"El caballo Indio es bueno para cochero; Unos salen de paso andador... titliqui - titliqui - titliqui. Esos son buenos para albardas. Pero me gusta más el trotón. Es resistente. Ahí van pam - pam - pam, jalando bastante carga. Todos bien cuidados y alimentados, rinden una barbaridad". Don Pedro Emilio Romero, uno de los cocheros de antaño en Chinandega, sigue palabreando de los caballos y de su vida con ellos.
"Yo empecé a trabajar con caballos 40 años atrás. Me inicié con dos coches y 4 caballos. Para ese entonces, no había vehículos de carga ni taxis, sólo 50 coches. Trabajaba todo el día y la noche en dependencia de los trenes. ¡Qué no traían! Yo fleteaba para León lo que se ofrecía: frijoles, maíz, cal... En León abundaba la sal y eso era lo que más se traía.
Yo siempre he salido adelante en el trabajo con los caballos cocheros. Ahora son mis hijos los que siguen. Ya han aprendido a majistrarlos. ¡Oiga mi técnica mía! Se agarra 'el caballo nuevo y se mancuerna con uno aquerenciado. Este es su maestro. El "Pijiriche" es especial en eso. Les pongo una tarabilla o garruchita al mancuerno para que no se ahorquen.
Después se agarra con ellos para arriba de la carretera. Así se acostumbran al ruido de la calle. Les pongo unos tapojos o cabezadas para que no miren los carros por los lados, si no, se me espantan. Desde el primer día, llevan sus arneses de cuero, los collares de la nuca... llevan todos sus aperos.
A la semana se les amarra a un coche vacío, sin carga. Y vuelven a andar de arriba para abajo. Van agarrando amor con el maestro. Les aseguro que es el mes y ya están majistrados. Una vez acostumbrados, van con otro".
"No hay que montarle mucha carga, eso para mí es desconsideración al animal -dice don Marcelino, hijo de don Pedro-o Tras que es nuestro sustento, él se merece otra cosa. Por eso, nuestra Cooperativa "El Esfuerzo" paga a un chequeador. Se encarga de controlar la cantidad de gente montada en los coches. Los grandes llevan 10 personas y los pequeños montan 6.
Ahorita estamos con el problema de miembros que dan mal mantenimiento a los caballos. Un caballo que come mal no te va a guiñar bien. Eso tenía mi papá; primero comía el animal y por último él. Estaba atento a las vacunas y al desparasitamiento. Mi papá ha sido muy conducido. Su orgullo de cochero ha sido andar un buen animal.
Nos falta una ley protectora del animal. Eso sería bello. Todo el que tenga caballos en mal estado: -Mire, lo siento. Creemos que, este animal te dio lo suficiente para mantenerlo a su nivel y lo desatendiste.¡Tenés que jubilarlo!.
Un caballo que trabaja seis horas, no se malcría y atenderlo es cuestión de cariño. La vida de un caballo cochero es de 10 años.
El aseo se le hace por la mañana. Empezamos el baño de atrás para adelante. Así les gusta a los caballos. Lavamos todas sus cosas y de último se deja su cabeza.
El agua se deja chorrear al suave. Se ponen furiosos si le echamos en las orejas. Siempre el baño es por la mañana, por la tarde les hace daño. Les puede dar garrotera porque vienen asoleados y agitados. Luego esperamos dos horas para que vayan a pastear a la parcela. Todas las mañanas les damos un buen aliño. Revolvemos un balde de casuya o granza de arroz con un balde de afrecho o semolina, un medio de maíz, una bolsa de sal y un galón de agua. Con este preparo comen dos caballos. Pero siempre antes de ir trabajar. ¡Dios me libre de darles por la tarde! eso es atentar contra su salud.
Caballo comido, puesto al camino. Se le ponen sus arneses, el collar, los palillos, el pegador y se fijan las riendas. Los que van al pegue a las siete de la mañana, regresan a la una de la tarde. No importa en cual de las cuatro rutas trabajen".
LIC:RENE DAVILA /010112
No hay comentarios:
Publicar un comentario