sí en una lengua étnica hablada en la zona del Caribe: el miskito. Brautigam-Beer (1983: 16) ha establecido una relación directa entre el léxico africano y el miskito, detectando en un cuadro 20 palabras procedentes de otros tantos idiomas africanos hablados en Alto Volta, Angola, Fernando, Po, Mali, Nigeria, Togo y Zaire, entre otros paíseS.
FUENTE.NUEVO AMANECER. /LIC:RENE DAVILA /13060011"
miércoles, 6 de julio de 2011
YEGOR SIVERS: VIAJERO BÁLTICO RETRATA A CHINANDEGA EN LA NICARAGUA DEL SIGLO XIX.
YEGOR SIVERS: VIAJERO BÁLTICO RETRATA A CHINANDEGA EN LA NICARAGUA DEL SIGLO XIX.: "
Yegor von Sivers (1823-1879) era un báltico, poeta e historiador alemán que siguió los pasos de E.G. Squier (1821-1888) en Nicaragua. Para mí, era completamente desconocido hasta que me habló de él y de su obra, Ueber Madeira un die Antillen nach Mittlelamericka /Reifedenkmürdigkeiten und Forfdjungen (1861), el catedrático alemán Wolfgang Bautz. Otro alemán y amigo más próximo, Günther Schmigalle, completó los datos que aquí rescato del autor de esa rarísima obra, cuyo título en español sería: Hacia Centroamérica, pasando por Madeira y las Antillas /Curiosidades e investigaciones de viaje.
Un tema esencial del viajero de origen báltico, pero alemán de formación y escritura, es la política anglo-americana y la intervención de William Walker. En cuanto a las páginas sobre Nicaragua, omito las que dedicó a la erupción del volcán Cosigüina en 1835; a los lagartos del Gran Lago y del río San Juan, en las cuales cita a Gage y a Dampier; y a los vestigios prehispánicos de Ometepe y Zapatera, especialmente a las estatuas de ambas islas; Squier, como ya se dijo, fue su guía.
.Chinandega y El Realejo
Las pieles de ganado vacuno calientes y hediondas bajo el ardor del sol, tendidas sobre la embarcación, aminoran el placer del viaje en barco de la isla del Tigre, en el Golfo de Fonseca, pasando junto al volcán Cosigüina, hasta el Tempisque, lugar de peaje, situado cerca de la desembocadura del riachuelo Palomino.
Después de un trecho a caballo de 4.5 leguas alemanas uno llega a Chinandega, donde el camino de El Realejo, rodeado de ambos lados de campos bien cultivados, se dirige hacia el puerto más importante de Nicaragua. Los alrededores de El Realejo, situado al arroyo del mismo nombre son llanos, el aire es húmedo, caliente e insalubre; pero cerca del poblado hay tierras fértiles, plantaciones de azúcar, milpas de maíz y muchas manadas de ganado que encuentran forraje nutritivo en los pastos.
¡Qué se podría cosechar en tiempos de paz si se mostrara un poco más voluntad seria, tiempos que por supuesto no se podrían esperar bajo el régimen de terror de las bandas de los filibusteros walkerianos!
La villa, de unos dos mil habitantes, tienen una aduana, un arsenal, un astillero en mal estado, un hospital y tres iglesias de piedra. Por medio de las huertas, plantadas entre las casas, logra una apariencia rural agradable. Sin embargo, la vista panorámica de las montañas de fuego del Viejo, Telica, Momotombo, Masaya, Nindirí y Mombacho, en partes ardientes o por lo menos humeantes, le da un trasfondo inesperadamente majestuoso.
Se afirma que el río tenía ocho desembocaduras navegables, de las cuales, sólo una es accesible hoy para grandes embarcaciones. Todas las desembocaduras llevan a un puerto espacioso y profundo, cuya salida protegen las Islas El Cardón y Castañón contra la alta mar.
Lanchas de mercancías alcanzan el desembarcadero de la ciudad y los barcos anclan unas cinco leguas inglesas hacia abajo, frente a las ruinas de una antigua fortaleza. En medio de este camino, cerca de la orilla del río, se observan otros escombros de un reducto-batería, cubiertos casi enteramente por árboles. El año de su construcción se desconoce. En 1637 Thomas Gage consideró el puerto débil y sin fortificación alguna.
El Realejo es la sede de un comandante, de un capitán de puerto y de varios aduaneros. Un vicecónsul inglés, subordinado al Cónsul General inglés de Guatemala, reside también allá. En los años cuarenta, lo era el señor Foerster que, al mismo tiempo, dirige los negocios de la casa de comercio más apreciada de la población: la de Manning y Foerster. Según Bülow, estos dos señores, que intentaban mejorar la agricultura de Nicaragua con su propio ejemplo y que varias veces sacaban el Gobierno de apuros anticipándoles en dinero en un total de 350,000 piastras, se apropiaron de todos los ingresos de aduana del puerto, así como de todos los ingresos de la venta del tabaco, por varios años.
Si se toma en cuenta el exiguo cultivo de la tierra, que casi no asegura la subsistencia necesaria y la falta de mercancías de exportación, es explicable que comerciantes, que pretenden hacer buenos negocios acá o en América Central en general, sean los que tomen la delantera en la producción de bienes exportables. Si se predica una vez con el ejemplo, habrá imitadores suficientes, y desde ahora el comerciante podrá invertir todo el tiempo y dinero en el comercio. Dicen que de esta manera, como Bülow lo relata en su libro apreciado sobre la emigración alemana, las casas comerciales locales más importantes Manning y Foerster, Bridge y Glenton empezaron a cultivar algodón, tabaco y añil.
Un camino de siete leguas alemanas de largo lleva de acá, pasando por Chinandega, Chichigalpa y Posoltega, a la capital del Estado libre: León. Pienso que puedo omitir la descripción más exacta de la región, porque Wagner y Scherzer ya la han caracterizado en su obra memorable.
LIC:RENE DAVILA / 06060011"
sábado, 2 de julio de 2011
HISTORIA ARQUITECTÓNICA DE LA PARROQUIA DE SANTA ANA.
HISTORIA ARQUITECTÓNICA DE LA PARROQUIA DE SANTA ANA.: ":no: :yes: :up: :idea:
Un interesante trabajo denominado, Apuntes Generales sobre la Parroquia Santa Ana de Chinandega, bajo la responsabilidad de los recién egresados arquitectos Juan José Romero y Maurilio Sánchez, indica que es una iglesia de indios.
Refiere la investigación que se fundó al momento de la conquista española, entre las que cuenta León y Granada. Chinandega y Matagalpa compartieron una circunstancia común y es que su iglesia estaba ubicada a 150 metros del río, a la vera de un camino viejo, que se inicio con una ermita. En este caso, Santa Ana se encuentra a pocos metros del río Acome, una cuenca hídrica que identifica a nuestra ciudad porque la divide en dos partes.
Como en la mayoría de los templos de Nicaragua, Santa Ana fue modificada en su estructura y diseño original por las acciones de la naturaleza y las decisiones de los párrocos a su cargo. Fue la primera y única parroquia de Chinandega en los primeros 400 años de historia.
La edificación no estuvo ajena esta situación, pero lo más importante es que se conserva viva y posee un valor arquitectónico e histórico, siendo declarada monumento de la nación, el 6 de noviembre de 1956, mediante el Decreto 217 y publicado en La Gaceta 252. Su estilo corresponde al barroco de la segunda mitad del siglo XVIII y la influencia antigüeña está sellada en sus portales, ventanas y cúpula, revela el trabajo de Romero y Sánchez.
Según la información encontrada en el archivo diocesano de la ciudad de León, el actual templo fue construido entre 1752 y 1776.
AQUEL FATÍDICO TERREMOTO
En 1885 se produjo el terremoto extremadamente dañino para los edificios religiosos de Chinandega. “El tembloròn”, como se le llamó, dañó parte de la fachada y la sacristía , quedando además la torre en mal estado, hasta que en 1898 otro fuerte sismo la hizo colapsar completamente.
Las reparaciones del templo se extendieron por un largo período que, según la historia, tuvieron un costo de nueve mil cien córdobas.
La Iglesia consta de una planta basilical de tres naves, sostenida la central sobre los horcones o pilares que se terminan en el arco triunfal, sobresaliendo el retablo rococó.
Actualmente, es un edificio ecléctico, con siglos de construcciones y reconstrucciones que dieron como resultado un templo único. El adosamiento de la sacristía, con su carácter vernáculo, la Capilla María Auxiliadora, con el uso de las almenas para resguardar su interior de reminiscencia neogótica, las demisiones del frontis y las torres, evitan el contraste entre el barroco del cuerpo y el neoclásico de la fachada. Parece, en su conjunto, reflejar la disimilitud de la sociedad a la que ampara, que en su disensión persigue objetivos de bien común.
Existen al menos 35 religiosos que cuidaron de la Parroquia de Chinandega, entre visitantes, doctrineros sacerdotes y Vicarios, cuyos nombres fueron recuperados mediante el trabajo investigativo de los jóvenes arquitectos Romero y Sánchez.
Desde 1901 a nuestros días resaltan José Dolores de la Llana, Adán Echevertz, Monseñor José Apolio Andara, de grata recordación y entre la feligresía: Manuel Ignacio Paguaga Núñez, Emilio Santiago Chavarría, Miguel Ángel Padilla, con más de 50 años de sacerdocio, siendo el propulsor de las obras de remozamiento y preservación del templo, Monseñor José Guillermo Berríos Delgadillo.
EL RETABLO
La Iglesia Católica es poseedora de la colección de arte sacro más extensa de la historia del hombre. De su origen, se ignora como es el caso del retablo del Altar Mayor de la Iglesia Santa Ana, de Chinandega.
El conjunto del retablo representa a la eucaristía en cada parte. El banco de forma ondulada sugiere un cáliz y sirvió de altar mayor en la época en que las misas se celebraban de espaldas a la congregación. Está completamente tallado con flores de cuatro pétalos y uno de los tres medallones presenta un marco que parece estar sostenido de un escudo. El retablo está formado por tres cuerpos, sosteniendo en el primero a la imagen de Santa Ana.
Cada calle está flanqueada por serafines –15 en total— coronados a modo de altantes que sostiene el piso superior, que según la tradición, conforman el primer coro celestial y su presencia es un ingrediente de singularidad al ser un elemento raro de decoración en los retablos del país y, la finura de las llamas que forman con sus cuerpos, acentúan la evidente calidad del tallado.
La tradición dicta que el retablo fue elaborado en Guatemala, pero su diseño y los datos contradicen esta creencia. Al compararlos con otros retablos contemporáneos de las iglesias de Occidente, se logró establecer similitudes estilísticas con otros trabajos que refuerzan la creencia que el mismo fue elaborado con la belleza, arte y voluntad correspondiente a un templo de su categoría.
SU ACTUAL RESTAURACIÓN
En un 40 por ciento, han avanzado los trabajos de restauración de la Iglesia de Santa Ana, desde la llegada de Monseñor Guillermo Berríos, a esta ciudad.
“Los trabajos es el aporte de nuestra generación a la memoria de nuestros antepasados y un legado a nuestra descendencia, que está esforzándose por preservar las formas y el estilo de cada parte del edificio con el anhelo de trascender y agradar a Dios, Nuestro Señor”, dijo monseñor Berríos.
El principal benefactor de las obras, entre otros, es el señor Piero Coen Montealegre, reconoció el religioso, quien ha impulsado junto al comité de restauración los trabajos de infraestructura con obras de la comunidad, kermesses, rifas, hablatones y donativos de fieles en el extranjero.
La parte interior no se ha tocado. Tiene un alto significado histórico, cultural y religioso por la expresión de fe de nuestros antepasados, pero basta decir que para cuidarlo y conservarlo hacen falta al menos 40 mil dólares.
Lic:Rene Davila /03070011"
Un interesante trabajo denominado, Apuntes Generales sobre la Parroquia Santa Ana de Chinandega, bajo la responsabilidad de los recién egresados arquitectos Juan José Romero y Maurilio Sánchez, indica que es una iglesia de indios.
Refiere la investigación que se fundó al momento de la conquista española, entre las que cuenta León y Granada. Chinandega y Matagalpa compartieron una circunstancia común y es que su iglesia estaba ubicada a 150 metros del río, a la vera de un camino viejo, que se inicio con una ermita. En este caso, Santa Ana se encuentra a pocos metros del río Acome, una cuenca hídrica que identifica a nuestra ciudad porque la divide en dos partes.
Como en la mayoría de los templos de Nicaragua, Santa Ana fue modificada en su estructura y diseño original por las acciones de la naturaleza y las decisiones de los párrocos a su cargo. Fue la primera y única parroquia de Chinandega en los primeros 400 años de historia.
La edificación no estuvo ajena esta situación, pero lo más importante es que se conserva viva y posee un valor arquitectónico e histórico, siendo declarada monumento de la nación, el 6 de noviembre de 1956, mediante el Decreto 217 y publicado en La Gaceta 252. Su estilo corresponde al barroco de la segunda mitad del siglo XVIII y la influencia antigüeña está sellada en sus portales, ventanas y cúpula, revela el trabajo de Romero y Sánchez.
Según la información encontrada en el archivo diocesano de la ciudad de León, el actual templo fue construido entre 1752 y 1776.
AQUEL FATÍDICO TERREMOTO
En 1885 se produjo el terremoto extremadamente dañino para los edificios religiosos de Chinandega. “El tembloròn”, como se le llamó, dañó parte de la fachada y la sacristía , quedando además la torre en mal estado, hasta que en 1898 otro fuerte sismo la hizo colapsar completamente.
Las reparaciones del templo se extendieron por un largo período que, según la historia, tuvieron un costo de nueve mil cien córdobas.
La Iglesia consta de una planta basilical de tres naves, sostenida la central sobre los horcones o pilares que se terminan en el arco triunfal, sobresaliendo el retablo rococó.
Actualmente, es un edificio ecléctico, con siglos de construcciones y reconstrucciones que dieron como resultado un templo único. El adosamiento de la sacristía, con su carácter vernáculo, la Capilla María Auxiliadora, con el uso de las almenas para resguardar su interior de reminiscencia neogótica, las demisiones del frontis y las torres, evitan el contraste entre el barroco del cuerpo y el neoclásico de la fachada. Parece, en su conjunto, reflejar la disimilitud de la sociedad a la que ampara, que en su disensión persigue objetivos de bien común.
Existen al menos 35 religiosos que cuidaron de la Parroquia de Chinandega, entre visitantes, doctrineros sacerdotes y Vicarios, cuyos nombres fueron recuperados mediante el trabajo investigativo de los jóvenes arquitectos Romero y Sánchez.
Desde 1901 a nuestros días resaltan José Dolores de la Llana, Adán Echevertz, Monseñor José Apolio Andara, de grata recordación y entre la feligresía: Manuel Ignacio Paguaga Núñez, Emilio Santiago Chavarría, Miguel Ángel Padilla, con más de 50 años de sacerdocio, siendo el propulsor de las obras de remozamiento y preservación del templo, Monseñor José Guillermo Berríos Delgadillo.
EL RETABLO
La Iglesia Católica es poseedora de la colección de arte sacro más extensa de la historia del hombre. De su origen, se ignora como es el caso del retablo del Altar Mayor de la Iglesia Santa Ana, de Chinandega.
El conjunto del retablo representa a la eucaristía en cada parte. El banco de forma ondulada sugiere un cáliz y sirvió de altar mayor en la época en que las misas se celebraban de espaldas a la congregación. Está completamente tallado con flores de cuatro pétalos y uno de los tres medallones presenta un marco que parece estar sostenido de un escudo. El retablo está formado por tres cuerpos, sosteniendo en el primero a la imagen de Santa Ana.
Cada calle está flanqueada por serafines –15 en total— coronados a modo de altantes que sostiene el piso superior, que según la tradición, conforman el primer coro celestial y su presencia es un ingrediente de singularidad al ser un elemento raro de decoración en los retablos del país y, la finura de las llamas que forman con sus cuerpos, acentúan la evidente calidad del tallado.
La tradición dicta que el retablo fue elaborado en Guatemala, pero su diseño y los datos contradicen esta creencia. Al compararlos con otros retablos contemporáneos de las iglesias de Occidente, se logró establecer similitudes estilísticas con otros trabajos que refuerzan la creencia que el mismo fue elaborado con la belleza, arte y voluntad correspondiente a un templo de su categoría.
SU ACTUAL RESTAURACIÓN
En un 40 por ciento, han avanzado los trabajos de restauración de la Iglesia de Santa Ana, desde la llegada de Monseñor Guillermo Berríos, a esta ciudad.
“Los trabajos es el aporte de nuestra generación a la memoria de nuestros antepasados y un legado a nuestra descendencia, que está esforzándose por preservar las formas y el estilo de cada parte del edificio con el anhelo de trascender y agradar a Dios, Nuestro Señor”, dijo monseñor Berríos.
El principal benefactor de las obras, entre otros, es el señor Piero Coen Montealegre, reconoció el religioso, quien ha impulsado junto al comité de restauración los trabajos de infraestructura con obras de la comunidad, kermesses, rifas, hablatones y donativos de fieles en el extranjero.
La parte interior no se ha tocado. Tiene un alto significado histórico, cultural y religioso por la expresión de fe de nuestros antepasados, pero basta decir que para cuidarlo y conservarlo hacen falta al menos 40 mil dólares.
Lic:Rene Davila /03070011"
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