JOSE ALEJANDRO RUIZ CHINANDEGANO DE CEPA
Según la mitología griega, el rey Midas era capaz de ocultar sus orejas a todos menos a su barbero, quien escondió el secreto en un agujero hecho en la tierra.
Cuando el viento soplaba, las cañas que crecían sobre el agujero repetían la historia. Otro dato interesante en la historia de la barbería es que el rizado del cabello se hizo tan popular en Atenas que dio lugar a la aparición de los primeros peluqueros.
Esta práctica en nuestro país se inicia con los españoles. Hoy hemos tomado un personaje del siglo XX: el chinandegano José Alejandro Ruiz, propietario de Barbería Independencia, quien considera que cortar cabello se encuentra sobre cualquier lid política.
Según don José Alejandro, la pasión del peluquero y su práctica se sustenta en la idea que la peluquería no tiene final, aunque algunos de sus secretos se filtren a medias de vez en cuando.
Sobre el aura del barbero, de que son guardadores de secretos, José comenta que esto es parte de la tradición, como el médico o sacerdote al guardar confidencias. Por ejemplo, nos aseguró que todavía a su barbería llegan clientes tal como lo hicieron por vez primera hace 45 años, y sus conversaciones siguen siendo un secreto.
Propietario de la antigua Barbería Independencia, José Alejandro, “barbero de abolengo” como se denomina, se inició profesionalmente en la barbería de Don Ramiro Miranda, en 1955, la que para referencia, quedaba de la esquina del Cine Alameda 1/2 cuadra arriba.
“Mis primeros pasos en la barbería fueron en Chinandega, mi ciudad natal. Mi mamá era demasiado pobre, y para darle de comer a mis ocho hermanos, lavaba y planchaba la ropa del rivense don José Sirias, dueño de la Barbería Central”, recuerda don José Alejandro, quien con sus 70 años, aparenta diez menos.
Los colmos de
un barbero y su
“noche hippie”
Luego con su típica formar de ironizar con sus clientes nos dice:
“Soy pelón, pero no calvo”, dando a entender que se ha salvado del colmo de un barbero que es quedar calvo.
Otro de los colmos, agrega, es que al peluquero le hagan una cirugía en el estómago por tanto pelo tragado en el tiempo.
Recomendó que tomara nota nuestro fotógrafo Oscar Cantarero, ya que éste le confesó lleno de nostalgias, y sin un pelo en la lengua, que en su natal Jinotega y durante su juventud había sido barbero.
¿Pero cómo se salvó de la calvicie?, le preguntamos cuando observamos que lleva un corte “pelón-pelonete”. “En primer lugar” --nos dijo--, “en mi familia nadie es calvo; y en segundo, los únicos pelos perdidos han sido los ´pelos de tonto´, por tal razón tengo clientes desde que fundé mi barbería”, sostuvo.
Luego trae a colación la época dura que surgió con el boom de los hippies, cuando se implantó la moda del pelo largo.
“Efectivamente, éstos fueron años difíciles para los barberos, ya que toda la chavalada de esos años andaba el pelo largo. En esos días desaparecieron muchas barberías”, recuerda.
Barbero clásico
no es estilista
Hoy, según don José, hay muchos estilistas, pero que no son barberos de tradición. “El papel principal del estilista no es cortar pelo ni hacer tintes. El estilista para mí --y lo miré en un programa de Cristina-- es hacer peinados.
Entonces los que cortan cabello se llaman peluqueros o barberos”, aclara. El nombre de la barbería –Independencia-- fue escogido por encuesta entre el público en 1955. Los servicios de peluquería básicamente son los mismos: corte de cabello, afeitar, y la variante que sólo es de nombre, es la de limpieza facial, que antes se llamaba masaje.
Los estilos de corte patillas van desde la gruesa, rala, bochona, cubanita y la capona. Cuando empezó este tipo de patillas sólo la usaban los “chivos” (amante mantenido o gigoló).
Entretanto, las barbas largas todo el tiempo se han usado. En los años 60 se puso de moda el estilo “afro”, o pelo encrespado.
Los artistas del cine han impuesto algunos estilos, por ejemplo, se puso de moda el copete Tony Curtis, después el Elvis Presley.
Hoy hay un sinnúmero de cortes de pelo como el “Face”, el corte “hongo”, entre otros. Esto es sólo meter la máquina y que quede marcado.
La navaja tradicional de barbería ya no existe. Algunas marcas conocidas como Angelito, Barbero de Sevilla, Filarmónica y Dos Muñecos (o las famosas gemelas), entre otras, pasaron al baúl de la historia al ser sustituidas por el portacuchillas y sus navajas descartables. Recordó que antes estas navajas tradicionales se afilaban en mollejones o piedra afiladora y se afinaba en las correas de cuero curado.
Otra parte interesante de este servicio es que la silla japonesa que usa es marca Takara, es vibradora. De ésta sólo vinieron dos a Nicaragua allá por los sesenta. También se siguen usando colonias de varias marcas, como la clásica Aqua Velva y las cremas mentoladas Lucky Tiger o “Tigre de la suerte”.
Las célebres barberías del 72
Para don José, la barbería no tiene final. Su tradición y antigüedad hace que ésta tenga su propio abolengo y calidad que muchos clientes, tanto varones como mujeres, siguen demandando.
Sobre esta pléyade de barberos y barberías que han alcanzado notable éxito e historia se encuentran Barbería Treminio. Ésta quedaba de Sangre y Arena 1/2 cuadra arriba. “La Palaviccini” (de Reynaldo Palaviccini) y “La Americana” que quedaba en la Calle 15 de Septiembre. Otras célebres eran “La Tradicional” de Guillermo Alvarez, en la Avenida Roosevelt; Barbería “Cristal” de don Blas Quintero, en la Calle del Triunfo; la barbería de don Mario Mayorga, también en la misma calle.
Y en la Calle Colón, estaba Don Ramiro Miranda, los “Chechos”, los “Jerezes” y la de Juan Méndez. La famosa Barbería “Managua”, hoy se encuentra en el Mercado Oriental. La barbería de “Jericó” y “La tijera de oro”, entre otras muchas, eran parte de la constelación de barberías que tenían frente a su local la barra rayada de “caramelo” (rojo, azul y blanco) como su escudo.
La mayoría desapareció con el terremoto de 1972 y con el tiempo, pero han dejado sus huellas imborrables entre los clientes de la barra tricolor.
La sorprendente lista de peloneados
La sorprendente lista de peloneados que desfilan en el historial de don José tiene, entre otros, a Alexis Argüello. Según don José, el tricampeón nunca ha pedido limpieza facial. Sólo corte de pelo y que le arreglen su bigote. “Él es uno de mis clientes desde antes que fuera campeón mundial”, revela satisfecho. Pepe Ruiz; el ex contralor de la República, Agustín Jarquín; algunos parientes del doctor Arnoldo Alemán (cuyos nombres omitió) son otros de sus clientes que siguen llegando a darse de vez en cuando su afeitadita. Pero ésta no es toda su historia. Don José recuerda con picardía que a Byron Jerez lo peloneaba cuando era niño. No lo ha vuelto a ver. Otro de los que no lo han abandonado, es el director del programa de TV “Buenos días Nicaragua”, el doctor Danilo Lacayo. ¿Pero qué de los más viejos clientes? Le volvimos a preguntar. Y nos recordó que a Edmundo Jarquín lo atendió cuando era estudiante de secundaria. También en esos años les cortaba el pelo a don Manuel Arana Valle y al locutor de Radio Mundial, Alejandro Acevedo. Pero regresando a los años 50-60-70, dijo que afeitó al jefe de seguridad de Somoza García, José Ramón Silva Reyes, a quien atendió en la barbería de don Ramiro Miranda. También le cortó el pelo al ex jefe de tránsito Manuel Antonio Román. Entre sus frustraciones se encuentra el no haber podido pelonear al comandante Henry Ruiz en los años de la revolución. Cuando llegó a su casa, éste se había ido, recuerda.
LIC:RENE DAVILA /301211
Según la mitología griega, el rey Midas era capaz de ocultar sus orejas a todos menos a su barbero, quien escondió el secreto en un agujero hecho en la tierra.
Cuando el viento soplaba, las cañas que crecían sobre el agujero repetían la historia. Otro dato interesante en la historia de la barbería es que el rizado del cabello se hizo tan popular en Atenas que dio lugar a la aparición de los primeros peluqueros.
Esta práctica en nuestro país se inicia con los españoles. Hoy hemos tomado un personaje del siglo XX: el chinandegano José Alejandro Ruiz, propietario de Barbería Independencia, quien considera que cortar cabello se encuentra sobre cualquier lid política.
Según don José Alejandro, la pasión del peluquero y su práctica se sustenta en la idea que la peluquería no tiene final, aunque algunos de sus secretos se filtren a medias de vez en cuando.
Sobre el aura del barbero, de que son guardadores de secretos, José comenta que esto es parte de la tradición, como el médico o sacerdote al guardar confidencias. Por ejemplo, nos aseguró que todavía a su barbería llegan clientes tal como lo hicieron por vez primera hace 45 años, y sus conversaciones siguen siendo un secreto.
Propietario de la antigua Barbería Independencia, José Alejandro, “barbero de abolengo” como se denomina, se inició profesionalmente en la barbería de Don Ramiro Miranda, en 1955, la que para referencia, quedaba de la esquina del Cine Alameda 1/2 cuadra arriba.
“Mis primeros pasos en la barbería fueron en Chinandega, mi ciudad natal. Mi mamá era demasiado pobre, y para darle de comer a mis ocho hermanos, lavaba y planchaba la ropa del rivense don José Sirias, dueño de la Barbería Central”, recuerda don José Alejandro, quien con sus 70 años, aparenta diez menos.
Los colmos de
un barbero y su
“noche hippie”
Luego con su típica formar de ironizar con sus clientes nos dice:
“Soy pelón, pero no calvo”, dando a entender que se ha salvado del colmo de un barbero que es quedar calvo.
Otro de los colmos, agrega, es que al peluquero le hagan una cirugía en el estómago por tanto pelo tragado en el tiempo.
Recomendó que tomara nota nuestro fotógrafo Oscar Cantarero, ya que éste le confesó lleno de nostalgias, y sin un pelo en la lengua, que en su natal Jinotega y durante su juventud había sido barbero.
¿Pero cómo se salvó de la calvicie?, le preguntamos cuando observamos que lleva un corte “pelón-pelonete”. “En primer lugar” --nos dijo--, “en mi familia nadie es calvo; y en segundo, los únicos pelos perdidos han sido los ´pelos de tonto´, por tal razón tengo clientes desde que fundé mi barbería”, sostuvo.
Luego trae a colación la época dura que surgió con el boom de los hippies, cuando se implantó la moda del pelo largo.
“Efectivamente, éstos fueron años difíciles para los barberos, ya que toda la chavalada de esos años andaba el pelo largo. En esos días desaparecieron muchas barberías”, recuerda.
Barbero clásico
no es estilista
Hoy, según don José, hay muchos estilistas, pero que no son barberos de tradición. “El papel principal del estilista no es cortar pelo ni hacer tintes. El estilista para mí --y lo miré en un programa de Cristina-- es hacer peinados.
Entonces los que cortan cabello se llaman peluqueros o barberos”, aclara. El nombre de la barbería –Independencia-- fue escogido por encuesta entre el público en 1955. Los servicios de peluquería básicamente son los mismos: corte de cabello, afeitar, y la variante que sólo es de nombre, es la de limpieza facial, que antes se llamaba masaje.
Los estilos de corte patillas van desde la gruesa, rala, bochona, cubanita y la capona. Cuando empezó este tipo de patillas sólo la usaban los “chivos” (amante mantenido o gigoló).
Entretanto, las barbas largas todo el tiempo se han usado. En los años 60 se puso de moda el estilo “afro”, o pelo encrespado.
Los artistas del cine han impuesto algunos estilos, por ejemplo, se puso de moda el copete Tony Curtis, después el Elvis Presley.
Hoy hay un sinnúmero de cortes de pelo como el “Face”, el corte “hongo”, entre otros. Esto es sólo meter la máquina y que quede marcado.
La navaja tradicional de barbería ya no existe. Algunas marcas conocidas como Angelito, Barbero de Sevilla, Filarmónica y Dos Muñecos (o las famosas gemelas), entre otras, pasaron al baúl de la historia al ser sustituidas por el portacuchillas y sus navajas descartables. Recordó que antes estas navajas tradicionales se afilaban en mollejones o piedra afiladora y se afinaba en las correas de cuero curado.
Otra parte interesante de este servicio es que la silla japonesa que usa es marca Takara, es vibradora. De ésta sólo vinieron dos a Nicaragua allá por los sesenta. También se siguen usando colonias de varias marcas, como la clásica Aqua Velva y las cremas mentoladas Lucky Tiger o “Tigre de la suerte”.
Las célebres barberías del 72
Para don José, la barbería no tiene final. Su tradición y antigüedad hace que ésta tenga su propio abolengo y calidad que muchos clientes, tanto varones como mujeres, siguen demandando.
Sobre esta pléyade de barberos y barberías que han alcanzado notable éxito e historia se encuentran Barbería Treminio. Ésta quedaba de Sangre y Arena 1/2 cuadra arriba. “La Palaviccini” (de Reynaldo Palaviccini) y “La Americana” que quedaba en la Calle 15 de Septiembre. Otras célebres eran “La Tradicional” de Guillermo Alvarez, en la Avenida Roosevelt; Barbería “Cristal” de don Blas Quintero, en la Calle del Triunfo; la barbería de don Mario Mayorga, también en la misma calle.
Y en la Calle Colón, estaba Don Ramiro Miranda, los “Chechos”, los “Jerezes” y la de Juan Méndez. La famosa Barbería “Managua”, hoy se encuentra en el Mercado Oriental. La barbería de “Jericó” y “La tijera de oro”, entre otras muchas, eran parte de la constelación de barberías que tenían frente a su local la barra rayada de “caramelo” (rojo, azul y blanco) como su escudo.
La mayoría desapareció con el terremoto de 1972 y con el tiempo, pero han dejado sus huellas imborrables entre los clientes de la barra tricolor.
La sorprendente lista de peloneados
La sorprendente lista de peloneados que desfilan en el historial de don José tiene, entre otros, a Alexis Argüello. Según don José, el tricampeón nunca ha pedido limpieza facial. Sólo corte de pelo y que le arreglen su bigote. “Él es uno de mis clientes desde antes que fuera campeón mundial”, revela satisfecho. Pepe Ruiz; el ex contralor de la República, Agustín Jarquín; algunos parientes del doctor Arnoldo Alemán (cuyos nombres omitió) son otros de sus clientes que siguen llegando a darse de vez en cuando su afeitadita. Pero ésta no es toda su historia. Don José recuerda con picardía que a Byron Jerez lo peloneaba cuando era niño. No lo ha vuelto a ver. Otro de los que no lo han abandonado, es el director del programa de TV “Buenos días Nicaragua”, el doctor Danilo Lacayo. ¿Pero qué de los más viejos clientes? Le volvimos a preguntar. Y nos recordó que a Edmundo Jarquín lo atendió cuando era estudiante de secundaria. También en esos años les cortaba el pelo a don Manuel Arana Valle y al locutor de Radio Mundial, Alejandro Acevedo. Pero regresando a los años 50-60-70, dijo que afeitó al jefe de seguridad de Somoza García, José Ramón Silva Reyes, a quien atendió en la barbería de don Ramiro Miranda. También le cortó el pelo al ex jefe de tránsito Manuel Antonio Román. Entre sus frustraciones se encuentra el no haber podido pelonear al comandante Henry Ruiz en los años de la revolución. Cuando llegó a su casa, éste se había ido, recuerda.
LIC:RENE DAVILA /301211