viernes, 2 de septiembre de 2011

ESCRITOS DE NOTABLES PERSONAJES SOBRE LA CIUDAD MARTIR CHINANDEGA.

ESCRITOS DE NOTABLES PERSONAJES SOBRE LA CIUDAD MARTIR CHINANDEGA.:
http://youtu.be/QsTEDkBHzBg
En el centenario de Chinandega,
el doctor Gabriel Rivas publicó en "La Nueva Prensa",
el siguiente artículo:

"EN CHINANDEGA"
Una visita imaginaria, rememorando tiempos pretéritos, dedicada a las muy apreciables Matronas, señora doña Carmen Morazán v. de Deshon, señora doña María de Jesús Callejas v. de Navarro y señora doña Guadalupe Gómez v. de Venerio.

Afectuosamente,
Gabriel Rivas.

DON ALBERTO CABRALES


Conservará, por siempre, Chinandega, el piadoso renombre de LA CIUDAD MÁRTIR?

Si ha de ser así, ventilemos el proceso que la lleve al lugar que le corresponde en el Calendario de la Patria, señalándole su día de veneración en las alturas beatíficas, y han de constar allí las virtudes, frutos y dones que la Providencia le concediera para que todo y cada uno de los que han participado en la pródiga distribución de su riqueza, fijen hechos, patenticen obras, presenten pruebas que ni hoy ni nunca puedan ser tildadas de parcialidad, cariño o simpatías lugareñas: busquemos en la justicia el fiel de las pasiones.

Por este camino vamos y nos sería imposible adelantar un paso sin pedir auxilio al numeroso personal que se nos presenta en escena, revivido por el que esto expone, en un período de más de cincuenta años, a base de relaciones familiares, sociales y amistosas.

Antes, cuando Chinandega no había sido víctima de la ferocidad en llamas alentadas por odios partidistas; antes, cuando la fisonomía tranquila y placentera de sus moradores no se tornaba en tristeza y abatimiento al contemplar escombros y cenizas de tantos hogares ; antes, mucho antes, se llamaba "EL GRANERO DE CENTRO AMERICA"; y lo seguirá siendo mientras la incansada fertilidad de sus tierras no sienta el pesado paso de los siglos convirtiendo en piedras el humus de su cuele-, ni a los agricultcres les falte la fortaleza que brota en sudor sobre el surco abierto para anidar la semilla.

Es muy natural que a Chinandega le satisfaga la alegría de los centroamericanos provocada al ver la enorme saquería de maíz, arroz, frijoles que va PARA ALLA por distintas vías con una marca comercial, un conocimiento de embarque y luego retorna convertida en giros pagaderos a la vista y a favor del comerciante exportador; pero nosotros debemos buscar en dónde está la fuerza impulsora de ese tráfico que ha de matar hambres o ha de consolar familias en zozobra por la carestía.

No nos sería difícil presentar ese nlbtor de engranaje tan sencillo si el escenario de que disponemos no fuera tan estrecho, inhabilitado para la formación, en fila muy extensa, de todos los que merecen gratitud en este imponente centenario conmemorativo; pero no es necesario ir muy lejos para conocerlos en grupos selectos.

Arranchados descansando en tapescos, petates o cueros tilintes, saboreando al calor del hogar los alimentos que ellos mismos se proporcionaron, están aquellos humildes labriegos que han sacado su tarea sembrando a filo de macana y bordón agudo.

Estos son los VENDEDORES PARA LA COSECHA, habilitados con precios exiguos por unos cuantos tipos, generalmente bofos de cuerpo y menguados de espíritu por las infiltraciones venenosas de la codicia, tipos huyendo, hoy derrotados a bastonazo limpio, en forma de amplias y generosas concesiones bancarias, de esas que cancelan esclavitudes y servidumbres sin misericordia.

Ahora, si al Soldado Desconocido se le han erigido suntuosos monumentos porque mató y murió heroicamente en batallas sangrientas, pues a nuestro Labriego Desconocido, porque sembró y murió en honesta y paciente pobreza, víctima de extorsiones, dediquémosle un altísimo y genial Monumento espiritual, la Oración por Todos, de Víctor Hugo: "Ve a rezar hija mía; ha llegado la noche, reza por"... y le encarece: rezar por éstos por aquellos, por todos; Plegaria Humana que sigue muy de cerca a la Divina e inimitable de EL PADRE NUESTRO.

Estos pequeños cosecheros, desalentados y tristes, no faltaron en el cortejo que recibiera para Chinandega la honrosísima Condecoración de "El Granero de Centro América"; pero en grado más alto están los destinados a tomarla en sus manos y colocarla en el pecho de la ciudad.

Cuántos son éstos? En una centuria se cuentan por miles, todos, más o menos del tipo, índole y consagración al cultivo de la tierra como No:•b rtc Alvarado, Narciso Vílquez, Francisco García, José Dávila, Dionisio Villanueva, Andrés Novoa, Marcos Argüello, Máximo Gamboa, Agustín Cano, José Borrell ; agricultores que se enorgullecían manteniendo ocho, diez, quince yuntas de bueyes sanos, fuertes, robustos, para turnarlos en las diarias faenas.

Para saber cómo trabajan estos 'Agricultores sería necesario sorprenderlos al amanecer cuando el Lucero del Alba todavía no ha devuelto su luz al sol. Requeridos por el amo, el buey se afianza en sus patas traseras para levantarse arrodillado y luego presenta la cerviz en paciente espera del yugo; el caballo se yergue en sus remos delanteros, anchando el pecho que resguarda pulmones casi infatigables, relincha en oferta del lomo para los aperos ; y por allí está el perro, con zalamerías, agitando la cola, sintiéndose impedido de la palabra para dar cuenta de su vigilancia nocturna.

No hay historia de que alguno de estos agricultores haya sido corneado por el buey, o coceado por el caballo, o mordido por el perro, tal es la cordialidad y armonía que se establece entre el buen trato de los hombres y la mansedumbre de las bestias.

Ya va el agricultor a la siembra y regresará a la hora del almuerzo y de la siesta; encontró la campiña de un color moreno, húmeda, fresca, bañada por las aguas del cielo, es decir, La Madre Tierra, aderezada para ofrecer una vez más, su seno de fecundidad inagotable; la dejó peinada por el arado y adornada de semillas que acariciará y cuidará y revivirá para responder, más tarde, con abundantísimas cosechas a los mimos del t. labriego.

Es muy diminuto el cuadro hasta aquí presentado en esta exposición centenaria de Chinandega: debemos ampliarlo en dilatadas proyecciones ; así, mientras más en alto lo pongamos, con mayor intensidad fijarán sus miradas los espectadores, si logramos grabarle pinceladas atractivas, personajes.

Los de primera categoría, los del "centro", como los llaman, nunca desdeñaron las empresas campesinas; eran, digamos, mixtos, atendiendo también al comercio, la industria, las artes y algunos aun a los oficios de artesanos: por excepción pedestres, generalmente fueron ecuestres, poseían caballos que ellos llamaban soberbios, por aquella docilidad y domesticidad con que al llamamiento, se acomodaban de la mejor manera para ofrecer al amo el estribo de montar; por esas y otras tantas cualidades, muchos merecieron los honores del bautismo.

Don Juan Callejas Soto, en el Chingo; don Francisco Marazán, el Conejo; don Mariano Montealegre Romero, en el Pando; don Domingo Rivas Garzón, en el Zebruno; don Andrés Novoa, en el Chele; don Isaac Montealegre, en la Mula Manchada; don Manuel Balladares, en la Yegua Vibota ; don José Sansón Parrales, en el Indio; don Francisco Balladares Terán, en su Mulita Baya; y así otros cuantos en sus bestias de silla, recorrían cañaverales, caleras, cortes de madera, algodonales, haciendas de ganado, de café, potreros de repasto, extracciones de añil y pongámosle etcétera a tantísimas empresas.

El pueblo también tenía preferencias con sus bestias dándoles nombres; pero sus caballos eran adiestrados más para eltrote y la carrera que para el paso suave: la mejor exhibición era en las parejas de San Juan y de San Pedro, en la calle de tío Polín; allí ninguno le disputaba la delantera al moro azulejo i de don Julián Paredes, este jinete, sin más apoyo que la presión de las piernas en las faldas de la albarda, los dos dedos grandes de los pies afianzados en los estiibos, las riendas en la mano izquierda y en la derecha el látigo, del cual sólo el chasquido bastaba para estímulo, se bebía los vientos, tieso, sin sombrero, pareciendo de una sola pieza con su caballo y haciéndonos recordar así al Centauro Mitológico.

Esta insistencia en vincular a nuestros agricultores, de toda clase social con los animales domésticos, lleva en mira hacer electivo el título que mundialmente se persigue, ameritado por ser una extensión de la Caridad Cristiana, el de Sociedad Prolectora de Animales: Sociedad la nuestra de espontánea generación de índole natural, que funciona sin necesidad de apremios ni disposiciones y Reglamentos Oficiales.

Y si lo dicho no basta, veamos un ejemplo de como se practicó en ellos la más humilde de las Obras de Misericordia : enterrar a los muertos.

El mejor buey de Chepe Dávila, el Barcino, cayó en una hondonada de donde lo extrajeron totalmente inútil para el trabajo; los matarifes en puja quisieron aprovecharlo para el destace; Dávila rehusó las ofertas, le improvisó un acolchonado establo y cuando el Barcino murió, depositó los restos en sepultura ra rústica, no utilizando sino el cuero para riendas, sogas, cinchas, cabezadas, la vaina de su cutacha y demás enseres campestres; la calavera, limpia y enclavada en la pared, sostenía en los cuernos la escopeta y la chuspa plena de pertrechos de caza.

Eso fue un afán, como el de todos, de conservar recuerdos aunque sean temporales, ya que el imposible humano, la vida perdurable, se interpone con todo rigor.

Si esta suavidad en el trato de los animales domésticos es característica de Chinandega, sube muchos puntos en los afectos personales: ciudad refugio de emigrados, éstos se encontraron como en familia; Chinandega acoge con simpatías a todos los que de alguna manera la enaltecen, y por eso lo mismo venera el recuerdo del- General Roberto González, conductor de las tropas de Zelaya a la Victoria en Namasigüe, a Roberto que heredó de su padre General don Ceferino González la lealtad y el valor, así también tiene en recordatorio perpetuo al doctor Eduardo Montealegre G., intelectual de abolengo, quien dejó para su pueblo una Biblioteca, a sabiendas de que la inteligencia es arma blanca que se afila en los libros.

Hemos buscado y sentido no encontrar un título fijo para la mentalidad de Chinandega ; nos faltaron Escuelas de Literatura donde pudo desarrollarse el númen poético de Francisco de Paula Prieto; Conservatorios de Música para que ocupara alta línea del Pentagrama don Nicolás Martínez; no se conoció una Escuela de Artes y Oficios que hiciera de don Andrés Novoa un aventajado Ingeniero Mecánico; nos faltaron discos para captar las discusicnes parlamentarias, conferencias doctrinales, discursos de 15 de septiembre de nuestros noveles oradores, oraciones fúnebres ante muertos ilustres; en una palabra, nos falté la Imprenta con su gran fuerza rotativa para ocupar asiento en el Cuarto Poder del Estado.

No es este campo bastante para revistar las mentalidades de Chinandega, como tampoco pudimos hacerlo en el recorrido de agricultores; pero dejar sin mención honorífica a don Mariano Montealegre, Perfecto y Toribio Tijerino Navarro, Pedro Gcnzález, Fduardo Rivas, Abel Gutiérrez, Angel Navarro, Presbítero Atanasio Peñalva, Augusto C. Montealegre, Joaquín Sansón, Isidro A. Oviedo, sucesor en la Dirección del Colegio de San Atanasio, sería como pesentar una tabla rasa en que nada se hubiera escrito.

Con todos estos defectos de la época, hubo un intermedio de independencia entre las Escuelas de León y Chinandega; y fue aquel cuando en peregrinación de expatriado vino desde Guatemala, pasando por El Salvador, el Presbítero doctor don Manuel Francisco Vélez y radicó en Chinanega, por varios años, el poderío de su cerebro.

No basta el tiempo de que disponemos para analizar su actuación en el Magisterio; pero la merporia guarda y presenta hoy un episodio que basta para medir la capacidad de aquel pensador.

Preparados sus discípulos para el Bachillerato en Filosofía, los acompañaba a los exámenes que se practicaban en León.

Entre los grandes Filósofos de la Metrópoli se agitaba con vehemencia el Tema sobre si o no existía el vacío absoluto; el sustentante se vió acosado a preguntas en divergencia y entonces el doctor Vélez pidió la palabra y desde que la pidió y subió las gradas del púlpito que hacía de tribuna en la Capilla de San Ramón, se notó la majestad de su persona y parecían salir de antemano los chispazos cerebrales; dijo: "El sustentante no conoce esa materia porque no está en mi Programa de Enseñanza; y o si la conozco y la expongo; no existe el vacío absoluto, si existiera, allí se habrían precipitado todos los mundos con un ruido atronador inimaginable y habríanse convertido en polvo o vuelto a la nada de donde salieron; esos grandes astros de los cuales cada uno es mayor que el otro, llegan hasta las cercanías de Dios que llena todos los espacios y tiene y maneja los hilos que regulan la gravitación universal; sin Dios queda el Caos para los incrédulos.

Y nos despedimos de ustedes, muy apreciables señores, y del auditorio que haya atendido a nuestra plática, no sin dejarles nuestra más íntima impresión sobre Chinandega; hay grandísima diferencia entre el martirio y el castigo: al lado de uno hay virtudes que fortalecen; al del otro, delitos que afrentan: Chinandega no ha dado motivo para ser castigada; comparemos:
Jesucristo! ... Nerón !


Gabriel Rivas.
Chinandega, la Ciudad Mártir, 2 de septiembre de 1939.


En 1921, el Dr. Mariano Barreto escribió:

"LA CIUDAD DE CHINANDEGA"


"Y podrá la ciudad de Chichigalpa compararse con ésta? Cuando Chinandega había ascendido a la categoría ciudadana, Chichigalpa era apenas algo más que un caserío.

A dos personas de aquella población les he oído decir estas palabras : "Chipandega, relativamente a los tiempos anteriores, si no retrocede, no avanza".

Y quizá no anden muy desorientados. De 25 años a esta parte es casi la misma. Ni hombres más grandes, ni progreso material que eclipse al de los viejos tiempos.

Yo conocí aquella ciudad hace 33 años, y puedo decir, que en lo general, adelanta muy poco, si es que adelanta ; hagamos una ligera comparación; y al efecto, tratemos antes de sus riquezas, y después de sus hombres.

La riqueza de Chinandega consiste, principalmente en la extensión y feracidad de sus terrenos, bastante cultivados de cereales; en sus haciendas de ganado, y en alguna que otra mina de cal. En esta ciudad no han florecido nunca las industrias.

Dos máquinas; la una de don Francisco Martínez, de aserrar, simplemente, y la otra, de don Juan B. Novoa, con los importantes anexos de fabricación de mugbles y taller de mecánica.

Una tenería con, relativamente, escasa producción (antes había tres). Hace 25 6 30 años, contaba ya con valiosa riqueza pecuaria. Entre las haciendas viejas más valiosas, se contaban las siguientes: Campuzano, Capulinar, Cosigüina, Paraíso, Filadelfia, Trapichón, Censo, San Cayetano, Ameya, San Ramón, Satoca, Chamalpán. San Pedro de la Villa, San Marcos, Hato Nuevo, Petacaltepe, y muchas más, de valor menos alto.

Haciendas nuevas son las siguientes: Candelaria, Buena vista, Estrella, Zorra Pelada, Puerto Arturo, San Antonio, Satoquita, La Flor, Pensilvania, San Carlos, La Reforma, El Ensayo, San José, El Níspero, Chimaltepe, El Aguacate y Hato Grande. Pero tómese en cuenta, que algunas de estas haciendas nuevas son transformaciones o mejoramientos de haciendas anteriores, lo mismo que pasa con la nueva edificación de Chinandega.

Pertenecen a la vieja construcción, los siguientes edificios : las casas de don Juan Francisco y de don Santiago Callejas; las de los señores Manuel Valladares, Samuel e Isaac Montealegre, María Teresa de Callejas, José Mántica, Francisco Reyes C. y otras más, aunque inferiores a éstos, cómodos y bien construidos.

Son edificios nuevos, los siguientes: el Mercado, y las casas de Justino Sansón, del Hotel Ibérico, la que fue del Dr. Oviedo y otras, si no muy valiosas, buenas.

El comercio, es dudoso que, de 20 a 25 años a esta parte, haya progresado. Existían ya hace más de 40 años, las tiendas de doña Tula y doña Estefanía Sansón; y en 1894 eran fuertes los almacenes de los hermanos Callejas (don Juan Francisco y don Santiago), los que no creo que hayan sido sobrepujados hasta la fecha, principalmente, el del segundo.

Al hablar de los hombres que han figurado en primera línea, digamos que Chinandega, lo mismo que Managua, ha sido una ciudad cosmopolita. Las familias de Gasteazoros, Venerios, López y Plazaolas, originarias del Viejo, se radicaron definitivamente en aquella ciudad. Navarros y Montealegres, provinieron de España. Ceferino González, una de las primeras espadas de Nicaragua, leonés. Francisco Baca, el primer político de Chinandega, y uno de los primeros hombres de la repúbica, leonés también. Monseñor Ramírez, de alta jerarquía eclesiástica, leonés; Sansón y hermanas, y los doctores Juan Salinas e Inocente Granera, de nuestra misma ciudad.

Se me ha dicho que les progenitores de la familia Tijerino, emigraron de ésta, con motivo de'la guerra de 1824. Así esta metrópoli, tan privilegiada de la naturaleza, ha sabido inocular por todas partes su sangre e imprimir el sello de su inteligencia y de su virilidad".

Hablemos ahora de sus hombres.

Hace 40 años, poco más ó menos, existían en Chinandega dos médicos sobresalientes: Seydel, alemán y Toribio Tijerino, nicaragüense.

En el foro, tres abogados distinguidos: Perfecto Tijerino, Santana Romero e Higinio Ocejo.

El primero de éstos, de más talento y de más cultivo intelectual, y los otros, más versados en el ejercicio de su profesión. Entre los hermanos Perfecto y Toribio, había indudablemente, bastante diferencia; gozaba el primero de mayor reputación, como hombre de inteligencia; muerto aquel, el segundo sucedió en el puesto. Viviendo todavía Romero y Ocejo, comenzó a figurar como escritor y como abogado, el señor don Eduardo Rivas.

Había en aquellos tiempos en Chinandega, escritores o poetas? Ninguno; pues si es verdad que Francisco de Paula Prieto versificaba, no traspasaron nunca sus versos, las fronteras del departamento. El ya nombrado señor Rivas, como corresponsal de uno que otro periódico, de los que hace como 30 años se publicaban, escribía con chispa y facilidad; pero hay que decir con franqueza, que no pocas veces desafinaba. El doctor don Toribio Tijerino, escribía también algunas veces, sin que podamos arrimarle el calificativo de escritor.

Corriendo el tiempo, las ciencias y las letras han ganado terreno en Chinandega, como en casi toda la república. Basta ver el número de hojas periódicas y de revistas científicas y literarias que se publican, dignas muchas de ellas, de figurar en cualquier parte del mundo civilizado.

Hagamos presentes algunos nombres. El doctor don Pedro González, por su origen, mitad leonés y mitad viejano, es de las figuras que más honran al pueblo de su nacimiento y de su primera educación (es de Chinandega). Abogado de reconocidos prestigios, y escritor de buena cepa, dejará a su muerte obra perdurable, resultado de sus viajes y de sus formales estudios. González ha figurado también en nuestra política ya como simple ciudadano, como escritor o como representante del pueblo. En las Cámaras ha desempeñado bien su cometido. Está, actualmente recogiendo los materiales para la próxima publicación de algunos libros, que serán indudablemente bien acogidos.

Al hoy doctor don Ramón Romero, le he seguido de cerca y con interés, desde que comenzó a publicar sus artículos primeros. Piensa con juicio y escribe con corrección y fuerza. Inclinado a los estudios serios, rarísimas veces baja a cortar flores en los jardines de las amenas letras. La obra que deje, si él no se abandona, que. no se abandonará, será maciza, y resistirá al olvido.
El señor doctor don Gabriel Rivas ha redactado por algún tiempo, un periódico político, que desgraciadamente fue de muy escasa circulación en la república.

Gabry Rivas, hijo del anterior, buen poeta y buen escritor. Brioso para la polémica, y ameno y fácil para las lucubraciones literarias. Cuando entre más en reposo, escribirá mejor y con más peso. Yo leo siempre con gusto sus poesías y sus artículos, y hace ya tiempo que espero su primer libro.

El doctor don Joaquín Sansón, médico, no hizo profesión de escritor, sin embargo de manejar bien la pluma. Desde muy joven se distinguió en nuestros congresos como uno de los mejores oradores parlamentarios. En las Cámaras de Honduras, hizo también resonar su palabra de orador y de tribuno. Fue uno de nuestros talentos más precoces.

De Francisco Moreira Tijerino, he leído dos artículos relativos al templo, mejor dicho, a las ruinas del templo de Guadalupe de Chichigalpa, y en ellos he visto al escritor y al artista. Ojalá que ahonde los estudios literarios, para darles cada día más interés, más corrección y nervio a sus escritos.

De Timoteo Baca Seydel, uno de los más distinguidos alumnos, sólo diré: que leí sus primeras producciones, hijas de un entendimiento fuerte, y de un espíritu potente. Habrá escrito en los Estados Unidos de América? No lo sé.

El señor don Francisco Baca Callejas ha publicado buenos versos, y es también uno de los mejores escritores de la ciudad de Chinandega.

Se cuenta como lisonjera promesa para lo porvenir a un hijo adolescente de don Alberto Cabrales : Luis Alberto Cabrales. Ha publicado ya bastantes versos; pero desafortunadamente no han llegado a mi conocimiento, para emitir sobre ellos mi juicio con conocimiento de causa.

El talento poético de Narciso Callejas M. fue ahogado por la muerte en temprana edad.

Chinandega, pues, ha progresado en materia de ciencias y letras: cuenta con mayor número de profesionales y de escritores, y la cultura va ensanchándose, aunque muy lentamente, pues que en esa ciudad se lee poco.

Y tómese también en cuenta, que Chinandega se ha formado de un núcleo de familias distinguidas por su posición y su capital, mientras que en Chichigalpa ha dominado mucho el elemento criollo, escaso de luces y de recursos pecuniarios. En estos últimos tiempos en que el Ingenio de San Antonio le ha comunicado vigoroso impulso, la agricultura se ha extendido más;
el comercio ha dado un paso adelante, v los oficios y las industrias han desplegado su bandera de redención.

Mas si no puede decirse que Chinandega, en lo general, haya progresado mucho en sus últimos años, está sin embargo, llamada a un porvenir lisonjero, por la excelencia de sus tierras, la feraciadad de bosques, la abundancia de sus aguas, y la riqueza de sus campos. Debemos clamar incesantemente por una inmigración selecta, que venga a despertarnos de nuestro letargo, inculcándonos el amor al trabajo constante y bien dirigido, fecundo en provechosos resultados".


"CHINANDEGA"


Esta ciudad cabecera del Departamento va caminando poco a poco hacia el progreso. Situada a la falda Sur-Oeste del volcán del Viejo, a tres leguas del puerto del Realejo, sobre una hermosísima, planicie, con magníficos terrenos vegetales en toda dirección, cuenta con doce mil habitantes, entre ellos mil y pico de ciudadanos que votan en tres cantones por cuarenticinco eletores de SS. AA. Para su gobierno interior está dividida en once cantones, y su jurisdicción abraza cuatro comarcas de la mesta.

Además, elige dos Alcaldes, 10 y 29, un Juez de Agricultura propietario y otro suplente, cuatro Regidores y un Síndico Municipal.

Los fondos de esta corporación producen cerca de cuatro mil pesos anuales, y sus gastos ordinarios no pasan de setecientos y pico de pesos al año, quedando lo demás para mejoras locales.

El Cabildo es un edificio que ocupa un cuarto de manzana, situada en la parte occidental de la plaza principal. Todo el frente de la Calle del Calvario es de dos pisos, el resto de solo uno. Está enteramente cerrado con tapias elevadas.

En el frente de la plaza y parte Sur se encuentran las cárceles de varones y mujeres y el cuerpo de guardia del resguardo de la hacienda y policía, ocupando distintas piezas. La cárcel de varones mide quince a diez y seis varas, la de mujeres, ocho.

La primera tiene una puerta, una ventana y tres aberturas en la pared de la calle, suficientemente elevadas y con sus respectivas rejas de hierro. El piso es malo, ventilación suficiente.

La cárcel de mujeres tiene una puerta y una ventana con su reja de hierro. En el segundo piso despachan los señores Alcaldes y Juez de Agricultura. Más de la mitad del edificio de dos pisos está sin concluir porque los fondos no han sido suficientes para ello.

Mediante un empréstito, la Corporación Municipal, ha podido acometer la empresa de construir un mercado en la plaza principal, que puede decirse concluido ya. Ocupa poco más de un cuarto de manzana, aunque hay comprado ya un solar contiguo. La señora doña Gertrudis S. de Callejas, ha contribuido mucho al crédito de esta Corporación aportando toda la cantidad necesaria para la obra con un interés módico.

Sobre la misma plaza principal se encuentra el hospital ti= tulado "La Caridad" que después de varios años de esfuerzos, se inauguró solemnemente el 15 de agosto próximo pasado. Para su dirección lo mismo que para su adquisición hay una Junta Especial compuesta de cinco miembros con su Tesorero también especial. El edificio ocupa cerca de dos tercios de manzana, todo de pared de adobes, enteramente cerrado, tiene tres grandes piezas de cañón y dos de mediagua.

El 19 del mes próximo, la Municipalidad de esta ciudad inaugurará solemnemente el alumbrado público, pues ya está todo preparado para ello. Era esta mejora reclamada perentoriamente en toda población de alguna importancia.

Hay otras muchas mejoras obtenidas durante los últimos años, lo que prueba que en esta ciudad no son pocos los que de buena fe desean el progreso de su país. Sería muy largo enumerar las distintas personas que han contribuido eficazmente a todas estas mejoras, aunque no hayan tampoco faltado opositores sistemáticos a todo adelanto.

Pero aun se hace notable el malísimo estado de las calles, que si bien están delineadas con una regularidad en extremo agradable a la vista, expone sin embargo al paseante, a quebrarse una pierna en los muchos barranco£ que por distintas direcciones las cortan. La Corporación Municipal se ocupa actualmente en escoger los medios de atender con prontitud a una composición sólida y estable de todas ellas, lo mismo que de dar cima a la obra del Cabildo, que sufre notables deterioros con su demora.

En esta ciudad hay dos escuelas de varones y una de niñas. Pronto habrá otra de varones. A la central concurren más de ochenta niños, a la del Calvario más de treinta, igual número concurrirá a la de Guadalupe, tan luego se establezca. A la de niñas concurren más de sesenta.

Para concluir, señor Ministro, haré algunas observaciones generales.

Los pueblos de Somotillo y Villa-Nueva, Chichigalpa y Realejo, carecen de ejidos. Alrededor del primero se asegura haber gran cantidad de terrenos baldíos a los que pretende por algunos, derechos de propiedad, no obstante la falta de títulos de medida. El pueblo de Villa-Nueva, según datos adquiridos, parece estar en terrenos de la cofradía y en ellos mismos se encuentran la mayor parte de las fincas de sus vecinos.

Todos esos pueblos piden ejidos; pero en mayor cantidad que la designada por la ley de 2 de agosto de 1832, y a la verdad, señor Ministro, esa ley no satisface las necesidades agrícolas de cada uno de ellos.

Las cárceles en todas las poblaciones, con excepción de esta ciudad, son nada ventiladas,' absolutamente insalubres, de tal manera que el individuo que se ve en la dura necesidad de ocuparlas, lo cual muchas veces sucede, o sin delito de ninguna especie, o por faltas sumamente ligeras, lleva la seguridad de contraer en ellas alguna enfermedad. Además, como carecen de tapias, los reos no pueden salir de ellas un solo instante y muchas veces tienen que ser ocupadas para necesidades corporales, con grave daño de los que la habitan.

Señor Ministro, por el bien de la humanidad, se hace preciso fijar mucho la atención del gobierno en este asunto. 0 no hay cárceles, o si las hay, deben ser tales que no agreguen a la afrenta de habitarlas, el martirio de sus mismas mefíticas y mortíferas.

Si los pueblos con sus pequeños recursos no pueden llenar debidamente esta vacío, el asunto merece fijar las miradas del Supremo Gobierno.

La instrución primaria es un ramo sumamente descuidado en el departamento. Para ello hay dos causas generales. La apatía de los padres de familia, que o no hacen concurrir sus niños a las escuelas, o lo hacen con demasiada irregularidad ; y la insuficiencia de los establecimientos de enseñanza.

Una escuela en cada población, además de ser muy poco, como la que se establece es de varones, queda enteramente abandonado el sexo débil, como si fuese un miembro inútil de la familia humana. Ante la apatía de los padres de familia se estrellan los.esfuerzos del más acreditado maestro, porque lo que aprenden en ocho o nueve días, lo desaprenden en quince o más días que duran ausentes.

Tal es, señor Ministro, la situación de estos pueblos; y al pcner en su conocimiento lo relacionado, me es grato suscribirme de Ud. atento servidor

Perfecto Tijerino.

LIC:RENE DAVILA /02090011

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